El técnico de Iquique confirmó ayer que está hecho para la pelea, tal como cuando le dijeron que no iba a poder jugar por una malformación congénita.
Nació un 21 de junio de 1981 y aunque no estaba consciente de ello, ese mismo día Miguel Augusto Riffo Garay comenzó a dar su primera batalla.
Una malformación congénita (pie equinovaro) forjó su carácter y estuvo a punto de quitarle el sueño de su vida.
Sin embargo, logró torcerle la mano al destino e ingresar a las divisiones menores de Colo Colo.
Allí siempre fue mirado con respeto por sus profesores y compañeros. Nadie entendía cómo se recuperaba de los dolores que le producían los entrenamientos y seguía luchando por llegar al primer equipo.
Objetivo que logró el 2001, cuando debutó con San Felipe y poco a poco se hizo un espacio en la oncena titular. Claro que su mejor momento llegaría cinco años después, cuando se transformó en pieza fundamental del equipo que dirigió Claudio Borghi y estuvo a punto de conseguir la primera Copa Sudamericana para Chile.
Sin embargo, todo lo que sube tiene que bajar y el santiaguino se puso otra vez los guantes para pelear por su honor. Riffo fue acusado de "camillero" cuando Marcelo Barticciotto abandona la banca del Popular y eso le dolió demasiado. "Siempre me he entregado por entero a esta institución", dijo meses más tarde, cuando ya le quedaba poco tiempo en Macul y el retiro se acercaba a pasos agigantados.
Amigos y rivales
Tras colgar los botines el 2012, Miguel comenzó a trabajar en las divisiones inferiores del Eterno. Allí compartió labores con Héctor Tapia y ambos deciden tomar el fierro caliente de los blancos cuando el equipo de sus amores sólo sabía de fracasos.
Fue así como en el 2014, bajan la ansiada estrella 30 y parecía que todo fluía en la existencia del ahora entrenador.
No obstante, por razones que sólo ellos conocen, Riffo y Tapia se separan y el primero decide seguir sólo en La Calera mientras el segundo encuentra pega como comentarista en la televisión.
Es aquí donde el capitalino recibe una gran lección: aún no estaba del todo preparado para dirigir en Primera y abandona la ciudad cementera para ir a estudiar a Europa.
Allá fue recibido por Arturo Vidal y pudo ver en vivo como Pep Guardiola manejaba los hilos del Bayern Munich. Mejor maestro no podía tener, por lo que en marzo de este año aceptó la oferta que le hizo Iquique y se transformó en el comandante que busca salvar a los "Dragones Celestes" del descenso.
Y con el triunfo de ayer no sólo lo está logrando, además le está ganando el "clásico" a Tapia: en el Monumental logró empatar 0-0 y ahora en Calama lo derrotó en el último minuto. Es que Miguel Riffo sabe que no está muerto quien pelea.