Aunque nuestro país no pudo clasificar para el mundial de las tierras cuates, este golazo aún es recordado entre los hinchas nacionales.
Era el año 1985, y mientras se jugaba el partido entre Chile y Uruguay por las clasificatorias para México 1986, una falta en el sector derecho del área charrúa entregaba la posibilidad de anotar para los jugadores chilenos. La idea era enviar un centro para que alguno de los delanteros empujara la pelotita hasta el fondo del arco. Pero el tiro libre de Jorge Aravena tuvo un resultado inesperado.
El lanzamiento, ejecutado desde un ángulo casi imposible para la visión del Mortero y la trayectoria lógica del balón, se clavó en un rincón lejano de las manos del portero celeste Rodolfo Rodríguez.
Toda la hinchada chilena presente en el Estadio Nacional quedó contenta con el tremendo golazo del mediocampista, pero también súper impactada con aquel tiro que nadie tenía contemplado que finalizara en gol. Al final, la mocha terminó 2-0 a favor de nuestra selección.
Aunque nuestro país no pudo clasificar para el mundial de las tierras cuates, este golazo aún es recordado entre los hinchas nacionales.