La nueva gran novela de Hanya Yanagihara: “Es un testimonio de la resistencia individual”

Hanya Yanagihara.

Tras el éxito de Tan poca vida en 2015, la escritora gringa vuelve con un volumen que, en 900 páginas, relata tres historias: un pasado alterno de Estados Unidos en que está permitido el matrimonio homosexual durante el siglo XIX, luego un 1993 azotado por “la enfermedad” y, al final, un futuro envuelto en un gobierno totalitario. “Está deliberadamente fuera de la corriente literaria de nuestros tiempos”, dice sobre su nuevo libro, Al paraíso.

Es un trío de novelas que, en un diálogo íntimo y profundo, componen el nuevo gran libro de la estadounidense Hanya Yanagihara, autora del best seller Tan poca vida (2015).

Se trata de Al paraíso (Lumen), compuesto por más de 900 páginas y que llegará en marzo a las librerías de Chile.

Escribió los tres relatos simultáneamente, teniendo en mente problemas como el totalitarismo, el cambio climático y las pandemias. La primera trama está basado en un cuento de Henry James y se ambienta en una dimesión alterna del pasado gringo, en 1893, donde el matrimonio homosexual está permitido. Ahí un adinerado joven no sabe si casarse con un pretendiente escogido por su abuelo o con un pobre profesor de música, de quien realmente está enamorado.

En un inicio, la novelista pensó: “¿Cómo habría sido Estados Unidos si no estuviera basada en la tradición puritana? ¿Cómo serían las mujeres? ¿Cómo hubiera evolucionado todo? Porque el matrimonio tradicional es como la piedra angular de esta sociedad establecida”.

De ahí, la siguiente historia se pega el salto a 1993, y es sobre un joven asistente legal que vive en un Manhattan asediado por “la enfermedad” junto a su pareja. Y el tercer relato imagina un futuro azotado por plagas, en 2093, con un estado totalitario, en que un miembro de la insurrección intenta sobrevivir con su familia.

Sobre aquellos futuros imaginados (o quizá no tanto), Yanagihara reflexiona a través de un antiguo dicho budista, en conferencia de prensa donde estuvo La Cuarta: “Cuando hablamos del presente, realmente estamos hablando del pasado; de forma tal, que si hablamos del futuro, seguramente estamos hablando del presente”, de esa manera, “en el fondo, está hablando de las inquietudes, miedos y preocupaciones del presente”.

¿Una novela “anticuada”?

Aunque habitan tres siglos distintos, los tres protagonistas responden al mismo nombre: David Bingham.

Si bien son personas diferentes, “ellos no se han sentido parte íntegra de la sociedad, un poco desplazados”, detalla la autora. Aunque “se consideran personajes que gozan de privilegios, no sienten ese sentido de pertenencia”.

Según la escritora, los tres protagonistas responden al mismo nombre, porque Al paraíso “intenta sugerir que nosotros tendemos a pensar que somos como individuos responsables de la Historia, que las cosas son lo que son porque es responsabilidad nuestra; ¿pero qué ocurre si es justo lo contrario?”, es decir, si en realidad “somos cómo somos por las circunstancias”.

Hanya Yanagihara en una conferencia.

También comenta que este novela, de alguna manera, no se escapa del resto de la literatura en el sentido de que “todas las novelas tratan de dinero; si uno se fija en las novelas de Jane Austen, de León Tolstoi y muchos escritores, vemos que el dinero está presente y es un punto de fricción además del amor y la búsqueda del amor”.

Y hablando el ruso Tolstoi, hay quienes han comparado Al paraíso con la mítica Guerra y paz (1867). Sin embargo, ella se desmarca de ese cruce: “Creo que se refiere más bien al volumen del libro, al tamaño”. Sí concede que esta nueva publicación “va un poco contra corriente, en el sentido de que la tendencia literaria de Estados Unidos y el Reino Unido no es este tipo de literatura, sino la autoficción”, textos que “interiorizan mucho, en la que el narrador, si no es el autor del libro, es alguien que está entre el protagonista y el autor”.

“Este libro, digamos, sigue una línea ‘anticuada’ de forma deliberada”, declara. “Está más basado en la literatura del siglo XIX de Europa y Estados Unidos, y trata sobre qué es el concepto de nación, ciudadanía, de cómo el tiempo, la suerte y los acontecimientos que le ocurren a uno en la vida nos cambian como individuos y sociedad”.

En conclusión, remata, “está deliberadamente fuera de la corriente literaria de nuestros tiempos”.

Tan optimista como pesimista

En el futuro totalitario que inventa Yanagihara, buscaba preguntarse “si las libertades personales no contradicen, acaso, la idea de libertad nacional”.

Esa reflexión surgió a propósito de dos hitos que han golpeado poderosamente a Estados Unidos en los últimos 20 años: los atentados a las Torres Gemelas de 2001 y la crisis provocada por el Covid-19, tras los cuales se han aplicado una serie de políticas públicas restrictivas. “Tendremos que esperar unos 20 años y ver hasta qué punto las leyes adoptadas por el gobierno fueron o no las adecuadas, si nos coartaron más las libertades”, comenta.

Yanagihara define a EE.UU. como un país que “tiene sus contradicciones”, las cuales de hecho le dan su “energía” como nación. Allí “conviven dos tipos de personas; por un lado, hay una comunidad que es muy conservadora, en el sentido tradicional de la palabra, muy religiosa”, explica. “Y estas personas conviven con todo otro grupo que es la encargada de producir productos culturales de vanguardia y de subvertir determinadas convenciones”.

Por lo tanto, “siempre ha habido un movimiento de tira y afloja, avanzamos y retrocedemos”; de esa manera “no existe un único Estados Unidos, sino que hay distintos tipos”, lo que define al país como tal; “pero que al mismo tiempo es desesperante para sus ciudadanos”.

Hanya Yanagihara detrás de unos arbustos.

El mismo año que Donald Trump fue elegido Presidente de Estados Unidos, el 2017, la autora empezó el proceso de documentación para Al paraíso, e inició la escritura en 2018. Eran días convulsionados en tierras gringas, con medidas como el muro fronterizo con México o la retirada del Acuerdo de París contra el cambio climático.

Por aquel entonces, ella, como editora general de T Magazine —publicación de viajes y moda del New York Times—, “no tenía posibilidad de expresar mis opiniones políticas”. Así que la novela se fue convirtiendo en un canal en el cual pudo plantear “todo este tipo de preocupaciones de una forma que no me comprometiera como periodista”.

En cualquier caso, “la novela sí que es esperanzadora”, destaca.

“Es un testimonio de la resistencia, de la resiliencia individual del ser humano, de la capacidad que tenemos de, independientemente de la situación terrible en la que nos encontremos, ya sea política, social, de amar, seguir adelante”, dice. “La esencia humana que ningún gobierno podrá demoler jamás”.

Así que si bien Al paraíso “no es optimista sobre la situación actual de EE.UU., sí que lo es con respecto a la capacidad de los estadounidenses”.

La escritura egoísta

Tras terminar Tan poca vida en 2013, Yanagihara pasó un largo tiempo sin escribir. Su labor como editora le impedía dedicarse a una nueva novela durante largos periodos.

Eso sí, considera que se trata de dos actividades muy diferentes, por lo que no se necesariamente se entorpecen la una a la otra. “La primera es un trabajo en que uno hace una labor de gestión de personas, de tipo administrativa, fotografía, gestión de dineros”, explica. Pero “ser escritor es otra cosa y, si uno llega a casa y es disciplinado, y decide ponerse a escribir, hay que reconocer que utiliza otra parte del cerebro: es un trabajo mucho más creativo, y mucho más egoísta”.

Y es que el periodismo implica armar un relato preciso, que exprese datos-hechos u opiniones, dice. “Como periodista uno siempre tiene que tener al lector en mente; en cambio como escritora, no”, explica, por eso es una labor “mucho más egoísta, no hay que preocuparse por los hechos, por la longitud de lo que se escribe, ni por nada de eso”, sino “centrarse en que lo que se relate sea coherente e interesante”.

Hanya Yanagihara posa junto a Tan Poca Vida.

Al recordar el éxito en ventas que fue Tan poca vida, Yanagihara dice que, tras su publicación en 2015, “siempre supe, desde un principio, que sería un libro que tendría lectores”, porque si bien era “un libro que había escrito para mí, sabía que encontraría gente que conectaría, porque respondería a una serie de preguntas que yo planteaba”.

Pero ella creía que solo sería un grupo pequeño, un puñado de adeptos.

“Fue una enorme sorpresa encontrar tantísimos más lectores”, cuenta. “Para mí es un honor y un misterio; uno de los grandes misterios de mi vida. Nadie sabe por qué y ni siquiera la editorial. He tenido mucha suerte”.

Al Paraíso.

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