El lateral sueco-chileno no cumplió con las expectativas y apenas sumó minutos durante la temporada. Dedicó algunas palabras a los hinchas en sus redes sociales.
Cuando el pasado mes de marzo Colo Colo confirmó su llegada, se creía que los albos habían anotado tal vez el mayor golpe del mercado. A sus filas se sumaba entonces Miiko Albornoz, lateral izquierdo sueco-chileno que hasta hace poco había defendido los colores del Hannover 96 en Alemania y que con la camiseta de La Roja fue parte de la delegación que disputó el Mundial de Brasil 2014 y se coronó campeona de la Copa América un año más tarde.
“Llego al club más grande y mi expectativa es que voy a mejorar como jugador, tengo mucha experiencia en Europa y voy a aprender del juego de Chile”, decía Albornoz en su presentación, de paso ilusionando a los millones de hinchas del “Cacique” a lo largo y ancho del país. Nueve meses tras esas palabras, sin embargo, se puede afirmar que el paso del lateral por Macul se quedó apenas en eso: en una ilusión.
Como consecuencia de las lesiones, Miiko no fue el aporte que se esperaba de un jugador que viene de Europa. Por el contrario, en ningún momento pareció ser competencia para Gabriel Suazo, a la postre capitán y elemento clave de los albos durante la temporada, y se la pasó más en el banco que en la cancha: nueve partidos y 363 minutos sumó el sueco-chileno.
Por eso, durante la última reunión de directorio de Blanco y Negro se definió su salida de Colo Colo. Enterado, el lateral se despidió horas más tarde en su cuenta de Instagram:
“Estoy muy agradecido por todo el cariño que hemos recibido mi familia y yo”, arrancó su mensaje.
Y completó: “Muchas gracias a todos los que trabajan por el club y hacen posible que Colo Colo sea uno de los más grandes del continente”.
Ahora la misión de la directiva alba de cara a la triple competencia que encararán en 2022 es precisamente reforzar esa zona, donde sólo cuentan con el mencionado Gabriel Suazo.