Cristián Álvarez le consiguió entrada a uno de los más fieles hinchas cruzados, el 'profe' Patricio Gallego, que se había quedado sin boleto y a días de operarse el corazón. su boleto.
Los festejos en el Germán Becker no impidieron que una estrella se apagara.
Cristián Álvarez se retiró del fútbol con la estrella 13 bajo el brazo, pero también demostrando por qué es ídolo de los cruzados.
Porque un grande no se hace sólo en el gramado, también se consagra fuera de la cancha. Mostrando un corazón noble. Una humildad a toda prueba.
Y el "Huaso" demostró mil veces que tenía dicha estirpe. Jamás rechazó una selfie, nunca dejó de dar un autógrafo, colaboró silenciosamente con bingos y rifas y ayer se conmovió con una historia.
Estaba fuera
Todo comenzó con la llegada del 'profe' Patricio Gallego a la capital mapuche. Allí se enteró que ya no vendrían entradas para los hinchas estudiantiles y él, que había presenciado toda la campaña en los estadios, se había quedado afuera.
Más encima, se enteró durante esas horas que debe operarse de urgencia del corazón, pues posee un reflujo aórtico que podría complicar sus 36 años de vida.
Todo era negro. Como cuando Miguel Aceval había marcado para los locales. No obstante, Alvarez se disfrazó de héroe y le consiguió un boleto y le pidió que los alentara como siempre.
"Había perdido de la fe, tenía los pasajes comprados y pensé que no entraría. Pero el 'Huaso' hizo este gesto en su adiós y demostró lo grande que es. Estaré eternamente agradecido", concluyó el forofo afortunado.