Ibai Llanos: tres formas de revolucionar el paradigma del entretenimiento

1.

Es 2010, Ibai Llanos tiene 15 años y dedica buena parte de su tiempo libre a jugar Call of duty: Modern warfare 2 (2009). Cuando no lo hace, consume el contenido que suben prácticamente a diario un puñado de incipientes youtubers españoles —Willyrex y Alexby11, por mencionar a algunos—: gameplays del fps sin apenas otra pretensión que presumir su habilidad en cada partida. Claro, a esas alturas en YouTube no se ganaba lo que hoy y hacer una carrera de ello suponía una quimera. Muchos de ellos ni siquiera enseñaban su rostro, algo que actualmente se pueden permitir sólo unos pocos. Ibai se convence de probar suerte con su propio canal y, junto a otros tres amigos, funda Ibai95, donde consigue unos cinco mil suscriptores pero poco más. “Fue un fracaso rotundo (...); nuestro mayor pago fueron 100 euros a pagar entre tres”, dirá más tarde en una conversación con The Wild Project. Luego de un par de años, acaso impulsado por el inevitable declive del CoD, aparece en su vida otro juego: League of legends.

Ibai, que se define un enfermo del fútbol, durante años consumió cientos de horas de radio, miles de relatos, y solía trasladar esas narraciones tan características, como afición, a cada una de sus partidas. Para entonces, el bilbaíno aún soñaba con estudiar periodismo y dedicarse al mundo del deporte. Y el LoL, acaso un título fundacional para los esports, con un formato competitivo donde diez campeones se enfrentan en una batalla cinco contra cinco, le permitía eso: poner en práctica el tono, la forma de expresarse, el manejo de los tiempos y el vocabulario propio de la narración desde las gradas. Lo que no sospechaba es que llamase tanto la atención…, y menos que sería la llave para abrir tantas puertas.

En 2014, cuando pasaron cuatro años desde su primera aproximación al mundo de los videojuegos —y del streaming, por cierto— el League of legends ya había asaltado definitivamente el sitio que alguna vez tuvo el Call of duty. Llanos ocupaba su tiempo en subir niveles y comprender de mejor forma la dinámica del juego. También, junto a su mejor amigo, Ander Cortés, comentaban partidas de la categoría de bronce, el nivel más bajo que ofrecía por entonces. Pero eso, que comenzó puramente por diversión, se convirtió en algo más serio cuando en agosto se enteraron de una audición de la Liga de Videojuegos Profesional (LVP), la liga de esports de España, que buscaba comentaristas. Llenaron la solicitud, presentaron unos audios y finalmente se quedaron con el empleo: desde allí hubo un quiebre en la historia de Ibai. En poco más de cinco años trabajando como caster —comentarista de videojuegos— narró más de tres mil partidas y fue parte de un centenar de eventos. “Me recorría las ciudades como un feriante, quedándome en hoteles de mierda”, le dijo a Forbes. Con 21 años, fue el encargado de presentar eventos para todo el mundo a través de la propia empresa que desarrolló el LoL, Riot.

Finalmente vendría su renuncia a la LVP poco antes de la pandemia, acusando el desgaste, sus primeros pasos como creador de contenidos para el equipo G2 eSports, y una explosión que devino en él, su figura, como un fenómeno cultural pocas veces visto. Pero en cada una de sus entrevistas, Ibai Llanos Garatea —Bilbao, 26 de marzo de 1995— se esfuerza por aclarar todo lo anterior: que él no cayó del cielo arriba de una silla para stremear en Twitch o subir videos a YouTube en 2020, sino que detrás de su éxito hubo un camino largo para ocupar ese sitial.

2.

—¿Quién es Ibai?

Esa pregunta, acaso despectiva y que ahora funciona como alerta en las transmisiones del bilbaíno en Twitch, la pronunció un viernes a la tarde el periodista argentino Gustavo López, poco después de haber comenzado su programa en Radio La Red. López, de larga trayectoria en los medios deportivos trasandinos, canchereó a Llanos molesto porque Paulo Dybala, artillero de la Juventus y la selección, se había paseado casi dos horas por el programa del español, Charlando tranquilamente, una oportunidad que difícilmente le hubiera concedido a él.

—¿Por qué los jugadores hablan con Ibai? Me pone nervioso eso. ¿Quién es? ¿Seis millones de seguidores tiene? ¿Y a mí qué me importa? —insistió el periodista en la radio.

“He visto las otras entrevistas y son diferentes a lo que a veces como deportistas estamos acostumbrados a hablar. No son charlas tan distendidas así, o graciosas, o que uno pueda hablar sabiendo que es en chiste, de joder y reírse y pasarla bien. El público es otro, lo sabe entender y eso está bueno. No sé cuánto estuvimos, pero se pasa rapidísimo porque al final es divertido”, le dijo Dybala a Ibai al cierre de su conversación. En esa frase se encuentran los motivos que buscaba Gustavo López: el streamer, a diferencia de un periodista, no busca el título, no le interesa; plantea una charla y poco más. Dybala, por cierto, era apenas el último de una serie de cracks que desfilaron por el canal de Ibai. Antes estuvieron en Charlando tranquilamente Gerard Piqué, Sergio Ramos y “Kun” Agüero . Después de él se sumaron a la lista Andrés Iniesta y Ronaldinho. Otros futbolistas como Thibaut Courtois (Real Madrid), Borja Iglesias (Real Betis) y Aymeric Laporte (Manchester City) también compartieron con él, jugando Among us o Fortnite.

“Quizás soy el tipo de persona que les cae bien, un poco diferente”, resumió el español, en una nota que el New York Times tituló precisamente con la pregunta: ¿Por qué todos hablan con Ibai?

El pretexto de esa nota, sin embargo, fue lo que pasó después de Dybala y la polémica con López, cuando el “Kun” Agüero llevó al streamer, sin que él sospechara, a la cena de despedida de Lionel Messi, que acababa de firmar por el Paris Saint-Germain. Ese encuentro, a fin de cuentas, devino en que el astro argentino lo invitara días más tarde a su presentación en el cuadro parisino. El video se encuentra ahí, en YouTube, y suma más de ocho millones de visitas: Ibai y sus dos mejores amigos, Ander Cortés y Borja Nanclares, viajaron a Francia y grabaron con un celular, enfrente de medio millón de espectadores, la primera entrevista que Lio ofreció en el campo de su nuevo club. “¿Tú crees que comí mucho?”, preguntó el español, fiel a su estilo, al mejor jugador del mundo evocando su cena nada más arrancar la conversación. No hubo consultas sobre su salida del Barcelona o el esquema de Pochettino sino un diálogo ameno. Aun así, Llanos estaba nervioso y se podía constatar al mirar el movimiento de un bolígrafo que sostenía entre sus dedos. “Fue la mayor presión que jamás he sentido”, confesó a Forbes.

Ese es Ibai.

3.

La conversación con Lionel Messi en el Parque de los Príncipes tal vez sea el momento más destacado de su todavía breve trayectoria detrás de la cámara, pero en rigor es apenas uno más dentro del abanico de hitos que Ibai se ha marcado desde que en enero de 2021 tomó la decisión de dejar a G2 y arrojarse solo a la ruta. Porque si hay algo que ha distinguido al bilbaíno de otros streamers, es que revolucionó el mundo del entretenimiento en Internet, arrimando a Twitch una serie de formatos por los que antes nadie había arriesgado. En las próximas líneas, un rápido repaso:

Horas antes de la segunda jornada de la Copa América, el pasado junio, Ibai anunció que junto a Gerard Piqué —a través de Kosmos, la empresa del defensa blaugrana— adquirieron los derechos del certamen para transmitirlos vía Twitch para toda España. El primer partido que pasaron por la plataforma, y que narró junto a su amigo Ander Cortés, fue el clásico rioplatense entre Argentina y Uruguay, que culminó con victoria albiceleste por la cuenta mínima. Por cierto, el encuentro decisivo de la Copa América se emitió desde PortAventura World con una previa espectacular que incluyó la participación, por ejemplo, del “Fenómeno” Ronaldo, que esa tarde admitió ser suscriptor del español.

Su relación con Piqué, que ahora es su socio de negocios, también incluyó los derechos del primer juego de Messi vistiendo la camiseta del Paris Saint-Germain, y un inédito Mundial de Globos, que se disputó el pasado octubre. Lo que comenzó como una broma, un viral de TikTok en el que dos tipos luchan por no dejar caer un globo, fue suficiente para que el streamer y el zaguero del Barcelona firmaran uno de los eventos más improbables de la historia de la plataforma, reuniendo a 32 competidores de distintos países (Chile fue uno de los participantes) y a medio millón de espectadores. Perú se coronó en la primera edición.

Llanos también ha apostado por fortalecer el vínculo entre la televisión e Internet, llevando con gran éxito a Twitch formatos que parecían únicamente funcionar en la pantalla chica, como las Campanadas en Nochevieja, su propia versión de First dates, una serie de cocina para streamers como Disaster chefs, una velada de boxeo —con alfombra roja incluida— que verá su segunda versión en un par de meses —y donde peleará el actor Jaime Lorente— e incluso una carrera de karts que tituló el Gran Premio de Twitch. En Charlando tranquilamente, además de los futbolistas han pasado streamers y reconocidos artistas como Ed Sheeran, J Balvin, Nicky Jam o Nicki Nicole.

Y finalmente está KOI, el equipo de esports y punta de lanza de la sociedad empresarial Piqué-Ibai, que ambos presentaron el pasado mes de diciembre en un multitudinario evento, realizado ante más de 15 mil personas, en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Esta semana precisamente el streamer subió en sus plataformas un documental titulado “Somos KOI”, que deja al descubierto el origen de esta conexión. “Me acuerdo de un día que llegó a la oficina y venía con muchas ganas, un poco excitado”, explica en un pasaje de la grabación el referente del Barça. “Es una persona atrevida, es una persona innovadora, es una persona que arriesga, con muchas ganas de hacer cosas, independientemente del dinero que eso le pueda dar”, lo piropea más tarde Llanos.

Como sea, Ibai promete no quedarse “solo” en esto.

—No estáis preparados para lo que se viene en verano. En verano no está solo la velada de boxeo, también habrán tres gigaeventos, tres históricos —avisó hace unas semanas.

“Ibai, hazlo”, fue el mensaje que, entonces, más se repitió en su chat.