El cuarteto colombiano tuvo su vuelta a los escenarios locales tras la pandemia, en la primera de sus tres presentaciones en el Movistar Arena. El diario pop estuvo en "¿A Dónde Vamos", la gira de su disco más reciente. "Somos nosotros los que tenemos más suerte de estar tocando aquí", lanzó uno de los músicos.
—Bienvenidos al concierto de Morat —exclamó una voz en off por todo el estadio.
Y se desató el primer gran grito de la fanaticada, cuando el recinto empezaba a llenarse aquella noche de domingo, en la primera de los tres conciertos que darán en suelo nacional (lunes 15 y martes 16), al cual asistió el diario pop.
Las luces se apagaron, dejando un escenario iluminado solo con azul. Cinco minutos después de la hora pactada (21:00), los aplausos espontáneos sonaron en el Movistar Arena del Parque O'Higgins, llamando a los artistas colombianos para que saltaran al escenario.
El impaciente público empezó a corear: "¡Morat, Morat, Morat…!", seguidos de algunos chiflidos contra la espera. Las linternas de los celulares se sacudían y los cintillos brillantes parpadeaban.
De pronto, las luces se apagaron nuevamente y el reducto estalló en estrépito. Los teléfonos ya grababan.
—¡¿A dónde vamos, Santiago?! —gritó el vocalista principal, Juan Pablo Izasa, tras hacer su aparición.
Y arrancó el show ¿A Dónde Vamos?, que es parte de la gira para promocionar su nuevo álbum de estudio, lanzado en julio del 2021. El público aplaudió en sintonía. Juan Pablo Villamil se dejó ver tocando ukelele, mientras Izasa cantaba "Amor con hielo" y Simón Vargas se contorsionaba con el bajo en sus manos.
—¡No te debo nada! —corearon con fuerza.
Siguieron con "Al aire", mientras comenzaba a caer el papel picado: "Quiero que antes de que suene otra canción/ O cambie la estación/ Ella escuche por la radio mis besos al aire".
[caption id="attachment_694336" align="alignnone" width="900"]
Isaza junto a Simón Vargas y Juan Pablo Villamil de fondo.[/caption]
"Mucho tiempo sin vernos..."
—¡Buenas noches, Santiago! ¡Cómo vamos! —lanzó el vocalista—. Mucho tiempo sin vernos pero vamos a reponerlo. Siempre que nos permitan volver acá estaremos.
Y los gritos de "te amo" salían de entre el público. De inmediato siguieron con "No hay más que hablar". Vargas, Villamil e Isaza dieron varios saltitos hacia el lado en sincronía, todos completamente vestidos de negro, mientras que Martín Vargas estaba desde la batería.
Y ahí vino "Presiento", en que por primera vez Isaza le dejó el micrófono a la fanaticada: "Presiento que serás de esos errores/ De esos que estoy dispuesto a cometer". El escenario se fue nuevamente a negro, dando pasó para que el vocalista hiciera una corta reflexión:
—Nosotros disfrutamos de hacer canciones sobre situaciones específicas del amor —dijo mientras el público escuchaba atento—. Las primeras veces de una relación: la primera vez te das la mano o cuando se le presenta la pareja a los amigos. Pero las primeras veces se van... Pero somos optimistas: nos gusta pensar que la monotonía no es mala cuando se vive con la persona correcta.
Así dio pie a "Las primeras veces", una de sus canciones más recientes. Izasa pidió al público que balanceara sus celulares arriba, iluminando todo el lugar. El vocalista procedió a sentarse en un teclado, cerrando las últimas notas del tema, e iniciando con la dramática "De cero".
"Rico" y "Llévame contigo" le gritaban algunas fans apasionadas.
Ya terminando la canción, la fanaticada le empezó a corear: "¡Mijito rico, mijito rico…!". Y las miradas pasaron a Martín Vargas, quien interpretó "Mi suerte" desde la batería.
—Cuando la gente se enamora dice que es el destino o que todo está escrito —comentó—... Pero somos nosotros los que tenemos más suerte de estar tocando aquí con ustedes.
Luego, junto al retumbar de las baquetas, se encargó de aleonar al público. Y las miradas volvieron a Isaza con "Idiota", quien se paseaba sobre el escenario mientras Simón Vargas bailaba junto al peso del instrumento de cuatro cuerdas. Después fue el turno de "Porfa no te vayas" con sus aires más rockeros. Y Villamil aplaudió al cielo junto a la fanaticada:
—¡Cómo vamos, cómo vamos, Santiago!
Y vino una breve intro al tema que se acercaba: "La siguiente canción está basada en hechos reales: a mí me pasó que terminar una relación es un poco una mierda, porque uno no tiene argumentos, y empieza a pensar sobre la otra persona 'por favor, equivócate' y empiezas a pensar 'Enamórate de alguien más'".
Con la guitarra en mano, en soledad, interpretó la triste balada. "¡Gracias, Chile, de verdad!", lanzó de pronto. En el público, las parejas se abrazaban como pidiendo que no les pasara lo mismo que decía la canción: "Por favor, ayúdame con el dolor e ignórame/ Que estaré mejor sin hablarte, sin hablarte/ Dame una excusa para odiarte".
Una fan al escenario
Ya después, con un protagónico juego de percusión, llegó "Simplemente pasan" nuevamente en la voz de Villamil: "Ya quiero decirle que bailemos/ Que lo peor que puede pasar es que nos gustemos".
—Creo que todos podemos estar de acuerdo con que viajar es de las mejores cosas —tomó el micrófono Simón Vargas, quien interactuaba con el público cada vez que podía—. Cuando uno se va de viaje, estos terminan resumidos en una o dos historias. La primera vez que vine a Chile, cuando viajé a Chiloé, lo que más me sorprendió fueron los arcoíris, había muchos arcoíris.
Fue ahí cuando dijo que, para dejar un recuerdo de esa noche, harían subir a alguien del escenario a firmar la batería. "¿Quién quiere venir a firmar?", preguntó Simón. Toda la fanaticada levantó la mano y sus pancartas. La elegida fue una tal Alejandra, quien faltó a su graduación para ir al concierto...
Tras ello fue el turno de "Bajo la mesa" que, entremedio, tuvo a la fan arriba del escenario para estampar su nombre en la batería. Luego, pasaron a "Yo no merezco volver" y "Cuando el amor se escapa".
—Cuando el amor se escapa lo primero que duele es culpa, pero lo más terrible es que cuando el amor se escapa nunca dice adiós —dijo un emocionado Simón.
[caption id="attachment_694335" align="alignnone" width="900"]
Simón Vargas baila sobre el escenario.[/caption]
—Lo de esta noche en Santiago está superior —lanzó Isaza—: Ahora necesito que me ayuden más que nunca a cantar esta canción.
Se refería a la apasionada "Acuérdate de mí". Y de ahí vino de sus más populares, "Aprender a quererte". El grupo a coro entonó: "Para enseñarte a extrañarme/ Voy a escribirte mi canción más honesta/ Darte una vida con más sumas que restas/ Si tú me dejas, no habrá preguntas, solo respuestas".
Remate
Y al final, sonaron "Cuando nadie ve" y "Besos en guerra", desatando la algarabía, dos de sus temas más irónicos y que han sido piezas centrales distintas teleseries locales. Y desató el clímax del concierto, con aplausos, saltos, masivos coreos y súplicas de "otra, otra, otra…".
—¡No nos vamos ni cagando, No nos vamos ni cagando...! —entonó la enmascarillada fanaticada.
Y es que parecía que todo había acabado con el escenario ya en penumbra. Sin embargo, de pronto:
—¡Santiago! —exclamó Isaza.
Y se lanzaron con "No se va". Tras ello, para poner el broche final, vino "Cómo te atreves", otro de sus sencillos más coreados. "¿Cómo te atreves a volver?/ ¡Oh-oh!/ ¿A darle vida a lo que estaba muerto?/ La soledad me había tratado bien/ Y no eres quien para exigir derechos".
—¡Cuando el show termine quiero que se enloquezcan como no lo ha hecho nadie! —remató Simón.
—¡Los queremos, Santiago, hasta la próxima! ¡Gracias!
Y acabaron con una postal: todo el equipo de Morat, juntos, cargando una enorme bandera de Chile.