El delantero nacional quedó en la memoria del fútbol italiano luego de ceder el dorsal número 9 a Ronaldo, pero se las ingenió para salirse con la suya.
Con un pequeño detalle, Iván Zamorano logró quedar en la memoria colectiva luego de defender la camiseta del Inter de Milán. No solo sus goles llevaron a que el ahora comentarista deportivo se convirtiera en un referente de Italia y de los fanáticos del fútbol y sus curiosidades, sino que su camiseta quedó en la historia del deporte.
Luego de su exitoso paso por el Real Madrid, donde logró ser el Pichichi y campeón de La Liga, en 1996 Bam Bam no pudo llegar a un acuerdo con el club merengue para extender su vínculo, y durante el mercado de verano se abrió la puerta para que el chileno cambiara España por Italia.
El Inter de Milán se interesó en el fichaje del delantero, así que hizo las gestiones y llegó al fútbol del Calcio por 125 millones de pesetas. Llegando como goleador de uno de los elencos más grandes de Europa, Zamorano pidió usar el dorsal que lo acompañó durante todos sus años de carrera: el 9, y se lo concedieron.
Iván fue clave durante esa temporada, anotando 13 goles en el torneo más competitivo de la época. El atacante nacional brillaba en Milán cuando la prensa comenzaba a hablar de un joven brasileño que encantaba con su calidad goleadora, un tal Ronaldo Nazário de 21 años que jugaba en el Barcelona, pero como toda figura, sabía lo que valía, pero los culé no podían pagar lo que pedía.
Fue ahí cuando el Inter comenzó las negociaciones para fichar al Fenómeno, quien terminó llegando al elenco neroazzurro por la astronómica cifra de 4 mil millones de pesetas, algo así como 30 millones de dólares de la época. Si bien fue una incorporación celebrada en el camarín, ya que ahora tenían a uno de los mejores goleadores del mundo en el equipo, Zamorano entró en una disyuntiva por el número de camiseta que usaría.
“Yo tenía la 9, después llegó Ronaldo, y el manager que era Mazzola me dice ¿Qué quieres hacer? Yo le dije: déjame un añito más y el próximo año yo se la doy, y me dejó un año con la 9 y el Ronnie jugó con la 10. Al segundo año yo le digo: gordo, ahí teni la 9. Entonces empecé a pensar en qué hacer para no perder la 9, y ahí pensé, voy a juntar dos números, y me quedé con el 18, llamé al presidente del club, a decirle qué posibilidad había de que pudiera ponerle +, pidieron permiso a la federación y salió el 1+8″, confesó tiempo después el histórico de La Roja.
Un gesto de compañerismo del chileno, ya que en esa temporada el astro brasileño necesitaba una inyección de ánimo. Ronaldo no atravesaba un buen momento personal producto de las lesiones, que lo llevaron a jugar mermado en el mundial de Francia 98′, donde el scratch disputó la final ante los dueños de casa, perdiendo 3-0.
Con la moral baja del delantero estrella, la dirigencia del Inter de Milán consideró oportuno el momento para hacerle un regalo y que Bam Bam le cediera la número 9, y el chileno accedió. “Me llama Mazzola a su oficina y me dice: a Ronaldo lo perdimos, está hecho bolsa, en ese Mundial a él lo inyectaron por todos lados, estaba anímicamente destrozado”, recordó el ex Colo Colo años después.
En un comienzo, el signo entre los números fue agregado con cinta de manera artesanal, pero con el visto bueno de la federación, la marca que auspiciaba al club, Nike, comenzó a manufacturar sus camisas con el + bordado y listo para su comercialización.
La creatividad del delantero nacional derivó en un icono en Italia, donde su camisa se convirtió en una de las más vendidas en la historia del fútbol italiano hasta la actualidad.
Recientemente en el Cacique hicieron un guiño al dorsal de Iván, cuando fue presentado Mauricio Isla como nuevo refuerzo. El huaso siempre usó el número 4 en su espalda, pero al integrarse a mitad de campeonato no fue posible la utilizara, en cambio optó por el 22, agregado el signo de la suma entremedio.
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