La actriz chilena acaba de recibir el premio Saint Jordi, el más tradicional del cine español, por su rol en la película Ema, de Pablo Larraín. En charla con La Cuarta, la artista analiza el éxito del filme, detalla su opción de alejarse por ahora de la televisión, además de explicar por qué le afectan los comentarios negativos en internet y que extraña mucho bailar con gente.
Si algo recuerda Mariana di Girólamo (1990) de las grabaciones de su protagónico en la película Ema, de Pablo Larraín, es la sensación de vértigo. En especial durante una escena.
Con un pesado lanzallamas en la espalda, la mujer lanza una diatriba flamígera y feroz contra un automóvil estacionado en algún rincón de Valparaíso. Una experiencia que asegura, debió obtener con paciente insistencia.
"Yo fui muy insistente, porque tenía un doble que hacía esas escenas por mi -recuerda la actriz al teléfono con La Cuarta-. Pero yo decía 'quiero hacerlo, quiero hacerlo', hasta que Pablo [Larraín] me dijo: 'Ya, dale. Lo vas a hacer'".
Tras prepararla con sumo cuidado, esa escena -y todas las que involucran al lanzallamas-. se grabó solo en una toma. "Había un plano secuencia en que quemamos un auto y después llega un bombero, el personaje de Santiago Cabrera -agrega la intérprete-. Eso fue bien vertiginoso, hubo que tener cuidado con los transeúntes. Ahí se sintió la adrenalina, pero quedó bien bonita".
Durante ese lapso de tiempo consumido por las llamas, la atención estaba en cuidarse de la impredecible ferocidad del aparato frente al poderoso ventarrón del puerto. "Estaban todos los cabros de efectos especiales para ver de dónde venía el viento, porque imaginate lo que puede ser si mides las cosas mal", recuerda Mariana.
"Sentir ese vértigo para mí también fue importante como para entender al personaje, meterme más aún -explica Di Girólamo-. Es un chorro incandescente que sale de esta herramienta de guerra, que pesa mucho, que tira mucha presión y tirar esa llama a cielo abierto en Valparaíso es algo que no voy a olvidar...(suspira) nunca".
"Te deja pensando"
Desde los primeros días en la pantalla, sumó elogios. Tras su estreno mundial en agosto de 2019 durante el Festival de Venecia, Ema ganó el interés de medios especializados; en el portal Indiewire la describieron como una experiencia "electrizante", mientras el tradicional Screendailly celebró la sorpresa en su trama; "Siempre se mantiene un paso por delante del espectador".
Se trata de un filme cuya historia se desgrana en una narración no lineal. En principio el eje es la adopción fallida de un matrimonio joven (interpretado por Mariana y el mexicano Gael García Bernal), en que ambos se dedican a la danza. De allí a que la película también se desarrolle en el lenguaje exuberante de las coreografías a ritmo acelerado, como una banda sonora para un fondo de marginalidad y abandono entre los cerros del puerto.
Y en temporada de premiaciones, la cinta ya puede exhibir un trofeo. Hace pocos días, Mariana di Girólamo ganó la categoría Mejor Actriz Extranjera en los Premios del Festival Sant Jordi, el reconocimiento más antiguo de España para la industria cinematográfica -se instauró en 1957-. Fue la directora del premio, la periodista Conchita Casanovas, quien le avisó hace dos meses.
"Fue una sorpresa muy grande, no me lo esperaba, ni siquiera sabía que estaba nominada -recuerda Mariana-. Ella estaba muy emocionada porque es muy fan de la película, y las otras actrices que estaban al lado mío eran todas súperestrellas de Hollywood. Fue muy bonito que me dieran este reconocimiento a mí que estoy partiendo, al cine chileno".
-¿Por qué crees que la película generó ese interés?¿por qué conecta con esa audiencia?
-Porque es una película que te deja pensando. Mucha gente me dijo que después de verla la estuvo pensando como cinco días, o la ha tenido que ver dos veces. Es una película súper vibrante, la fotografía del Sergio Armstrong es impresionante, está el tema del baile, del reggaetón, de la maternidad, de la adopción. Y por que Ema, y no es porque yo la interprete, es una mujer muy atractiva; muy poderosa, muy power, inédita, insólita, no había visto una protagonista como ella. Entonces llama mucho la atención.
-Una protagonista que expone su lado más vulnerable también...
-Ema es súper compleja, me distancio completamente de ella, pero me parece maravillosa. Quizás se acercó a las generaciones más jóvenes, en la manera en que aman en que fluyen amistosamente, amorosamente. Además es muy interesante lo que plantea con las nuevas conformaciones familiares, que se salen de las estructuras que a mí me enseñaron en el colegio.
-¿El cine chileno se ha hecho cargo de incorporar esos nuevos temas?
-Sí, pero creo que faltaban oportunidades y espacios para las directoras mujeres y para el mundo queer. Ahora voy a estar en la Isla de las Gaviotas, una película de Sebastián Ayala con temática travesti que está producida sólo por mujeres y disidentes. Me parece importante que se abran espacios en las categorías de los festivales, ya está sucediendo, pero ojalá que suceda más.
Pero no todo fue drama en el rodaje de la película. Hay otra escena que a Mariana todavía le produce risa y la reconoce como su favorita. Ocurre cuando Ema asiste a una particular entrevista de trabajo.
"Me gusta mucho una escena con la Amparo Noguera -cuenta-. Ella interpreta a la directora del colegio donde Ema va a pedir trabajo después que la echan de otro colegio. Es una escena muy chistosa la Amparo es genial, era imposible no reírse".
Incluso recuerda la reacción de otras personas al ver ese pasaje en que las dos mujeres sostienen una conversación que discurren desde el sentido de la figura de autoridad en la escuela, hasta la intimidad de las revelaciones sobre exparejas. "Ví muchas veces la película en los distintos festivales. Me gustaba estar ahí con la gente. Con esa escena se cagaban de la risa".
"A mí me importa lo que opine la gente de mi país"
Como una jugarreta de las artes, la llamada para participar en la película, ocurrió en los días en que Mariana interpretaba a la intensa e idealista María Elsa, en la teleserie Perdona nuestros pecados, rol que acercó su nombre al gran público. Pese al éxito, la oferta coincidió con el interés de la actriz por el trabajo de la gran pantalla.
"Siempre había querido hacer cine y la verdad es que tampoco hay muchas oportunidades -recuerda-. Pablo me llama cuando ya estaba haciendo a la María Elsa, por suerte la teleserie estaba terminando y así pude tomar esta película. No es novedad que la tele es bastante absorbente y es difícil tomar otros proyectos, entonces aquí pude saborear lo que era el cine y lo que vino después con los festivales".
Desde entonces, la carrera de Mariana se ha desarrollado fuera de la pantalla chica. "También hice la película Verónica, con el Leo Medel, que todavía no se estrena acá. Es un formato que me gusta demasiado y es donde me la estoy jugando por abordar estos proyectos, también las series. Por eso me tuve que alejar un tiempo de la TV".
-Pese a este camino ¿cómo ves el paso por las teleseries?
-Todo lo que pasó con María Elsa, Pituca sin lucas, las teleseries, te da un training que no te lo da nadie más-. Conocí gente maravillosa, mucho aprendizaje y también me ayudó a visibilzarme. Pero la gente no entiende mucho esto, me siguen preguntando 'oye cuándo en el Mega', '¿por qué no vuelves a la tele?', quizás ahora estoy haciendo proyectos distintos, pero es algo que necesitaba hacer para seguir creciendo.
-¿Y cómo te tomas esos comentarios? el que te recuerden a la María Elsa...
-Sigo cometiendo el error de leer comentarios, porque igual uno quiere responderle a la gente que es cariñosa, pero también hay mucha gente odiosa y eso sigue afectándome. Siguen diciendo que estoy ahí por apitutada, por nepotismo, ni siquiera leen bien las noticias. Estoy generalizando, pero hay comentarios muy odiosos.
"Hay una actriz chilena que tuvo un reconocimiento, ¿por qué no celebrar los logros de los demás? -se pregunta Mariana-. Yo sé que estamos muy polarizados, está todo muy difícil, pero pucha que cuesta tirarse para arriba. Todos necesitamos algún reforzamiento positivo. A mí me importa lo que opine la gente de mi país".
Bailando en cuarentena
En los últimos meses Mariana trabajó en el rodaje de dos producciones; primero, en la nueva serie de Movistar Play que toma la historia de Los Prisioneros, y después en la segunda temporada de la serie La Jauría (la primera está disponible en Amazon Prime), en la que vuelve sobre el rol de Sofía.
"En el caso de La Jauría es una serie más grande, más extensa que la de Los Prisioneros, hay hartos actores, muchas historias, un poco lo que se vio en la primera temporada, también se va a ver en esta", explica.
-¿Cómo ha resultado trabajar en estas producciones durante la pandemia?
-Ha sido complejo. Me imagino que desde el ámbito de producción ha sido infinitamente más complejo de lo que yo he visto; se ha grabado con absolutamente todos los protocolos, nos estamos haciendo PCR todo el tiempo, sanitización en todos los espacios, tuvo que variar la manera en que se concebía el vestuario. Ha sido complejo, pero hasta ahora se ha logrado. Pero yo sé que ha sido duro, sobre todo para los productores.
-¿Qué es lo que más extrañas de los días anteriores a la pandemia?
-¡Bailar! Extraño demasiado ir a bailar con mucha gente. Cuando se acabe esta cuestión me voy a ir a meter al antro más antro y voy a ir a bailar hasta el amanecer, lo echo mucho de menos. Es heavy.
Según Mariana, siempre le gustó bailar, pero la película le ofreció una posibilidad de explorarlo en otra dimensión. Al ponerse en la piel de la bailarina Ema, debió prepararse para lucir como una profesional y no desentonar en las coreografías que aparecen como acotaciones de música y energía corporal durante la trama.
"Siempre he bailado, me encanta, pero lo hacía de manera recreativa con mis amigos, en los clubes, o qué se yo -recuerda-. Fue lindo lo que pasó con Ema, porque pude explorar esa faceta que tenía pendiente, hacerlo de una manera más profesional y recibí super buenos comentarios al respecto. La gente pensaba que yo era bailarina y decía 'qué lindo' porque el baile para mí siempre ha sido liberación, y para Ema también. Así que ahí encontramos un punto en común.
-Y en tu casa durante la pandemia ¿bailas sola?
-¡Sí! en casa pongo música, un traguito y a bailar. Pero no es lo mismo ¿qué música bailo? el pop me gusta más cantarlo que bailarlo y el reggaetón ese sí que se baila con gente, bailarlo sola me parece lo más fome que hay. Pero con el techno, el house, la electrónica me puedo conectar un poco más conmigo y gozar con menos personas.