Escrita por Koko Stambuk para el trío formado entonces por escolares, la canción cuenta una curiosa historia navideña. “Es un tema que con los años nos hemos dado cuenta de que es bastante más común y transversal de lo que parecía”, dice una de sus creadoras.
No es uno de los hitazos de Supernova, el disco que hizo saltar a Coni Lewin, Elisa Montes y Consuelo Edwards del colegio a las radios. Al menos, según los números de Spotify, ese lugar está reservado para himnos generacionales como “Tú y yo”, “Toda la noche” y sobre todo “Maldito amor”. Pero “Navidad mentira”, el track número nueve del álbum publicado por BMG, tiene un espacio guardado entre los fanáticos del recordado trío juvenil.
“A los fans les encanta ‘Navidad mentira’”, confirma Coni Lewin en entrevista con La Cuarta, “y todavía la piden un montón en vivo”.
—¡”Navidad mentira”! siempre grita alguien —dice una de las fundadoras del grupo.
“Navidad mentira” fue escrita para el trío en 1999, con Max Martin en la mira y siguiendo las máximas de la escuela sueca del pop global: buenas melodías, versos cercanos y cuidadas armonías vocales condensadas en tres minutos.
Cuando alistaban las maquetas de su exitoso debut, Koko Stambuk les presentó una canción distinta, con los sentimientos a flor de piel por la llegada de la Navidad y una crítica no tan solapada.
“La canción tiene una gran letra, pero no sé si (es) una gran historia”, recuerda Coni. “La escribió el Koko, mientras estábamos grabando maquetas. Después la llevamos al estudio y la grabamos. Pero a nosotras sí nos gustó mucho la letra. Era muy irónica, muy bacán. Nos sentíamos muy orgullosas de cantar esa canción”.
Bueno, así es la vida
Grabada durante sesiones que se empinaban por sobre las 4 de la madrugada, “Navidad mentira” cuenta una singular historia navideña. Su letra dice: “En una casa lejana a esta ciudad/ otro niño espera también a mi papá/ el niño vuelve a rezar, el niño le pide a Dios/ que para esta navidad haga un milagro que le traiga a su papá”.
“Me gusta que hable de los ‘papito corazón’, de los papás abandonadores, de los papás que tienen doble vida”, opina Coni Lewin.
Luego sigue: “Es un tema que con los años nos hemos dado cuenta de que es bastante más común y transversal de lo que parecía”.
“Muchos hombres tienen dos casas, dos familias, pero están ocultas. Obviamente, todas las personas tienen derecho a rehacer su vida, pero muchos hombres tienen doble vida”.