Arrancó el segundo arco de la producción que humaniza al ícono mexicano. En esta oportunidad, la entrega lo exhibirá en el peak de su carrera, en los años 90, debatiéndose entre el estrellato y una vida familiar fracturada. También, promete mostrar su lado más turbio durante el nuevo siglo, tras un accidente que permitirá entender los porqués de las llamativas peleas con sus sonidistas. El diario pop conversó con cuatro actores del elenco, entre ellos los intérpretes del queridísimo Hugo López y Michelle, la hija de Luis Miguel. Ellos sostienen que la temporada es "más oscura", "cercana al thriller" y con "más cuestiones de 'Buenos Muchachos'".
—Papá, llevo años buscándola… años.
—…
—Si sientes algo de amor por mí, te ruego que me digas dónde está.
Lo que tuvimos como punto final de la primera temporada fue al villano personificado en el brillante Óscar Jaenada en su lecho de muerte, destino ineludible que fueron preparando dos capítulos antes.
Allí, sin quitar la vista de Luis Miguel, el español se retiró lentamente su máscara de oxígeno, para exhalar unas últimas palabras:
—... tú ya sabes dónde está.
Llanto, abrazos, Luis Miguel contrariado en el pasillo, frente a Érika y Hugo, escupiendo que su padre era un hijo de puta.
La verdad sobre Marcela
Minutos antes, Luis Rey le había hecho jurar a su hermano, Tito, que nunca revelaría a Micky "la verdad sobre Marcela". Esas fueron las únicas pistas que de alguna manera lo confirmaron como femicida y desaparecedor. Probablemente no sepamos más.
Luego, una última esperanza en la garganta de Hugo López, mánager de Luis Miguel y acaso un padre putativo, que acababa de recibir un télex de El Mossad: "Encontraron a tu madre".
Desde entonces, la mesa estaba servida para una segunda temporada. Netflix, de hecho, la había anunciado para 2020, pero la pandemia la retrasó hasta este domingo 18 de abril. Conveniente coincidencia: precisamente en el cumpleaños 51 de "El Sol" (aunque la partida de nacimiento dice el 19, sus biógrafos aclaran que nació el 18 de abril a las 23 horas en el Hospital San Jorge de Santurce, Puerto Rico: otra mentira de Luisito Rey).
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En este segundo ciclo de la producción, se repetirá la estrategia: el relato conversa entre dos líneas temporales, 1992 y 2005, revelando los secretos familiares y profesionales del ícono pop sobre el eje de un enigma aparentemente sin fin: la desaparición de Marcela Basteri.
Luis Miguel tendrá 22 y 35 años, beberá whisky on the rocks a destajo, en tanto buscará conectar con una hija que desatendió prácticamente toda su infancia y reconstruir una familia seriamente lesionada sin sus padres. También, superar un accidente que lo hiere de gravedad y amenaza su estrellato.
"Podremos ver una temporada más oscura, una temporada con personajes que no solamente han crecido sino han evolucionado mentalmente, emocionalmente, y que se están enfrentando a retos", anticipa al diario pop el actor mexicano Pablo Cruz Guerrero, quien se suma a este arco de alguna manera tomando la posta de Luis Rey, como Patricio Robles, un enigmático y oportunista agente de talentos.
"Como decía mi abuelita 'niños chicos, problemas chicos; niños grandes, problemas grandes': es lo mismo, ¿no? Tenemos ahora a un Luis Miguel afrontando temas más oscuros, más delicados y teniendo que encontrar su camino con las herramientas que ha logrado absorber hasta el momento, que han sido, durante toda la primera temporada, excelentes herramientas musicales pero tal vez no las mejores herramientas familiares y emocionales", completa.
César Bordón, quien encarna a Hugo López, "el incondicional" de Luis Miguel, acaso el único héroe entre una batería de villanos, explica desde los ojos de su personaje el boom de la serie y lo que depara su continuación:
"Tanto Hugo como Marcela fueron queribles dentro de una historia sórdida y mucho más perversa de lo que imaginábamos, pero que a la vez nos dio la posibilidad de creer o de entender que un ídolo, una persona que está atravesando esas circunstancias, con todos los mitos no muy favorables, tiene otro costado: que es alguien es tan vulnerable. Creo que esa fue una de las claves del éxito de la primera temporada. En la segunda nos metemos en algo mucho más incisivo, hay una torsión mucho más determinada de los personajes y estamos muy contentos de ella".
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Luego, sobre el vínculo que lo ata a Luis Miguel y cómo se desarrolla en esta nueva entrega, el actor argentino sostiene que "a partir de esa confianza, se empiezan a hablar francamente cara a cara las cosas que hay que hacer. Y me parece que Hugo López, como una persona de afecto y sensible, tiene mucho que ver con conectar al Luis Miguel adulto con sus afectos. Hugo está muy inclinado en que su salvación va a ser por el lado de sus afectos, no por el lado de su carrera. En su carrera no tiene esas dificultades, las dificultades que puede tener en la carrera son porque los afectos no están resueltos".
"Creo que está muy metido en eso, mucho más determinado, porque me parece que luchan ambos como esgrimistas contra las huestes del mal y, en definitiva, deben saber tirar la estocada a tiempo antes de que ese mal los carcoma, ¿no? Esa parte de la segunda temporada es lo que la hace más cercana al thriller, mucho más cuestiones de 'Buenos Muchachos' que hay que resolver con cierta determinación", resume.
Quién es quién en Luis Miguel parte II: una guía
Patricio Robles (actor: Pablo Cruz Guerrero)
En el set de grabación, Pablo Cruz Guerrero se fijó que Diego Boneta, en la piel de Luis Miguel, solía lucir un peinado despeinado, los pelos por todos lados, símbolo de su personalidad libre, permisiva, sin amarres, ni demasiadas estructuras. Se lo comentó al director: su personaje debía ser todo lo contrario, un tipo que siempre estuviera "apretado, físicamente apretado", como explica vía Zoom.
Se trata de Patricio Robles, que pese a ser un personaje ficticio está construido sobre los matices de varios representantes que tuvo Luis Miguel en los noventa. Es un mánager enigmático, calculador y oportunista. Muchos, de hecho, lo sitúan como uno de los sucesores de Luis Rey que tendrá esta segunda entrega.
Cruz Guerrero, sin embargo, opina distinto: "No lo veo como un villano, honestamente. Lo veo como un personaje que trae muchas carencias, deficiencias para expresarse y por eso, de ahí, su falta de comunicación, su hermetismo, su frialdad. Sin embargo, todas estas son cosas que lo ayudan a acercarse a Luis Miguel, a generar esa confianza con este personaje con quien todo el mundo quiere estar, y para permitirle abrir su mundo a otras oportunidades, a romper barreras, a seguir rompiendo barreras internacionales", esclarece.
"Es un personaje que también hace cuestionarse al personaje de Luis Miguel, que le propone que se incomode, que se salga de su zona de confort y eso es una cosa que claramente a Luis Miguel le cuesta trabajo, como a todos nos cuesta trabajo de repente aprender y avanzar en nuestra vida. Y ese aprendizaje duele. Eso van a ver. Una segunda temporada con mucha intensidad, con mucha emoción, mucho amor y, al mismo tiempo, mucho dolor", cierra.
Mauricio Ambrosi (actor: Fernando Guallar)
Cuando es consultado por las herramientas que tuvo a mano a la hora de interpretar a su personaje, el español Fernando Guallar, de 32 años, reconoce que previamente no sabía mucho sobre Luis Miguel. Aunque admite que en España "El Sol de México" contaba con una gran fanbase, él no era uno de ellos.
Recién cuando se le presentó la oportunidad del casting, se documentó: vio la primera temporada de la serie y alucinó. "Me pareció una historia caótica, fascinante, y ya cuando empecé a leer los guiones, fue cuando entré en contacto directo, porque como el personaje le tiene un cariño tan leal y tan grande, pues me acabé mimetizando con eso", sostiene.
En efecto, el personaje que interpreta Guallar, Mauricio Ambrosi, viene un poco a reemplazar la figura paternal que ejerció Hugo López en la vida de Luis Miguel hasta 1993, a sostener emocionalmente al héroe que ensambla el relato:
"Ha sido muy enriquecedor trabajar el lado del escudero. Yo lo llamo siempre el Sancho Panza y me parece muy bonito escenificar a ese escudero, que es un salvador..., pero Sancho Panza también se puede equivocar y eso también es muy lindo de ver. De ver dónde está el perdón de los amigos también. Ya lo veréis... me callo porque hablo demasiado", bromea con el diario pop.
Michelle Salas (actriz: Macarena Achaga)
La argentina Macarena Achaga estará a cargo de uno de los personajes más esperados de la temporada: Michelle Salas, hija del astro mexicano. Consciente de la responsabilidad que conllevaba asumir este desafío, la actriz concede que atravesó distintas etapas: "En el rodaje tuve días hermosos y luego tuve unos días de... 'cómo hago para transmitir todo lo que necesito plasmar'".
En su cabeza, lo que quería era plasmar su propio sello al personaje, construirla a través "de los lentes de Macarena Achaga".
"Me acuerdo de llegar un día a mi casa y decir 'no, no hago más lo que el resto espera, lo que quiere de Michelle, va a ser lo que sé que tengo que hacer', porque siempre he elegido papeles que enaltezcan a la mujer, para mí es importante que cuenten las cosas desde un punto de vista... no quiero decir feminista, pero muy femenino, muy teñido de mis ojos, de mi visión", cuenta a La Cuarta.
Y así lo advierte: "Probablemente no van a encontrar a la Michelle que se imaginan, que tendrían en la mente de entrada. Se van a sorprender un poco".
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Para sacarlo adelante, Achaga dice que además de estudiar a la modelo, miraba a Diego Boneta, el intérprete de su padre en la ficción, de quien decidió incorporar elementos relacionados a la boca, su lengua y su pelo. Gestos que la acercaran a Luis Miguel.
"Michelle está más bronceada todo el tiempo, algo que hace para parecerse a su papá en esta temporada. Tiene formas de hablar, cosas que quiere copiar, que es algo muy normal y que tiene que ver con esta similitud que viene con la relación humana normal de un padre y una hija. Siempre hay una cosa que quiere copiar y una cosa que repele de esta situación", alecciona.
Revisa un adelanto
https://www.youtube.com/watch?v=hwO_c9x96JU