Tardes abombadas habitando una idea de la realidad: así es la novela de Roberto Merino

Ya está en librerías Mundos habitados, el nuevo libro que el conocido cronista comenzó a escribir en 1996 y que finalmente ve la luz de la mano del sello Literatura Random House.

La forma en que un libro se resuelve es un misterio para mí. Cuando escucho en YouTube la historia de cómo se escribió El obsceno pájaro de la noche (en breves palabras, José Donoso, luego de intentar infinidad de años, después de un ataque de úlcera, reacción alérgica a la morfina y posterior colapso, la escribe de un tirón) parece plausible pensar que hay algo que se desprende del shock y permite encontrar el camino correcto para llegar al esquivo punto final. Son situaciones fuera del alcance del entendimiento o para expertos en psicología.

Lo anterior lo menciono porque Merino constata en una nota final que comenzó a escribir esta novela en 1996, lo que bajo cualquier cálculo es demasiado tiempo. Sabía hace como una década de “la novela de Merino” por rumores de pasillo. Más allá de mitologías la verdad es que perdió otras versiones en distintos computadores -malos o robados- tenía otros títulos y al menos, para mi sorpresa, vuelve al título provisorio que firmó con Germán Marín en 2006: Mundos habitados.

Tal vez el título no podía ser otro. De él se desprende trama y forma. Mundos y sus tiempos, reflexiones, aspectos autobiográficos y elementos de ficción construyen sutilmente esta novela. Deslumbran imágenes como “¿Fueron felices? No sé, quizás viajando alguna vez con sus baúles repletos de ropa blanca y de papeles” o reflexiones, en el capítulo siguiente: “Había tardes abombadas y neutras en las que uno parecía estar habitando una ilustración o una idea de la realidad”. A pesar de la calidad anteriormente demostrada, más allá de la relación con el entorno y la capacidad de llevarnos con destreza a tiempos idos, la experiencia del lector en cuanto estructura es lo que destaca por ser distinta a lo habitual en los trabajos de Merino.

La mayoría de sus volúmenes son compilaciones de textos dispersos en diversos medios como Pista resbaladiza, En busca del loro atrofiado o Puentes levadizos, donde el lector conoce bien el efecto que provocan. En esta, su primera novela, hay que estar atento a nuevas señaléticas. Esa es la gran novedad, innovación, lo que transforma este volumen en una novedad de sumo interés. Aunque Lihn, ensayos biográficos o Barrio República fueron concebidos en su totalidad por Merino, siguen emparentados al habitual discurrir de su característica prosa.

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