Cómo Luis Dimas se transformó en el Rey del Twist

Desde sus inicios, Luis Dimas destacó por su voz y emular a la perfección un nuevo estilo creado en EE.UU. Al imponer hits como "Let's twist again", "Caprichitos", "Sueña", "Zapatos rotos", se consolidó como una de las estrellas de la canción en plena era de la Nueva Ola.

El fallecido Rey del Twist, Luis Dimas, es de esos personajes que resume una época. Exponente de una generación de artistas surgida gracias al auge de la cultura juvenil, en los años sesenta, Luis Salvador Misle Troncoso -su nombre real- se forjó un camino en la música desde su adolescencia.

Era solo un chiquillo cuando su voz comenzó a destacar en programas de talentos, como el recordado "Calducho", de Radio Minería; un semillero del que también salieron futuras estrellas como Fresia Soto, Luz Eliana, Larry Wilson, Pat Henry, y tantos otros. Fue allí, en los pasillos de las emisoras en que se forjó un movimiento que haría historia: la Nueva Ola. Y Dimas, sería una de sus figuras destacadas.

Fue un encuentro con el célebre disjockey Ricardo García -quien después impulsó la carrera de gente como Patricio Manns y fundó el sello Alerce-, el momento decisivo de su vida. Convencido con el talento y los dotes de showman, García lo introdujo al sello Phillips, el que buscaba un nuevo cantante para el conjunto The Lions, por el que ya habían pasado Peter Rock y un joven argentino llamado Nery Nelson que años después sería conocido como Palito Ortega.

Pero el joven Dimas buscó su camino propio. A la usanza de la época tomó el repertorio, los pasos de baile y el look de una figura extranjera. Si Peter Rock provocó un remezón en la juventud al presentarse como un Elvis Presley criollo, Misle supo de inmediato lo que debía hacer cuando el productor Camilo Fernández -una de las figuras relevantes de la industria en esa época- le pasó una copia del nuevo sencillo del estadounidense Chubby Checker, el Rey del Twist original.

Es 1961, y con solo dieciocho años, "Let's twist again", otro Rey -latino, de amplia sonrisa y algo más bajo- proclamaba su gloria.

https://www.youtube.com/watch?v=awAvUtI60kc&ab_channel=LuisDimasVEVO

Inspirado por su referente, Antonio Prieto, Dimas también introdujo un estilo en que dramatizaba la interpretación, tal como lo hizo el español Raphael.

Acompañado de una banda, Los Twisters, el artista no se conformó con ser un mero imitador. A contrapelo de lo que se estilaba en aquellos días, el artista pujó por que se le permitiera grabar su propio material. Así impuso éxitos como "Penas juveniles" y "Señorita desconocida", y otros de autoría de Jorge Pedreros como la clásica "Caprichitos" (esa de "nunca nunca te diréee") y "Sueña" -firmado junto a Franz Benko-.

Solo en un par de años, el grupo se consolidó como un equipo competente, lo que les permitió incluso, crear material para otros.

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Un "Rey" a la pantalla

Mientras soviéticos y estadounidenses llevaban la Guerra Fría a las estrellas, en el Chile de la "revolución en libertad" de Frei Montalva y los clásicos universitarios animados por las fintas de Leonel Sánchez y Tito Fouillioux, Dimas amplió sus horizontes.

Desde 1964 comienza a visitar de forma regular los estudios de televisión, e incluso tuvo incursiones en la TV de Argentina, en los años en que otro chileno, Antonio Prieto tenía un exitoso programa.

De vuelta en Chile, hacia 1967 asume la conducción de un show que llevaba su nombre, en Canal 9. La buena estrella le abrió la posibilidad de trabajar en la televisión del Perú, donde se consolidó como presentador. Por cierto, no dejó la música y se dio maña de imponer hits como "Zapatos rotos" y "El éxito".

https://www.youtube.com/watch?v=cVHcGfJLmQ4&ab_channel=Dr.JamesII

Los 70's, que él llamó su "década loca", le tuvo deambulando entre Canadá y Estados Unidos. Fue un período con más mitos que certezas. Se afirma que cantó en casinos de Las Vegas, al estilo de Elvis -a quien aseguró conocer, según detalló a La Cuarta en 2011-.

A su regreso al país, en 1984, tuvo alguna aparición más esporádica en la pantalla y algún local nocturno. Por entonces, confesó sus problemas con el alcohol y luchaba por no quedar relegado a -parafraseando a Buddy Richard- un puesto en el reparto del olvido.

Con la nueva década, su participación en el filme debut de Daniel de la Vega, Takilleitor, le posicionó como figura en la cultura pop. El revival nuevaolero impulsado por la teleserie Estúpido Cupido (1995), ambientada en los años sesenta, creó un interés por volver a escuchar las canciones de la época. Ello le permitió regrabar sus viejos clásicos y relanzarlos en el disco Luis Dimas, El Rey. 21 Grandes éxitos.

https://www.youtube.com/watch?v=C3029fLPaVY&ab_channel=M%C3%BAsicasDeLosa%C3%B1os60%CC%81s%2C70%CC%81s80%CC%81sy90%CC%81s

De todas formas, por una u otra razón, volvía a la palestra. Participó en la reunión de algunas figuras de la Nueva Ola en la edición 2001 del Festival de Viña y años después fue parte del programa Rojo Vip, de TVN.

Fueron estos los últimos pasos relevantes para un artista que a punta de buenas canciones, carisma y una voz poderosa, que mantuvo hasta el final de sus días, consiguió un lugar en el cancionero popular chileno. Lo resumió él mismo en una canción. "Éxito, por el que lloran/por el que sufren/hasta morir".

Más que los escenarios, en el período final de su vida, el artista recorrió los centros de salud. En octubre de 2019, varias dolencias forzaron su hospitalización en Quilpué. Fue una de las varias complicaciones en el corazón que mantuvieron en alerta a su círculo más cercano, hasta su deceso. Larga vida al Rey.

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