De los nervios. Así acabó Brasil el sufrido duelo contra Costa Rica, con Neymar desconsolado en llanto y las pulsaciones a mil. Un descontrol emocional que tendrá que contener el miércoles ante una Serbia con la vida en juego y que no piensa facilitar el empate que precisa la Canarinha para entrar en octavos.
Líder del Grupo E igualada a cuatro unidades con Suiza, Brasil necesita solo un punto para seguir adelante en una competición que arrancó mucho más cuesta arriba de lo que pensaba. No es la única que ha sufrido en este Mundial que comenzó enloquecido, pero sí a la que peores recuerdos le trajo la tormenta de dudas que siguió al decepcionante empate contra los helvéticos (1-1) y a los desesperantes 91 minutos que tardó en abrir el marcador ante la infranqueable Costa Rica de Keylor Navas (2-0).
Coutinho
En los dos casos acabó saliendo al rescate Philippe Coutinho, a quien sus dos tantos le convierten en el máximo goleador del equipo de Tite en Rusia, y casi la única vía que ha encontrado Brasil hacia el arco.
El centrocampista del Barça ha sido el salvavidas de la pentacampeona del mundo con un Neymar todavía en recuperación y un Gabriel Jesús al que la solemnidad del Mundial parece haberle apagado un poco el brillo juvenil.
Desesperado ante la muralla de Navas, Tite redobló su apuesta en el segundo tiempo frente a Costa Rica, cambiando a Douglas Costa por Willian y después a Paulinho por Roberto Firmino. Y surtió efecto. Ambos fueron clave para participar activamente del ataque e intervinieron activamente en los dos goles.