Maquilló a Bad Bunny, a David Lee Roth y acompañó a Daniela Vega en su noche de gloria en los Oscar. Hoy, la chilena Carolina Pizarro -radicada en NY- está a cargo del maquillaje de Maite Alberdi, la productora Marcela Santibáñez y el entrañable Don Sergio, en su participación en la ceremonia de la Academia. Pero llegar hasta ahí fue un camino largo, en el que dejó atrás la seguridad de otro trabajo. Esta es su historia.
La carrera por los Oscar, es también una persecución contrarreloj. Es el precio por la posibilidad de tocar la piel de las estrellas. Un costo que la chilena Carolina Pizarro (35), acepta como parte del juego en que ella tiene un rol clave; como maquilladora debe lograr que los actores luzcan radiantes. Eso que en la jerga del espectáculo llaman el red carpet face.
El desfile de las estrellas por la alfombra roja en los Oscar, escoltadas por los fogonazos de los gráficos y los curiosos, habitualmente comienza a las cuatro de la tarde. Pero el espectáculo comienza mucho antes en una habitación de Hotel. Allí es donde entra Carolina.
"Las celebridades, incluso los que viven en Los Ángeles, se hospedan en una habitación de hotel por el día para hacerse el maquillaje y el pelo", cuenta al otro lado de la pantalla, en videollamada con La Cuarta.
Así lo hizo por primera vez cuando asistió a Daniela Vega, la noche en que brilló ante el mundo con el Oscar a Mejor película extranjera por Una mujer fantástica (2018), y así lo hará con el equipo de El agente topo, que esta noche aspira a quedarse con la estatuilla a Mejor documental.
El último retoque
"Yo soy muy de reloj", cuenta Carolina como para dar a entender que en el primer mundo del cine, todo el espectáculo está calculado como si fuera una secuencia en tiempo real. "En el caso de los que viven acá vas a la casa de ellos, pero la mayoría trata de rentar un room en el hotel cerca del teatro donde se transmite la ceremonia, porque en L.A los traslados son heavys, estás rodeado de autopistas y te puedes echar dos horas en un taco", cuenta.
El día de los premios, que este año se entregarán en el Union Station en lugar del clásico Dolby Theatre, las celebridades preparan su look pasado el amanecer. "Nosotros empezamos a trabajar a las ocho de la mañana, y a las dos de la tarde ellos se están subiendo al auto que los pasa a buscar", cuenta Carolina.
En ese momento es cuando termina su trabajo. Cuando debe asegurarse que el fulgor del red carpet face se mantenga incólume tras la carrera de la habitación al estacionamiento. "Yo doy el último retoque en el auto -detalla-. De ahí yo me bajo. El auto está a cinco minutos del punto de la alfombra roja". Allí es cuando comienza la magia.
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El Union Station en Los Ángeles, California. Acá se realizará la entrega de premios Oscar 2021.[/caption]
Todos aman a Don Sergio
Hasta el momento en que conversó con La Cuarta, la mañana del sábado 24 de abril, Carolina aún no conocía en persona al célebre Sergio Chamy, el entrañable protagonista de El Agente Topo. "Yo he estado coordinando todo desde Nueva York durante estos días, así que ya hemos preparado cosas. Hoy nos toca hacer una prueba", cuenta.
La maquilladora tiene claro lo primero que va a hacer apenas se encuentre con el inesperado hombre del momento, de 87 años. "Solo quiero llegar a abrazarlo y saludarlo, porque estoy derretida de amor por él, demasiado ajajaja", ríe.
Carolina destila en su entusiasmo el alcance que ha logrado el documental chileno en la industria. "Lo más entretenido es que a mis amigos no les había contado nada hasta ayer. Cuando se enteraron me dijeron que le diera un abrazo a Don Sergio de su parte -cuenta-. En el chat toda la semana hablamos en código Agente Topo, como 'Hoy día me encuentro bien'. A él lo adoran".
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Don Sergio, el protagonista de El Agente Topo.[/caption]
Además del octogenario protagonista, la maquilladora trabajará sobre el look de la directora, Maite Alberdi, y el de la productora Marcela Santibáñez. "A ellas quiero dejarlas como son: divinas al igual que su outfit. Solo potenciaré su belleza, siempre tenemos que recordar que todos podemos ser 'rostros de red carpet'", asegura.
¿Y el look de Don Sergio? ante la consulta, Carolina prefiere reservarse los detalles. Sabe que el espectáculo está en la alfombra roja, y no desea arruinarlo. "Va a ser un clásico de alfombra de Oscar, no va a tener nada que envidiarle a nadie -cuenta, tras algo de insistencia-. Eso es lo que me gusta también, cuando tienen la oportunidad de estar en esta instancia, es la alfombra roja más importante del mundo, ellos van a estar a la altura, como se debe".
"Don Sergio se va a ver increíble, es que te mueres lo lindo que se va a ver su traje -asegura-. Estoy super proud, y ya tenemos armado el look de él".
"¿Por qué no se te ocurrió antes?"
La de Carolina es la historia de un camino propio. Uno en que debió optar entre seguir una incipiente carrera en la industria musical o darle lumbre a un hobby que después demandó toda su energía. "Yo estudié publicidad en la Andrés Bello. Después estaba haciendo un magíster, pero al mismo tiempo estaba trabajando en el sello de la Feria del Disco", recuerda.
"Un profe del magíster me dijo, 'oye, no se olviden de los hobbies -agrega-. Yo juraba que el mío era tocar guitarra, y cuando estaba trabajando en Feria Music dije: 'voy a tomar clases de automaquillaje'. Después seguí con maquillaje, después conocí a los maquilladores, después ellos me dijeron que era buena y comencé a asistirlos".
-¿Tenías alguna experiencia previa?¿de dónde salió ese interés?
-Yo sentía que algo me faltaba, era el maquillaje. Y resulta que tenía dedos para el piano. Mi hermana me dijo que cuando era chica maquillaba a todas las amigas de mi mamá, entonces eso lo tenía bloqueado, no supe qué decidir en ese momento. Yo creo que uno desarrolla los talentos, pero a una la ven como de forma despectiva, ¿maquilladora?, ¿peluquera?, pero no lo ven al nivel que puedes llegar ¡Un maquillador puede ganar un Oscar!
Luego llegó un momento difícil, pero inevitable. Comentarle a la familia que dejaría su trabajo en publicidad, por su pasión. "Mi papá me dijo: '¿Por qué no se te ocurrió antes?, nos hubiésemos ahorrado los años de universidad', y yo como pucha, perdón papá. Y después cuando se me ocurrieron los cursos de maquillaje había que comprar la maleta, que mínimo es un millón de pesos que te echas. Me arrepiento en cierta parte, pero al final eso llevó a todo lo otro".
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Nicole en Viña 2015, un momento clave en la historia de Carolina Pizarro[/caption]
Así comenzó el proceso para adquirir los rudimentos y secretos del maquillaje. Allí Carolina reconoce a dos mentores. "La primera profe de maquillaje que tuve fue Paulina Squadrito, una maquilladora que trabajaba en TVN. Yo le pedí clases particulares, porque como trabajaba, estaba de 5 a 10 de la noche con ella. Me enseñó todos sus trucos, desde la base".
El otro maestro es un nombre clave en la industria chilena, Cristián Quitral. "En ese momento era él maquillador de las celebridades", cuenta la chilena. Lo conoció una tarde en que chocaron en bicicleta a la salida de una clase de maquillaje. Por cercanos en común logró generar el vínculo con él.
"Él no tenía asistente, era como súper cerrado, no le gustaba -recuerda-. Pero lo asistí por cuatro años. Con él hacíamos Ripley, Leonor Varela, Diana Bolocco, trabajaba con celebridades. Le dije que lo iba a dejar cuando me llamara un cliente grande y me llamó Nicole para hacer el Festival de Viña, en 2015". Fue entonces que su carrera en el maquillaje despegó de forma definitiva.
Eso le permitió superar los días en el mundo discográfico. "La productora general del sello, hoy es productora de varias bandas en Chile. Una vez me la encontré en un festival. Yo estaba maquillando a Nicole, y me dice '¿te acuerdas que yo fui tu primera modelo? ¡y ahora estás maquillando a Nicole!"
Pensar en grande
A pesar de la broma en tono de reproche por el gasto de la Universidad, Carolina escuchó un consejo que le dio su padre. "Me acuerdo que él me dijo tienes que darle con todo nomas, si ya te gusta, dale con todo. Siento que él me enseñó a soñar en grande".
Y así lo hizo. Poco a poco, su habilidad con bases, labiales, correctores y polvos, fue cotizada en producciones de mejor calado, hasta que fue llamada a una que le permitió, precisamente, pensar en grande.
"Yo trabajaba mucho con revistas chilenas, la Paula, la revista Ya, la Sábado, la Weekend -recuerda-. Estaba de vacaciones, un productor me llamó y me preguntó 'oye puedes maquillar a la Dani Vega, por esta película, nueva y todo'. Esa fue su primera entrevista junto a Francisco Reyes, los conocí ahí. Tuvimos buena onda".
Hasta ese momento, parecía un trabajo más. Pero a Carolina le llamó la atención la novel actriz. "Se paró la Dani del sillón después de la entrevista, y con el ojo de publicista, le dije 'con esa película vas a llegar al Oscar'. Me dijo '¿tú crees?¿tengo que ir ensayando el speech?', 'Sí, creo que te va a ir super bien', le dije yo. Fue en marzo de 2017, aún no pasaba nada de lo que pasó después con la película".
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Daniela Vega en los Oscar 2018, la noche de gloria de Una mujer fantástica[/caption]
Mientras Carolina pasaba los días en eventos y producciones, la película ganaba atención de la crítica a su paso por los Festivales de cine. Con ello, empezó el interés por la figura de Daniela Vega.
"Pasó un rato en que a ella no la vi en mucho tiempo, porque la película empezó como bola de nieve -recuerda-. Me llamó en septiembre de 2018. Yo andaba en Nueva York con Nicole, y me mandó un mensaje preguntando si la podía maquillar para los TIFF (Festival Internacional de Cine de Toronto, por su siglas en inglés), la primera alfombra roja grande que iba a tener".
"Viajé y conseguí los sponsors en tres días, no sé cómo -agrega-. Llego a una suite y vi todo lo grande que era la película afuera. Ahí fue mi primera alfombra grande, quería hacerlo". No fue la última. Esa experiencia le permitió acompañar a la actriz hasta la noche mágica del Oscar -en que ganó la categoría Mejor película extranjera- y le abrió las puertas a las celebridades del primer mundo. Fue cosa de pensar en grande.
Maquillar en otra era
Después de vivir su primer Oscar con Daniela Vega, lo siguiente fue colocar el otro pie en la capital mundial del espectáculo. Por ello, Carolina decidió radicarse en EE.UU. "Me quedé en Nueva York. Entonces mi abogado me dijo 'yo nunca había había hecho un proceso de visa tan rápido', fue gracias a que mis clientes eran Sony Music, había hecho los Oscar", explica.
Y por esos giros que ocurren de cuando en cuando debió llamar a Chile para pedir un favor. "El abogado me dijo que por mi tipo de visa funcionaba mi título, entonces le dije a mi papá que me mandara la foto de los títulos. Me dijo: 'menos mal que van a servir para algo estas cuestiones'".
Desde entonces, Carolina ha trabajado en producciones para revistas como Vogue, New York Magazine, Vulture y estudios como Sony Classic Pictures, MCM Films Company y muchos otros. Entre los rostros que ha trabajado están los de David Lee Roth, el excantante de Van Halen, y el hombre fuerte de la música urbana, Bad Bunny, a quién Carolina no conocía. "Firmé el contrato de confidencialidad, luego me dijeron que el cliente era Bad Bunny y fue como '¿quién es él?'".
"Pero es súper clever -agrega-. No es mi estilo de música para nada. De hecho no lo conocía. Si me dices Bono de U2, me derrito, pero mis amigas me dijeron: 'Carola donde estai viviendo que no sabias'. Ahí me enteré quien era. Fue heavy, las minas lo aman, es muy buena onda".
-Al momento de entrar a maquillar ¿cuál es el primer obstáculo a salvar?
-Buena pregunta. Lo que he aprendido todo este tiempo es a traer calma cuando estoy maquillando. No puedo estar yo histérica, porque el que se va a parar en el escenario es la persona que se va a sentar en nuestra silla. Tengo que ser muy Zen, porque la mayoría llega como agitado. Me acuerdo cuando hacía a Nicole en The Voice, era la primera vez que hacía televisión y el productor golpeando la puerta en un momento fue como 'ok, ¿paramos la situación? porque me ponen histérico al cliente'.
-¿Y a qué detalles recurres para mantener la calma?
- Por ejemplo, con David Lee Roth, él decía que no le gusta lo cremoso, no le gustan los olores. Entonces yo sabía que tenía que colocar era un ambiente muy clean, japonés, como más zen, en esa onda más que en aromas. Y en el caso de las mujeres, pongo una vela que sé que les gusta, y la música que les gusta; los guío hacia ese mundillo más tranquilo. Cuando de repente son nuevos, los estudio y por ahí aparece algo que les gusta. En publicidad aprendes a leer el grupo objetivo, los clientes. Son pequeños trucos.
Pero las cosas han cambiado. Con la pandemia el trabajo de Carolina debió cambiar. El contacto directo con el rostro, en un lugar cerrado, ahora parece una acción de alto riesgo.
"No sé si has visto una mesa de maquillaje, en que colocan todos los productos en la mesa, todo abierto, porque vas sacando, bueno, eso olvídate -cuenta la chilena-. Todo tiene que estar en cajas, tapado, sellado, tienes que tener cajas sanitizadoras, uso un set de pinceles para cada persona, productos para cada uno.
-Y se encarecen los costos...
-Se encarecieron los costos, sí, porque me tuve que equipar más. Pero los clientes empezaron a pagar más, porque sabían que el departamento de más riesgo es maquillaje, ya que la persona está sin máscara frente a mi. Si se contamina uno en maquillaje se cierra la producción completa. Me pasó que filmando en pleno junio del año pasado filmamos en quince días una película que habitualmente se demora treinta. Testeamos con PCR cada tres días, todo muy cuidadoso.
Pese a todo, Carolina recalca que consiguió su sueño al atreverse y anima a otros a lograrlo. "En chile hay demasiado talento, la mano de Chile es muy europea -cuenta-. Sí, me hubiese gustado venir antes para haber aprovechado porque en este nivel estoy compitiendo con cabros de 25 años, imagínate".
Y aunque se ha cruzado con rostros de red carpet y celebridades de revistas, en tiempos de redes sociales Carolina luce una marca curiosa; no sube fotos con famosos en sus redes sociales. Según ella, es parte de su estilo. "Si ellos me piden porque tienen algún acuerdo con marca, ok. Además cuando son nombres súper grandes te hacen firmar contratos de confidencialidad. Pero si tú ves mi Instagram, no tengo ninguna foto con famosos, ninguna. No lo voy a hacer, es mi regla".