La banda madrileña regresa a Chile para presentar su más reciente álbum 'Cable a tierra' el próximo 1 de octubre en el Teatro Coliseo. En conversación con La Cuarta, el guitarrista Guille Galván, adelantó lo que se viene para este espectáculo.
En estos momentos en que el pop, reggaetón y el trap son los géneros predominantes en las plataformas musicales, Vetusta Morla se asoma como un último grito de batalla del rock en castellano, consiguiendo destacar entre lo urbano con un sonido melancólico pero fresco. La banda española originaria de Tres Cantos en Madrid lleva dos décadas y media definiendo su estilo y cautivando a las masas con sus melodías.
Luego de conocerse en la escuela a finales de los 90′, los seis integrantes del grupo empezaron a dedicarle tiempo a la música a la par que a sus profesiones, componiendo canciones en sus tiempos libres sin saber que estas formarían los cimientos de su primer disco. Tuvieron que pasar varios años antes de que se decidieran a grabar su álbum debut, cuando en 2008 lanzaron Un día en el mundo, a través de su propio sello, Pequeño Salto Mortal.
Por aquel entonces la industria musical era totalmente distinta a lo que es actualmente, nada de Spotify ni Instagram, más bien CD’s y posters para anunciar sus conciertos, por lo que los españoles empezaban justo cuando todo estaba cambiandose a lo digital, así que tuvieron que evolucionar junto con el modelo, aunque no se han olvidado de sus raíces.
En conversación con La Cuarta, Guille Galván, guitarrista de Vetusta Morla, señala desde su natal Madrid que en sus inicios tuvieron un crecimiento muy orgánico, por lo que en cuanto se dieron cuenta de que podrían vivir de la música, se motivaron a dejar sus carreras profesionales para dedicarse al 100% a la banda.
“Se puede decir que somos profesionales de la música o que vivimos de la música desde finales del año 2008, cuando fue la gira de Un día en el mundo, o sea que llevamos 15 años viviendo por fortuna de la música, y el asunto económico, quizá fue lo último que nos llevó a darnos cuenta que lo que había empezado siendo un hobby, después de muchos años de trabajo, esfuerzo, conciertos y grabaciones, se podía convertir en nuestro modo de vida”, comentó el músico.
Los madrileños recuerdan con cierto romance los años en que comenzaron en la música, conservando incluso en sus nuevas producciones el formado del CD, dándole un toque nostálgico para que sus fanáticos atesoren. Según comenta Guille, fue todo un desafío hacer frente al cambio del modelo discográfico, aunque cuando estaban recién agarrando vuelo, ya se veían a la vuelta de la esquina los problemas de la música en físico.
“Nosotros empezamos a tocar en el año 98, cuando se vivía el final del viejo modelo discográfico, donde se anticipaba lo que iba a ser la crisis del formato, todo lo que hablaban de la piratería y la reconversión de modos de consumir música y de producirla. En aquel momento no había redes sociales, era todo boca, oreja y métodos tradicionales, de si tienes un concierto, pegabas carteles o ibas a donde hubiera una entrevista”, comenta el artista.
Esto ha llevado a Vetusta Morla a convertirse en unos verdaderos sobrevivientes del viejo modelo. Aunque señalan que algo bueno que ha traído a los artistas las plataformas digitales, es el poder interactuar directamente con sus fanáticos, creando una comunidad que los respalda desde sus comienzos.
“Poco a poco fuimos siendo testigos del nacimiento de las redes sociales y cómo la música tenía que ir abriéndose camino dentro de ese nuevo mundo y también tener una relación directa con el fan. En un primer momento, recuerdo que cuando empezó MySpace, que era el lugar donde compartíamos música con la gente y donde podíamos también interactuar, hablar con los fans de primera mano y a partir de ahí, fue cuando nosotros ya nos hicimos de una carrera profesional, y todo lo que vino después de las plataformas, la conversión de lo físico al streaming lo hemos tenido que vivir también. Somos una especie de puente entre lo que quedaba del siglo XX cuando empezamos, y lo que es la música ahora. Bueno, también tenemos la suerte de seguir teniendo una venta considerable de discos físicos, porque siempre hemos intentado convertirlos en un objeto que merezca la pena tener en casa, y por suerte muchos de nuestros seguidores, siguen comprando nuestros discos y seguimos trabajando el disco como objeto físico y haciéndolo compatible evidentemente con el mundo del streaming”, agrega Guille.
Más allá del hate que se puede propagar por las redes sociales, la banda entiende que “estamos en una década donde es difícil entender ningún tipo de negocio sin redes sociales y ningún tipo de manifestación cultural sin ellas”.
25 años trabajando juntos
Durante más de dos décadas Vetusta Morla ha explorado sus límites, tanto musicales como personales, ya que el trabajar tantos años junto a otras cinco personas puede llegar a generar roces entre los integrantes de la banda. Sin embargo, a pesar de las diferencias que puedan llegar a tener, Guille señala que es clave el hecho de que se conocen desde antes de decidir dedicarse a la música, “amigos antes que compañeros”.
“Son muchos años y somos seis chicos, son muchos momentos donde hay fricciones, hay luchas también de egos y de tratar sobre todo de definir cuáles son los objetivos comunes, para que esos objetivos comunes estén por encima de lo personal, y que lo personal tenga su expresión también por otro lado. Muchos tenemos cosas por ahí y aparte del grupo que nos permiten no hacer solo cosas que sean del grupo, porque ya te digo que son muchos años y uno también necesita oxigenarse y hacer otras cosas”, comenta el español.
Además agrega: “Aparte de conocernos desde el colegio y de ser amigos antes de compañeros de trabajo, pero bueno, creo que venimos de una manera de entender la música donde casi todo se basa en la canción, y la canción al final es una suma de pequeñas cosas que aportan todos. Entonces no hay nadie que luzca excesivamente por encima de nadie y eso yo creo que nos refuerza la idea de que todos ponemos un granito de arena y que trabajamos en beneficio de lo colectivo y de la canción”.
La excepción a la regla
Vetusta Morla se diferencia al resto de los artistas que se escuchan en la actualidad, partiendo porque son seis integrantes, y las canciones más escuchadas de las plataformas digitales suelen ser cantantes solistas, además han logrado tener un gran impacto en América Latina siendo europeos.
“Es verdad que somos una excepción, el otro día salieron las nominaciones de uno de los premios que hace Rolling Stone para toda la música latina, y dentro de los 10 nominados y nominadas, éramos la única propuesta que no era un artista en solitario, que éramos una banda. Por la manera de hacer, de componer y de producir música, es que las bandas cada vez son son más escasas, la gente suele componer individualmente en sus casas en sus home studios y los locales de ensayo donde la gente se junta y hace ruido y comparte cosas, lamentablemente está desapareciendo”, dice el guitarrista del conjunto.
Recientemente la banda estrenó su disco Cable a tierra, el que los ha motivado a emprender una gira para promocionarlo. Es en ese contexto que los españoles regresarán a Chile para ofrecer un concierto en el Teatro Coliseo, agendado para el 1 de octubre.
“Acabamos de hacer Cable a tierra que es el disco que vamos a presentar en Chile, es la tercera vez que vamos a Chile y este disco es un trabajo que quizá busca o utiliza elementos que no habíamos empleado en otros discos y que tienen que ver más con el folklore, con ciertas músicas tradicionales, no solo españolas, sino de todo el mundo. Sobre todo a nivel melódico y a nivel rítmico”, adelanta el músico.
¿Por qué crees que su sonido ha cautivado en América Latina?
—Lo que nos ha hecho viajar a Latinoamérica desde hace más de 15 años yo creo que tiene que ver con que hay muchos elementos en común, para empezar el idioma que es importantísimo, y creo que igual hubo una tradición de rock en castellano en toda Latinoamérica desde los años 60′-70′. Argentina, Chile, México, Colombia son países muy potentes a nivel rockero, y creo que hemos sido parte del legado y nos hace mucha ilusión poder llevarlo de vuelta y poder formar parte de la historia del rock latino.
El hecho de que actualmente la música que más suena es principalmente el reggaetón o el trap en Latinoamérica, ¿ha llevado a que ustedes estén pendientes de lo que más se escucha en las plataformas?
—Yo creo que por nuestro trabajo, pues sí que tratas de estar con la oreja atenta a lo que suena en cada momento, no por una cuestión de intentar parecerte a eso, sino por tener un contexto y un termómetro de la realidad. Pero es cierto que quizá la música hegemónica a día de hoy, tiene poco que ver con la música que hacemos nosotros y con las formas que tenemos de componer, al tocar en directo, y de sentir la música en directo. Para nosotros es muy importante el directo. Creo que la energía de la banda encima del escenario es parte fundamental y pilar de nuestra carrera.
No me siento muy influido en ese sentido por la música masiva que se consume hoy en día, siendo también consciente de que dentro de esa música, que estamos hablando de un ritmo, hay muchas variantes. Hay cosas de calidad, cosas que no, igual que en todos los ritmos.
La mayor parte del rock, ha tenido un ritmo siempre de dos por cuatro o cuatro por cuatro y con un mismo ritmo se han podido hacer millones de cosas diferentes y diferenciables.
Entonces resumiendo un poco, creo que siempre es positivo tener la antena conectada para saber dónde te mueves, siempre y cuando eso no te condicione y al final hagas lo que sientes que es más más relevante para ti y con lo que te sientes mejor y donde más tienes que aportar también.
El año pasado invitaron a Wos a un concierto de ustedes, ¿hay algún artista de Chile que conozcan o que les guste su trabajo?
—Nosotros normalmente no somos una banda de muchos featuring, porque ya somos seis y es complicado a veces, no es como cuando es artista con artista. El tema de Wos surgió de una manera bastante natural porque nos habíamos conocido un par de años antes y creo que también Wos y su propuesta va más allá del género. Para empezar, la puesta en directo de Wos es una banda de rock de arriba a abajo, con matices evidentemente y dentro de su manera de entender la música, que tiene que ver no solo con lo urbano, sino con una tradición.
Hace poco también coincidimos con Duki, que en directo también tiene una propuesta muy rockera, con un power trío de bajo guitarra y batería y los artistas que llevan una propuesta más de instrumentos, más de rock, más de tocar, nos resultan más familiares.
Y en el caso de Chile, la verdad es que de género urbano puro y duro conozco poco, a mí me gusta mucho Ana Tijoux. Tenemos también amistad con Francisca Valenzuela, giramos durante tiempo con Los Búnkers.
¿Cómo se sienten para el show en el teatro Coliseo?
—Bueno, pues muy ilusionados de volver. Con muchas ganas de regresar a Chile, estuvimos la última vez año 2018 y nada, poco más. Creo que vamos en un momento bastante bueno en directo porque estamos terminando la gira y está todo muy engrasado y yo creo que eso se va a notar en el show y desde aquí invitar a todo el público chileno, a que se anime. No se puede ir tantas veces, no habíamos ido desde antes de la pandemia y esperemos que que no pase otra que nos separe durante cuatro o cinco años.