Los impulsores de la Liga FMS, los españoles Urban Roosters, lanzan su primer libro con las bases que sustentan al "deporte mental" que tiene a toda Hispanoamérica rapeando.
A mediados de 2010, Pedro Henrique de Oliveira y Asier Fernández fundan Urban Roosters como una sencilla plataforma online para organizar y difundir el arte del freestyle. Una década más tarde, la empresa es uno de los actores más importantes de una industria que acumula millones de seguidores alrededor del mundo.
La historia de su formación y de la génesis del hip hop son parte angular de "Freestyle Revolution" (Planeta), el libro que el dúo español acaba de lanzar en España, México, Argentina, Perú y Chile, países donde el desarrollo de esta actividad parece no tener techo.
De hecho, con pandemia incluida, hace algunas semanas finalizó la segunda temporada de la FMS (Freestyle Máster Series) en Chile, la liga que agrupa fecha a fecha a los mejores freestylers criollos y que coronó a Nitro, Mc nacido y criado en San Ramón.
En conversación telemática con el diario pop, Henrique de Oliveira nos tira todas las flores: "Chile tiene un nivel increíble, no por nada dicen que es el país más rapero del mundo".
-¿Cuáles son las características del rapero chilensis?
Yo viví en Santiago y es una ciudad que me gusta mucho. Hay una comunidad que vive, entiende y consume la cultura del hip-hop y eso es muy bonito. Los freestylers chilenos se dedican mucho a la improvisación y a rapear, suelen ser más clásicos. A mí me encantan.
De la rima a la librería
El libro, ya disponible en librerías chilenas, nació como una forma de traspasar al papel una serie de historias que han hecho de esta disciplina una vitrina de exposición gigante para jóvenes talentos de la improvisación.
"Es para contar toda la revolución que está viviendo el freestyle en el que todos somos participe", adelanta, "servirá de base para una serie de historias que queremos contar. Toco madera para que este no sea nuestro primer y último libro".
-Personalmente, ¿Consideras la improvisación un arte o un "deporte mental"?
Yo creo que son las dos cosas. Creo que el freestyle es un arte, es parte de la cultura, pero al medirse contra otra persona se transforma. Todas las competiciones no dejan de ser un deporte. Creo que tiene esa dualidad: es sano, bonito y necesario. El surf padece de lo mismo.
La liga, presente además en otros países de Latinoamérica y España, considera un campeón, clasificados a instancias internacionales, descensos y ascensos desde una categoría inferior que agrupa a cientos de aficionados que se desarrollan en parques y plazas.
"Tiene una estructura deportiva porque nosotros creíamos que era fundamental generar una estabilidad y libertad para desarrollar el talento. Cada competidor la ve como un trabajo, que tiene sueldo, y se enfoca en desarrollar su máximo nivel. Es la punta de lanza para toda una industria", nos explica desde España el autor.
-¿Recomendarías el libro para ese padre que no entiende las batallas?
Bueno, lo primero es que los padres escuchen un poco a sus hijos, que creo que tienen mucho que contar y compartir. El libro es una buena guía que al fiel amante del freestyle le va a encantar y, además, es un buen punto de partida para quien quiera entender. Si un padre tiene una visión sesgada acá entenderá los valores que mueven la actividad.
Además de su historia, "Freestyle Revolution" contiene un mapa para Chile en el que se marcan las plazas y lugares en donde se puede practicar y ver batallas, además de una serie de tips iniciales para entenderlas.
"Datos como ver la construcción gramatical que existe detrás de una rima, cuántas palabras se dicen en un doble tempo y cómo funciona la cabeza de un freestyler son cosas que nos sorprenden al verlas plasmadas en un papel".
Factor pandemia
Aunque la liga finalizó con éxito en todos los países y el desarrollo de la actividad no ha detenido su crecimiento, los parques, plazas y arenas llenas de gente dieron paso a íntimos espacios acondicionados para el streaming y la interacción virtual.
-¿Cómo el coronavirus ha afectado a la actividad sin tener público presencial?
La falta de público hizo que los freestylers encontraran una nueva forma de batallar. Es muy difícil ver muletillas, están concentrados en los conceptos y en la estrategia que tienen con su rival. Por suerte o por desgracia, el Covid nos hizo transformarlo todo.
-¿Te imaginas la vuelta del público?
Tengo curiosidad de ver cómo vuelven a las batallas, cuando se pueda. Cómo van a reaccionar, si estarán sedientos de gritar cualquier cosa o es un público que, al igual que los freestylers, sufrió una transformación y vendrá exigiendo un poco más. Ahí creo que tendremos la simbiosis.