Un 11 de junio de 1998, Chile volvía a las citas planetarias tras 16 años de frustraciones y un escándalo incluido (el del "Condor" Rojas). El país estaba paralizado y hasta la cancha de Bordeaux llegaron miles de compatriotas. Los mismos que celebraron los dos goles de Marcelo Salas (45' y 50'), con los que el Equipo de Todos le dio vuelta el partido a Italia (había anotado Christian Vieri a los 10').
Pero ni en nuestras peores pesadillas había aparecido el nombre de Lucien Bouchardeau, el árbitro nigeriano que inventó un penal en nuestra contra a los 80' e impidió que nos quedáramos con los tres puntos. "Sentí mucha frustración. Habíamos trabajado tanto para eso y cobran eso (supuesta mano de Ronald Fuentes), que para mí no había sido.... Pero tomamos esa injusticia como motivación para lo que vino después y pasamos a segunda fase", recordó Iván Zamorano.
Camino cimentado
Sin embargo, el "Gran Capitán" cree que ese Mundial permitió sembrar la esperanza en las nuevas generaciones y permitir que naciera la "Generación Dorada".
"Aún no creo que hayan pasado 20 años, pues recuerdo cómo si fuera ayer cuando entramos a la cancha y vimos a tantos compatriotas en las gradas. Hoy me siento orgulloso de haber liderado ese grupo que comenzó con costumbres como ponerse la mano en el corazón para cantar el himno, fuimos los que creamos la marea roja que llegó a todos lados y haber cimentado el camino para que estos muchachos nos dieran tantas alegrías", concluyó el ex goleador del Real Madrid.