El 12 de junio de 2011, la "U" se enfrentaba en el Estadio Nacional a una misión que parecía imposible. Derrotar a la Católica por tres goles de diferencia, y consagrarse campeón del Torneo de Apertura de la mano de Jorge Sampaoli.
En la final de ida jugada también en Ñuñoa, los cruzados se impusieron 2-0, y con ello la mitad de la copa estaba en manos de los franjeados. Eso al menos creía en su momento el plantel liderado por Juan Anotonio Pizzi, o al menos es lo que quedó claró antes de llegar a la cancha del "Julio Martínez".
Claro, en el bus que trasladó a la UC hasta el Nacional, los jugadores llegaron con cotillón, sin saber lo que pasaría minutos más tarde.
La Católica abrió la cuenta en Ñuñoa, y luego de eso todo sería una pesadilla. La "U", con gran actuación de Gustavo Canales, dio vuelta la historia y pudo gritar campeón en las narices de quienes habían festejado antes de tiempo.
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