Este domingo, desde las 21 horas por HBO y HBO Max, debuta el primer spin-off de Game of thrones: House of the dragon, una precuela que hablará sobre la guerra civil que protagonizaron los miembros de la casa Targaryen. Aquí, dos de sus protagonistas anticipan cómo será esta nueva apuesta.
Su final está fechado el domingo 19 de mayo de 2019. Esa noche, después de ocho años de espera e idéntico número de temporadas, se dirimió por fin quién se sentaría sobre el trono de hierro. Para entonces, sin embargo, la serie sufría de críticas despiadadas, y aunque es cierto que la audiencia no hizo más que aumentar con cada ciclo —en Estados Unidos, pasó de tener una media de 9,3 millones en la season 1 a 32,8 millones en la séptima—, su epílogo supuso un sinsabor que desparramó el entusiasmo que durante largo tiempo consiguió despertar.
En tiempos de memes, fuente inagotable de entretenimiento e información que suele utilizar el público para protestar o burlarse de algún episodio en particular, Game of thrones —la ficción de moda que propició el fenómeno #dominGOT hasta el hartazgo en redes sociales— encarnó de pronto, por obra de sus propios forofos, en aquel caballo mal dibujado según avanzaba su trama.
Entre otros motivos, por un ritmo exageradamente acelerado —y aparentemente colmado de atajos— que devino en la elección de un rey improbable, el pobre desarrollo de algunos personajes y, por cierto, la ¿trágica? muerte de Daenerys Targaryen.
Antes de eso, claro, la historia fue otra muy distinta. En su primer episodio, el 17 de abril de 2011, solo en Estados Unidos más de dos millones de personas sintonizaron HBO. Y aunque la serie se inspiró en las novelas que George R.R. Martin publicó desde 1996, recién ese día varios conocieron a los Starks, Targaryens y Lannisters, adoptaron una dinastía como propia y se dejaron seducir por la compleja trama política, los matices de los protagonistas, la larga fila de traiciones y los desnudos que ofrecía su continente imaginario. Parecía cuestión de tiempo para que este drama familiar, con dragones y white walkers se convirtiera en un fenómeno mundial, y así fue. En el camino Oreo le dedicó unas galletitas, Mountain Dew una lata conmemorativa y Johnnie Walker un whisky edición especial; apenas unos ejemplos del merchandising. Otros, de seguro más importantes: es el mayor éxito de sintonía de HBO y la más ganadora de la historia de los Emmys.
Ese éxito es el que quiere traer de vuelta el guionista Ryan Condal. Durante años, la cadena con sede en Nueva York se preguntó cuál era la mejor manera de continuar y capitalizar la convocatoria que había logrado Game of thrones. Y después de descartar algunos planes, como por ejemplo darle vida a la Edad de los héroes, se decidió por tomar prestado el contenido de Fuego y sangre (2018), obra que reconstruye la historia de la casa Targaryen, en clave de precuela. Ese es, en resumidas cuentas, el germen de House of the dragon, primer spin-off de la obra, ambientado 172 años antes.
¿Y por qué los Targaryen, si en la serie madre tuvieron presencia nada más con Viserys, que fallece en los primeros episodios, y fundamentalmente Daenerys, la Rompedora de cadenas o la Madre de dragones, que en definitiva cayó arrastrada por su sed de venganza? Condal, que creó la nueva producción en conjunto con el propio George R.R. Martin, ensayó una interesante respuesta durante un diálogo con The Hollywood Reporter:
“Los Targaryen son como los Jedi en Star Wars. Escuchaste sobre ese momento en que eran abundantes y poderosos y siempre quisiste ver eso. Y ahora lo tienes”.
Dragones, violencia y dolor
House of the dragon se estrenará este domingo 21 de agosto en HBO Max, de modo que hace unos días, en el marco de la gira promocional, dos de los protagonistas del drama, Matt Smith, quien encarnará al príncipe Daemon Targaryen, y Fabien Frankel, intérprete de Ser Criston Cole, ofrecieron una conferencia de prensa desde Ciudad de México en la que participó La Cuarta. Allí, ambos actores, cuidadosos de no caer en ninguna clase de spoiler, le explicaron a Óscar Uriel, crítico de cine que ofició como moderador, los desafíos de la producción y las dificultades que acarrearon sus personajes.
“Daemon es un personaje muy ambiguo, con un área gris muy grande, porque aquí los personajes nunca son enteramente héroes o villanos, no son lineales en los libros, sino muy complejos”, sostuvo Smith. Claro, Daemon, en esencia, simboliza bastante de lo que propuso Game of thrones: es un guerrero que parece estar dispuesto a todo, incluso pelear contra su propia sangre, con tal de hacerse con el trono.
Es más, a modo de ejemplo, el actor jugó con la frase acaso folclórica que acompaña a los Targaryen: cuando nace cada uno de ellos, los dioses lanzan al aire una moneda que definirá si su destino será la grandeza o la locura. “En el caso de Daemon, creo que la moneda sigue en el aire, jamás aterrizó”, arriesgó, entre risas. “Él camina sobre la hoja de un cuchillo y en cualquier momento podría caer hacia un costado o hacia el otro (...); creo que en el fondo es una persona muy frágil”.
En cuanto a la dinastía, Smith dijo que “por un lado hacen cosas muy extremas, ya vieron hasta dónde pueden llegar en los libros, pero en la misma medida son una familia normal... ¡Son una familia! Y en eso nos enfocamos, en su naturaleza doméstica. Quizás en Game of Thrones la atención saltaba de un mundo y de una familia a la otra; acá está todo concentrado”.
Entonces intervino Frankel: “Yo los describo desde afuera porque no interpreto a un Targaryen, ¡pero tienen problemas! ¡Muchos! Y deberían ir a terapia. Es más, me encantaría un capítulo de los Targaryen yendo juntos a terapia!”.
El actor que le dará vida a Ser Criston Cole —hijo del mayordomo del señor de Blackhaven, sin derecho a tierras ni títulos, pero con una habilidad sin igual con la espada— también se refirió a la naturaleza shakesperiana de la obra —”Es poderosa, es visceral, es oscura, es como una tragedia de Shakespeare”, la describió hace un tiempo George R.R. Martin—: “Para eso ayuda la formación teatral que tenemos casi todos los actores de la serie, porque incluso muchos de los actores jóvenes vienen de ahí también. Entonces tenemos un entendimiento rítmico de cómo dar esas escenas grupales”.
Finalmente, consultado por lo que se puede esperar de esta precuela, Matt Smith dijo que House of the dragon es “el segundo álbum de un grupo de rock”, pero de inmediato advirtió que “además de los hits, queremos ofrecer otros temas, incluso quizás hacer un mejor álbum que el primero”.
“Intentamos algo a escala y original. Estarán los hits, porque habrá dragones, violencia, amor, pérdidas, dolor; todo lo que los espectadores disfrutaron en Game of thrones, pero desde otra perspectiva”, completó.