El músico y productor chileno alista su debut en Lollapalooza Chile, ocasión en que presentará su segundo álbum, trabajado durante los días de pandemia. En charla con el diario pop, adelanta su show en el megafestival, explica cómo sobrellevó el confinamiento sin presentarse en vivo y la relación de los artistas pop sub 30 con la música urbana.
Hasta este verano, el músico y productor Francisco Victoria (26), conocía la edición chilena del festival Lollapalooza como cualquier hijo de vecino que asiste de público. Pero tras la pausa de la pandemia, sorprendió entre la nómina de chilenos que debutarán en el megafestival, entre otras figuras sub 30 del pop y de la escena urbana.
El músico oriundo de la ciudad de Victoria (su nombre real es Francisco Rojas), subirá al escenario el próximo viernes 18 de marzo, día en que también se presentarán otras figuras del pop criollo como Dulce y Agraz y Fernando Milagros. “Me llegó como sorpresa -reconoce en charla con La Cuarta-. En general en el proyecto no trabajamos con una visión de metas sino con procesos, entonces fue una grata sorpresa”.
Además, marca con toda propiedad un nuevo ciclo. En noviembre pasado volvió a presentarse en vivo en el festival MFest en Matucana 100, y desde entonces su ritmo de presentaciones ha ido variando de acuerdo a las posibilidades de la pandemia. “Hace rato que no toco, toqué después de dos años en Matucana 100 hace poco, pero ha sido bien accidentado lo de las fechas, se bajan, se suben”.
Más aún, el debut en Lollapalooza Chile será la posibilidad de presentar las canciones de Herida, el segundo álbum del cantautor, tras cuatro años de trabajo, del que ya se conocían algunos adelantos lanzados en el último tiempo. “Va a ser la primera vez que toque estas canciones en vivo, poder mostrar en sociedad el trabajo de tantos años. Va a ser intenso, va a ser súper lindo”, detalla.
-¿Cómo será el show que veremos en Lollapalooza?
-El show que viene ahora va a ser bien sobrio en lo visual, es decir, queremos hacer lo que más se pueda con menos, queremos apelar a un minimalismo “rockero”, si se quiere; la menor cantidad de colores, la mayor cantidad de intención. Es poner más en las personas y en mí la responsabilidad de llevar el show que cualquier cosa accesoria; que sea algo bien redondo entre la visual y la performance, pero utilizando recursos bien atemporales.
En la ocasión, Francisco Victoria se hará acompañar de su banda habitual (Felicia Morales en teclado, Raúl Abarca en guitarra, Daniela Riquelme en batería y “quizás se sume alguien más”, cuenta), pero detalla que se hará el tiempo para ver otros shows de la parrilla del festival. “A Phoebe Bridges, quiero verla, me encanta. También va a estar Dulce y Agraz ese día, es bonito como generación llegar a espacios como ese. Al día siguiente va a estar Soulfía de quien también soy fan y amigo también”.
El desamor romántico
En sus ocho canciones, Herida, reúne letras y textos que detallan desamor, pérdidas y desencuentros. Un ánimo desplegado en bases musicales que discurren entre el lenguaje del pop y el indie, en temas como “Te puedes ir, amor”, “Yo créi que eras amiga”, “Maletas de viaje”, entre otras.
“En el proceso de cuatro años de hacer el disco, todo fue calzando de a poco, todo se aunó con este concepto -explica el músico-. Sin querer, las canciones, y sus títulos, fueron configurando una suerte de haikú, un relato en sí mismo. Es desamor, pero no solo desde lo romántico. Yo creo que tiene que ver con la postura que uno toma en su vida con las cosas que le pasan; son pequeñas cosas que me sucedieron y definieron como me siento con el arte, como me siento con las canciones. Está bueno lo de los procesos largos y lentos, como un disco, que no tiene la cosa inmediata del single; todo es parte de un relato, todo es parte de un concepto”.
Lo más reciente, es el sencillo “Te lo pido por favor”, junto a Francisca Valenzuela, cuyo videoclip se grabó en el centro de Santiago, con dirección de Alba Gaviraghi. “Yo estaba terminando el disco y esta canción yo la sentía como una de las más fuertes en cuanto al contenido”, cuenta el músico.
“La Fran acababa de sacar su disco La Fortaleza, que tiene una canción bien bonita que se llama ‘Ya no se trata de tí’ -agrega-. La escuchaba y me decía ‘qué cerca que me siento de ese relato’. Comencé a sentir que a mi canción le faltaba algo; una cosa de la guata que te dice ‘esto podría crecer un poco más’. Pero ya estaba hecha, entonces era un poco lógico que tenía que llamarla a ella. La llamé, le encantó la canción. Ella usualmente no colabora con tantas personas, entonces para mí fue un honor tener su voz en la canción. Se ha creado también una relación súper linda de trabajo y personal”.
A diferencia de su primer álbum, Prenda (2018), producido por Álex Anwandter -una suerte de mentor en su carrera, desde que lo conoció en un taller que impartía en la Corporación Cultural Balmaceda, para luego integrar su banda-, en Herida, es el mismo Francisco Victoria quien se ocupa de la producción musical. Una decisión a tono con su trabajo en las perillas y en la composición para otros artistas, como Princesa Alba -para quien ha compuesto temas como “Summer of love”, entre otras-.
“Ahora ya no lo veo solo como terminar un disco, sino que un paso más en el desarrollo de lo que hago -explica-. El disco me tiene muy contento, lo veo muy lejano al primero. Hay algunos hilos conductores, en algunas letras, algunas cosas. Ahora me pasa que solo puedo pensar en el futuro, que saldrá más adelante, me entusiasma pensar en el camino que pueden tomar las canciones y el flujo creativo que pueda venir”.
-¿Te sientes más capacitado como productor ahora?¿cómo ves tu proceso?
Por supuesto, siento que he tenido un camino no tan largo, pero bien nutrido, con muchas experiencias distintas, con estilos distintos, de cosas pop a más indie. En parte el disco define cuál es mi posición en ese espectro, es como un gris muy extraño entre la cosa más popera de verdad con la cosa más indie. Me gusta estar en ese limbo.
-En tu debut trabajaste con Álex Anwandter, y fuiste parte de tu banda ¿cuánto de esa experiencia te formó?
Un montón. Yo respeto mucho su trabajo, estuvimos hartos años juntos, aprendí mucho de él, cómo enfrentarme a este universo, a los públicos, las definiciones de por qué uno hace las cosas que hace. Lo conocí cuando tenía 18. Gracias a él tuve mis primeros acercamientos a la producción musical, entonces solo tengo palabras de cariño y gratitud.
-¿Cuánto te impactó la pandemia?
Ha sido bastante duro, sobre todo para las personas que trabajan con uno como los técnicos, es bien impresionante el nulo apoyo del gobierno de Sebastián Piñera en este tiempo. Es como si hubiesen esperado que nos calláramos un rato, pero no nos callamos. En lo personal fue bien definitorio, sobre todo en el primer tiempo cuando no se sabía mucho, no había vacuna. Me empecé a preguntar qué tipo de artista quiero ser, ese tipo de preguntas o por qué estoy haciendo estas canciones, qué tengo para decir. Entonces empezó una segunda fase, de sacar algunas canciones, ponderar otras, trabajarlas desde otra perspectiva. Pasé por un proceso muy duro en lo psicológico, pero pude juntar todas la piezas a un concepto, tomar unas definiciones y hacerme cargo de mi.
-¿Y cómo fue el tema de generar recursos?
Afortunadamente, además de cantar y tener shows soy compositor y productor. Eso me permitió diversificarme más por esas áreas que implicaban no estar obligado a trabajar de forma presencial. Hemos hecho shows virtuales, por streaming, pero justo había abierto la puerta hacia la producción musical y la composición para otros artistas, entonces, durante el primer año y medio de la pandemia todo se empezó a dar más por ese camino. Eso le quitó presión a mi proyecto y al tiempo que tenía que dedicarle a sacar el disco y a la rapidez con que tenía que lanzar singles. Me empecé a tomar mi tiempo para todas las cosas, pero me siento bastante afortunado porque pude seguir trabajando desde mi casa; hay muchos colegas que no pudieron.
-Eres parte de una generación de músicos que ha mantenido el desarrollo del pop chileno, pero el año pasado, el artista chileno más escuchado en las plataformas fue Marcianeke ¿sientes que tu trabajo y el de otros artistas pop ha sido “tapado” por el interés que ha generado el trap?
Siempre va a haber música más popular que otra, es algo que no se puede obviar. Le tengo mucho respeto a la escena del trap, le tengo mucho respeto al hecho de que las personas sigan a fenómenos como Marcianeke, que a mí me gusta un montón. Yo no creo que los artistas deban ponerse a competir por quién está más arriba o más abajo en números, la convivencia entre artistas es muy linda; a mí me cae muy bien el Polimá, la Soulfía que transita entre lo urbano y el pop. También he trabajado con gente de ese mundo. Siento que en nuestra generación hay un respeto por el trabajo de varios estilos, sería más lindo que se pudiera ver más, pero es bueno que existan espacios como Lollapalooza en que esto que está pasando.
-Con los contagios al alza ¿cómo ha sido el tema de agendar fechas?¿qué es lo que se viene?
No estamos intentando forzar lo de las fechas porque por el covid todo se puede mover o se puede caer, ya está sucediendo. Entonces intentamos mantener las expectativas bajas sobre la estrategia o el desarrollo y más bien, disfrutar cada hito, hacer cosas en el mediano y corto plazo, que me parece una manera más llevadera. Sino, todo puede ser un estrés y nunca va a estar contento. Vamos pasito a pasito.