El ahora ex portero, fue el héroe de la tanda de penales que le dio el título del Apertura 2006 a Colo Colo.
El retiro de Claudio Bravo del fútbol profesional no ha dejado indiferente a nadie del mundo del deporte. El arquero se codea entre los grandes del balompié nacional, y es por lejos el mejor guardameta en la historia del país, siendo campeón en Chile, con una exitosa carrera en Europa, y siendo parte de la Generación Dorada que le dio dos Copas América a una nación que nunca había levantado un título.
En cada sitió que jugó, el portero fue clave para su equipo, desde los inicios de su carrera cuando defendió la camiseta de Colo Colo. En el Cacique, el guardameta tuvo un rol fundamental en una histórica final contra Universidad de Chile, donde demostró que estaba hecho para ser determinante en los momentos importantes con una gran capacidad para atajar penales.
El héroe de la noche
En el 2006, el campeonato nacional tenía un formato diferente al actual, y a la final de ese Torneo Apertura llegaba un Colo Colo comandado por Claudio Borghi, quien tenía la misión de dirigir a jóvenes baluartes que luego serían clave para La Roja.
Por otro lado, llegaba la Universidad de Chile de Gustavo Huerta, capitaneada por un experimentado Marcelo Salas. Desde 1959 que no había una final en la que se enfrentaban los dos clubes más populares del país, y en una serie de dos partidos se definió al mejor de ese semestre.
El primer duelo se jugó en el Monumental el 28 de Junio, donde los locales se impusieron 2-1, con una gran actuación de Matías Fernández. pero todo se definiría solo un par de días después en un Estadio Nacional repleto de gente alentando.
Ese 2 de Julio Claudio Bravo jugó un partido bisagra en su carrera, siendo el héroe de la noche, dando una buena demostración durante los 90′ minutos, desde las tribunas Iván Zamorano alentaba al popular como un hincha más. El juez del encuentro era el fallecido Rubén Selmán, quien en el minuto 70′ tocó el silbato para validar el gol de Universidad de Chile marcado por Luis Pedro Figueroa.
Con ese resultado, el juez daba fin al partido para ir a la primera definición desde los 12 pasos en la que participó Bravo, quien tenía la intuición de que ese día quedaría marcado en la retina de todo el país, algunos lo recuerdan con felicidad y otros con tristeza, pero nadie quedó indiferente ante tal demostración.
Varios años después, el bicampeón de América recordó ese momento como uno de esos instantes que pocas veces en la vida se dan, y reveló cuáles eran sus sensaciones previas. “El penal más difícil, o que no se da nunca, es el que me tocó atajar en Colo Colo”, dijo a TNT Sports. “Iba jugado, pero con la sensación de que algo iba a pasar. En el partido, de los futbolistas que estaban en esa final, Mayer Candelo era el más talentoso”, agregó.
Bravo y la 24 de Colo Colo
Comenzada la tanda de penales, el primero en patear fue Matías Fernández, quien recurrió a la especialidad de la casa y pateó abajo y cruzado, y si bien Miguel Pinto le adivinó el lado, no tuvo chances y el esférico terminó dentro de la red.
Mostrando su jerarquía de capitán, Marcelo Salas fue el encargado de abrir la tanda para el Romántico Viajero. El Matador no titubeó y engañó a Bravo para igualar la serie. En seguida fue el turno de otro delantero de categoría: Humberto Suazo, quien no tuvo problemas para poner en ventaja al Cacique.
El siguiente en patear fue Hugo Droguett, y el portero albo comenzó con los juegos mentales propios de una definición a penales, y esperó al mediocampista azul muy cerca de donde acomodaba el balón. Mientras miraba a su rival, Claudio recibió la orden de Selmán para que fuera al arco y esperó el disparo del jugador de la U, quien quiso colocar su tiro pero Bravo se lo atajó.
Con el resultado a disposición de Colo Colo, Luis Mena se posicionó para patear al arquero de Universidad de Chile, pero Pinto atajó el lanzamiento del defensa, así que nuevamente estaba para cualquiera la final.
Ahora era el turno del colombiano Mayer Candelo, una de las principales figuras de ese equipo, quien pateó a lo Panenka engañando al golero del Cacique, sin embargo, tuvo un instante de claridad y se reivindicó mientras la pelota estaba en el aire, y dejó una de las tapadas más memorables de su carrera.
“Lo tapó Bravo, me parece que cancherió Candelo, la quiso picar y en una reacción felina tapó Bravo”, relató Claudio Palma para la señal televisiva. Luego fue el turno de que le pegara Gonzalo Fierro para los albos, y no desperdició su lanzamiento y se incrustó en el arco.
Luis Pedro Figueroa mantuvo la ilusión para los azules al marcar su penal. Toda la presión recayó en Miguel Aceval, ya que si anotaba para el Colo, les daba la victoria necesaria para levantar el título, y la clasificación para la fase grupal de Copa Libertadores. El zaguero albo engañó a Pinto en un lanzamiento histórico con el que ganaron la estrella número 24.
Hace un par de años, en conversación con RedGol el entonces DT del Romántico Viajero, Gustavo Huerta se refirió al lanzamiento de Candelo, señalando que quedó sorprendido al ver cómo había pateado. “Fue una sorpresa pésima la decisión de Candelo de tirar ese penal así. Sorprendió porque en las prácticas hicimos mucho trabajo de pelota detenida, y la posibilidad de definir el torneo por penales hizo que lo practicáramos y nunca se entrenó de esa forma, nadie disparó así”, confesó.
Por su parte, el colombiano también recordó el tapadón de Claudio Bravo aquella noche en el Estadio Nacional, y señaló a AS Colombia durante abril de este año que no se arrepiente de ese tiro.
“La Universidad de Chile era un equipo maravilloso, llegamos a la final e hice una locura, que fue botar el penal de la final. Digo locura porque lo boté, pero era mi estilo y no me arrepiento de nada ni me siento mal. Lo único que me dolió fue no darle la alegría a esos hinchas y a esa institución tan maravillosa, pero no me lo recriminaré nunca, así los pateé en todos lados y así los hice y así los fallé”, confesó.
Ese título para Colo Colo fue el primero de cuatro consecutivos que ganó el Cacique de la mano del Bichi Borghi, pero fue el único del cual participó Bravo. Sus grandes actuaciones llevaron a que en Europa pusieran sus ojos en él, y no desaprovechó la oportunidad para fichar por la Real Sociedad de España, quienes se lo llevaron al fútbol del Viejo Continente. Fue el club que más vistió el chileno en su carrera, donde estuvo ocho años y jugó un total de 237 partidos.
