“Hubo un momento de inflexión en mi vida”: el español Álvaro de Luna aterriza en Chile con su primer disco en el bolsillo

“Muy contento”. Así se siente el sevillano Álvaro de Luna previo a su debut en un escenario chileno. De hecho, “ahora estoy con los nervios previos al viaje”, asegura a La Cuarta antes de su arribo del 7 de noviembre, un par de días antes del concierto en Club Subterráneo, el 10 a las 18:30 horas.

“La idea es quedar con artistas de allá, conocernos, hacerse un sitio, todo el trabajo previo antes de disfrutar con la gente cantando”, cuenta y detalla que uno de los encuentros será con su colega chilena Denise Rosenthal.

El español de 28 años llega con un sencillo recién salido del horno “Tu nombre”, y durante marzo lanzó su primer álbum, Levantaremos el sol, que tiene como su gran hit el temita cargado de nostalgia como lo es “Juramento eterno de sal”.

—¿En qué momento surge el sueño de ser músico?

—No ha habido nada concreto. Soy del sur de España, de Sevilla, digamos que la cultura musical está muy presente en toda Andalucía. Crecí en una casa donde cada vez que nos reuníamos familiares, amigos y tal, siempre había música y cantábamos. Como he ido creciendo con eso y a mi madre siempre le ha apasionado mucho la música, me la ha inculcado desde muy pequeñito; era algo que llevaba un poco intrínseco.

Antes, durante tres temporadas, fue parte de la banda Sinsinati con quienes lanzó algunos sencillos que acumulan más de 30 millones de reproducciones como “Indios y vaqueros” y “Cuando éramos dos”.

—¿Qué desencadenó tu salida del grupo?

—Básicamente lo que pasó es que estábamos en pandemia. Empecé a escribir canciones que se salían bastante de la onda que llevaba Sinsinati, tanto con el primer álbum como con el segundo que estoy preparando. Y me apetecía volver un poco al principio, porque con Sinsinati solo estuvimos tres años, aunque fueron muy intensos, pasaron cosas muy bonitas. Pero quería volver al principio, empezar de cero, a hacer mis canciones hablando de mí, contando historias de verdad, más a nivel individual.

Lecciones

—Levantaremos el sol surgió cuando enfrentabas drama amoroso… ¿Fue eso lo que determinó la idea del disco?

—En la cuarentena lo que pasó fue estar encerrados en casa, no poder hacer nada. En ese momento tenía pareja, y ahí empezaron a nacer las canciones como “Juramento eterno de sol”, “Levantaremos el sol”, “Morena” y París”. Eran canciones que hablaban de esa nostalgia de futuro, por no poder hacer los planes que hacía con ella debido a que teníamos que estar separados, y en ciudades diferentes. Fue un poco por eso, simplemente por pensar en la cantidad de cosas que no íbamos a volver a hacer con la normalidad que las estábamos haciendo. Todos los veranos era como un viaje obligado, desde que nos conocimos, pasar siempre por Portugal, una vez al año. Lo terminé (el disco) justo cuando rompimos.

Eso sí, durante las últimas horas, tras ser pillados a los besos, la prensa rosa de España reveló que el sevillano se encontraría en un romance con la influencer y modelo, Laura Escanes, quien recientemente se separó del publicista Risto Mejide.

—¿Qué lección te dejó Levantaremos el sol, ya sea en la vida como en la música?

—De todo se aprende. Es un disco con el que estoy muy contento, pero creo que salió en un momento equivocado, en el sentido de que llevaba dos años grabado y hablaba de una persona que vivió una determinada situación dos años atrás. Cuando salió estaba muy feliz, era mi primer álbum, muy contento con el mensaje que cuenta, pero no me representaba en el momento que salió, a nivel vital y personal.

Sin embargo, “he empezado a armar el siguiente, que de hecho lo termino a la vuelta, después de la última fecha en Colombia”, adelanta sobre sus planes tras la gira por Sudamérica. “Estoy un par de días en casa descansando, habituándome al horario de acá (España), y de vuelta al estudio”.

—¿Qué cambio en ti? ¿Por qué ya no te representaba?

—No me representaba porque habían pasado dos años desde la historia de amor, y se acabó. Estaba en otro momento vital, conociéndome a mí mismo, investigando otros sonidos, que son los que tiene el disco de ahora. No es que no me represente, es que el mensaje no me representaba como persona en el momento que salió (marzo del 2022).

Nuevos aires

Hace un tiempo, sobre sus intentos por hacer carrera como músico, contó a El Mundo que “Llevaba mucho tiempo intentando que mi música funcionase, pero no pasaba”. Mientras, por aquel entonces, vivió en la capital de Inglaterra en busca de convertirse en productor musical.

—¿Por qué empezó a funcionar?

—Yo creo que no le había puesto tanto empeño como le puse después. Van a ser doce años desde que decidí coger mi guitarra, escribir canciones y a tocar en bares, en la calle, o en donde me dejaban hasta que me echaba la policía. Entonces hubo un momento de inflexión en mi vida en que volví de Londres con la mente súper abierta a nivel musical. Llegué a España, me puse a estudiar ingeniería en sonido para grabar un poco, para formarme a nivel producción y mezcla. Y aproveché eso para empezar con las primeras canciones.

—”Todo el mundo que está empezando quiere el éxito, pero no sabe hasta qué punto lo quiere”, dijiste en otra ocasión... ¿Qué sensación te produce el “éxito”?

—Al final todos los que nos dedicamos a esto, en algún momento de la carrera, no digieres bien el éxito, porque hace un año o meses estabas tocando la guitarra para ti, en fiestas con colegas, bebiendo en la casa de amigos, en la calle o en bares y tal, y de repente pasas de eso a sonar en la radio, a que te paren en la radio, que te reconozcan, te pidan fotos, llenar salas, primero de mil, tres mil, cuatro mil, cinco mil... Entonces es cuando todo eso, si viene relativamente rápido, te abruma, porque pasas de tener una vida normal a que todo lo que hagas va a ser conocido por todo el mundo.

—¿El disco que sacarás ya tiene nombre?

—Todavía no, pero tengo varios planteados. No lo tengo claro hasta que esté del todo terminado el álbum, con todas las canciones grabadas, escuche el álbum entero, entienda y asimile cuál será el mensaje o que quiero provocar. Pero es un álbum totalmente diferente en cuanto a sonidos, a las letras, porque hablan de ese momento de transición. Continúa la historia, aunque el ambiente y todo el background es diferente.

—¿Ya no es un “nosotros” el que protagoniza las letras?

—Ahora es un poco ese proceso en que te dedicas a salir, a estar con colegas, de repente te entra un poco el bajón, la depresión de que “tampoco me está llenando esto que estoy haciendo”, y empezar a hacer cosas diferentes, y la vida de repente cambia un poco.