El regreso del “raro” rock uruguayo del Cuarteto de Nos: del test de Rorschach al fanatismo del presidente

La banda liderada por el obsesivo compositor Roberto Musso regresa al país por partida triple, con Boric como seguidor y un nuevo álbum a cuestas.

Si nos vamos a la cronología del tiempo, podemos darnos cuenta que El Cuarteto de Nos (Montevideo, 1980) nació en paralelo con bandas como Soda Stereo y Los Prisioneros. Ambos estandartes de Argentina y Chile que lograron la masividad latinoamericana en la misma década. Pero los uruguayos siempre han sido un caso raro.

Y aunque en la República Oriental son respetados como tal, pasaron casi veinticinco años para que su sonido fuera descubierta por el resto de América y España. Esto de la mano de Raro(2006), un disco ahora  trascendental para entender la filosofía de la banda y que llegó de la mano de un nuevo sonido impulsado por un compatriota: el productor Juan Campodónico (Bajofondo, Jorge Drexler).

Desde allí, la historia de la banda fue otra. Pese a que la fama internacional y el curso del proyecto resintió a uno de sus fundadores originales (Riki Musso, el guitarrista original dejó la banda en 2009), la pluma de Roberto Musso encontró su casa definitiva en una serie de composiciones irónicas, emocionales y, por sobre todo, profundas. Es como si el español y sus complejidades encajaran perfecto en el universo cuarteril.

Santiago Tavella, otro crítico compositor en el bajo y la simpatía natural de Álvaro Pintos tras los tambores, completan un cuarteto histórico que fue reforzado luego con la sangre joven de  Santiago Marrero en los teclados y Gustavo “Topo” Antuña como digno sucesor de las seis cuerdas fundacionales.

Grammys Latinos, Premios Gardel y cientos de shows en Argentina pero en Chile costó arrancar. El debut en tierras nacionales se fijó recién en 2011 con una íntima presentación en el extinto Club Amanda. Así también lo siente Musso que, en conversación con el diario pop desde Montevideo, también lo miraba con extrañeza.

“Nosotros también nos preguntábamos.. ‘Cómo Chile estando tan cerca, compartiendo un montón de códigos,  tocábamos más en Ecuador que en Chile’ y no había mucha respuesta”.

Pero aquel difícil arranque parece haber quedado atrás: sus dos shows en el Teatro Coliseo de Santiago (6 y 7 de agosto) están totalmente agotados y el tercero en Quilpué (5 de agosto) correrá con la misma suerte.

¿La razón? El descubrimiento post pandémico de una serie de oyentes que en plenas cuarentenas descubrieron el catálogo de la banda.

“Nos descubrió un montón de gente joven, me da la impresión. Lo ves en las edades, cada vez el público más juvenil y que sabes que es la primera vez que va al Cuarteto en su vida. Eso habla del buen momento de la banda”, se apura en teorizar el cantante.

Roberto Musso es el que está justo al medio.

Lámina Once

El regreso de un cuarteto que, en realidad es un quinteto, llega a tres años de su última visita y con un disco nuevo recién estrenado a cuestas.

Lámina Once es el trabajo con el que Musso y compañía estrenan su propia casa discográfica (Porfiado Records) tras años de deambular en multinacionales.

— Roberto, ¿Por qué lanzarse a la independencia a estas alturas?

— Yo creo que es un efecto post pandémico. Surgió bastante circunstancial de acuerdo a la gran incertidumbre que había en ese momento de qué iba a pasar con todo, con la industria, con las giras y con un montón de cuestiones en particular musicales. Nosotros veníamos trabajando hace ya muchísimos años con discográficas muy grandes, ¿Viste? Con EMI Music, con Warner, últimamente con Sony también… pero nos parecía que este era el momento de darnos nuestras propias decisiones.

El álbum cuenta con la producción de Eduardo Cabra (aka Visitante de Calle 13) y el laureado productor venezolano Héctor Castillo (Gustavo Cerati), dos nombres que ya habían trabajado con la banda en Jueves, aquel álbum lanzado en 2019 y que vio frustrada su promoción por los sucesos mundiales.

“Con el tema de la pandemia los viajes estaban muy restringidos por las políticas sanitarias. Se creó una muy linda relación con Eduardo y Héctor que vinieron hasta acá porque era más fácil que ir con toda la banda. Desafiaron hisopados, máscaras, cuarentena, todo. Es un disco que, tras 10 años, volvimos a grabar acá en Uruguay”.

—Eres un compositor bien obsesivo con las letras, ¿Te favoreció todo aquel tiempo detenido de las cuarentenas?

—Sí, algo tuvo que favorecer. Como bien decías vos, yo en las giras no tengo la capacidad de concentrarme, soy super rutinario y estructurado. Me gusta componer tranquilo y me encontré con más tiempo.

“Como a un montón de colegas les debe haber pasado, era complicado el tema de la búsqueda de inspiración en 2020 ¿Viste? Estar viendo constantemente cómo estaba la gente en la parte económica, las pérdidas de trabajo y la salud mental que es otro tema que a mí me interesa muchísimo y que, a la larga, es lo que se estará viendo en los niños y la gente más veterana”.

“Ver la tabla de contagiados y fallecidos por día para mí era tremendo”, pero aclara, “busqué que estuviera esa atmósfera quizás presente pero sin estar explícitamente ligada con lo que estábamos viviendo”.

“La pandemia le puso foco a eso de la lucha de poderes, de estar más polarizados y radicalizados en todo aspecto. Cada vez hay menos grises para elegir en la eterna búsqueda de culpables. La sociedad te exige, te presiona a tomar una posición”.

Solo veo manchas

El estreno del álbum vino acompañado con “Rorschach”, un corte de difusión de casi 4 minutos titulado como aquellas láminas que determinan, según los expertos y su creador homónimo, ciertos aspectos de la personalidad humana.

“Lo de Rorschach no fue casual. Me pareció que el test tenía que ver con eso de buscar clasificarnos de alguna forma pero el personaje de la canción justamente dice ‘Yo solo veo manchas’. Está en todo su derecho de no tener una opción ni decir lo que ustedes quieren que diga”.

— En otra de las canciones dices: “No importa lo que pasa, lo importante es que se sepa”...

— Es que es eso. En esta época de hiperestimulación de la información y que en la pantalla ves gente muriendo en Europa y enseguida te ponen un aviso de detergente y al lado la vida del pingüino… no sé, en el sur, y lo ves todo con la misma emotividad.  Justamente esa frase tiene que ver con eso. “¡Qué importa lo que está pasando! Importa que se haga viral sin importar el contenido”.

El fanatismo del presidente

El regreso del Cuarteto a Chile, esta vez, tiene un condimento extra. El presidente Gabriel Boric es reconocido fan de la banda y así lo dejó entrever en diciembre pasado, cuando previo a la segunda vuelta, citó una frase de Musso en televisión.

El momento ocurrió en Las Caras de La Moneda, el programa de entrevistas de Don Francisco que se ha transformado en una suerte de “tradición republicana” de la televisión previo a las elecciones presidenciales.

“Hay una canción de un grupo uruguayo que me gusta mucho”, le dijo Boric al animador para contextualizar su posición frente al acuerdo del 15 de noviembre de 2019 y que devengó en la creación de una Nueva Constitución.

“No dinamites un puente que luego debas cruzar” era la frase correspondiente a “Roberto”, una canción que Musso se compuso a sí mismo en 2014. Antes, el por entonces diputado había afirmado que aquel disco (Habla tu espejo) le había parecido “muy muy bueno y sorpresivo”.

¿Cómo se lo toma la banda?

“Me enteré que el Presidente es fan de la banda, que nos sigue en Instagram, lo que me pareció genial. Y claro, creo que es el presidente más joven de Latinoamérica y yo creo que desde que era universitario que le gustaba”.

—Citó la frase de tu canción “Roberto” en televisión…

— Excelente elección del presidente (risas) Es una de mis frases favoritas de la canción. La verdad cuando nos enteramos, nos dio muchísimo orgullo también eso. El presidente es, en definitiva, el que está representando democráticamente al voto popular de todo un país. Realmente, lo vemos con muchísimo orgullo. Capaz que va a vernos también, quién te dice… voy a tener que cantar esa canción entonces.

El Cuarteto de Nos se presentará en Chile con fechas en Quilpué (5 de agosto, entradas en Passline) y dos shows consecutivos el sábado 6 y domingo 7 en el Teatro Coliseo. Las entradas para los shows en Santiago ya se encuentran agotadas.

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