Diego Rubio marcó un doblete en la Major League Soccer el fin de semana y desde Kansas cuenta los avances que ha tenido el fútbol norteamericano. "De acá a diez años estará entre las mejores ligas del mundo", asegura.
Que sea el menor de la dinastía Rubio, da igual. ¿Y tener de padrino a Iván Zamorano? Es un detalle. Y el apodo de "Rubiónico" jamás lo han escuchado. Claro, la imagen es nada, el rendimiento es todo, y en eso los estadounidenses son exigentes. Por eso, Diego ha sido disciplinado y humilde en el éxito, con la camiseta de Sporting Kansas City.
Teniendo como referentes a su papá, Hugo Rubio, y a sus hermanos Eduardo y Matías, el delantero aceptó en 2016 el desafío de la Major League Soccer, tras jugar en España, Noruega, Rumania y Portugal. Y claro, también en Colo Colo, club donde se formó y al que le gustaría regresar, para repetir actuaciones como la del wikén, donde le marcó un doblete a Portland.
"Este año empezó un poco complicado. Poco a poco he ido entrando y marcando goles, es positivo por el tema de ganarme un lugar, porque estaba un poquito fuera del equipo. Llevo 6 tantos, en menos de 500 minutos", contó el jugador de 25 años, compañero de Felipe Gutiérrez en Kansas City.
- El 2017 alcanzaste tu primer título.
- Sí, la Copa Estados Unidos, algo así como la Copa Chile. Fue importante, porque en 2016 me lesioné la rodilla (rotura de ligamentos) y estuve hasta mediados del año siguiente recuperándome. Por eso quería devolverle al club todo lo que me había dado.
- ¿Tuviste opciones de partir a México?
- Mi agente me contó que algo había y que lo veía bien, pero le contesté que me quería quedar. No quise escuchar nada. Tenía una deuda pendiente, y acá estoy.
- ¿Los gringos le dan importancia a tu vínculo con "Bam Bam"?
- Hay una relación de amigos, cuando eres chico tu personalidad cambia al tener cerca a alguien como él. Y acá la verdad es que no le dan importancia. Sólo ven tus números, quieren que rindas. Los latinos ubicamos a todos los jugadores sudamericanos, y claramente el que está bien metido en el fútbol va a saber quién es Zamorano, a los otros no les va a interesar que yo sea su ahijado, si ni siquiera lo conocen.
- ¿Cómo es tu relación con los otro chilenos?
- Con Felipe somos compañeros, hay comunicación diaria. Con Jeison Vargas no he hablado, pero sé que le está yendo bien y que lo quieren harto. A Pablo Aránguiz le escribí antes de que viniera, por si necesitaba algo. Su club es sólido, reconocido por tener buenas academias y vender muchos jugadores. Ojalá triunfe, pero que su club quede debajo del mío, ja, ja.
- ¿Es buena plaza Estados Unidos?
- Totalmente. Antes venías poco menos que a retirarte, pero ahora la inversión es otra. Se ve interés en jugadores jóvenes, hay figuras de selecciones sudamericanas, son organizados y los chilenos son bien vistos. Te diría que de acá a diez años estará dentro de las mejores ligas del mundo.
- ¿Volverías a Chile?
- No lo he pensado, pero para mí no sería retroceso. Ya vimos a Nico Castillo o Ángelo Henríquez. Además, hay que ser profesional. Soy hincha de Colo Colo, pero en el momento hay que ver todas las opciones, no voy a decir que nunca jugaría por otro equipo. Donde estés debes dar el máximo.
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