El director de Radio ADN y locutor del programa sacó a bailar al conocido escritor argentino para explicar una idea sobre el llamado tenor fundador.
En una sentida despedida escrita al periodista Juan Cristóbal Guarello y el exfutbolista Luka Tudor, ambos del programa Los Tenores de Radio ADN, el locutor y director del espacio Carlos Costas recordó un añoso poema de Borges para retratarlos como dos “personas excepcionales”.
“Con Guarello nos conocimos en la redacción de un diario que ya no existe hace treinta años y sé de su gusto y admiración profunda por Borges”, comenzó diciendo Costas sobre el llamado “tenor fundador”.
“(Borges) un argentino que despreciaba el fútbol, que se quedó ciego y que en su poema ‘Los justos’ nos abre los ojos con versos que celebran al que agradece que en la Tierra haya música, al que acaricia un animal dormido, al que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho, al que prefiere que los otros tengan la razón y a esas personas que se ignoran y que están salvando al mundo…”
Según el periodista, hace solo un par de semanas, “en este mismo programa, en ese capítulo que hicimos desde San Carlos de Apoquindo, Juan Cristóbal y Luka, dos viejotes de más de cincuenta años protagonizaron un momento hermoso, genuino, infantil, un momento que nos hizo reír a todos y que no salió al aire”.
“No seré yo quien desclasifique esa linda anécdota pero me voy a quedar con esa imagen, porque es la imagen más genuina de dos hombres que aman el fútbol y que fueron nuestros compañeros”, continuó contando el locutor.
“Y porque tengo la firme convicción que, de todo este incidente, ellos y nosotros saldremos siendo profesionales menos imperfectos y mejores personas”, cerró Costas.
Un poema de Borges en Los Tenores
Aparecido en su libro La cifra de 1981, un volumen a medio camino entre la poesía puramente verbal y la intelectual, “Los justos” trata sobre personas excepcionales.
Borges en este poema quiso mostrar a las personas únicas y, en su criterio, difíciles de encontrar, acaso los sujetos que tienen un gran valor para nuestra sociedad, las personas que el vate creía están salvando el mundo.
“Son personas que no parecen hacer el mal, pero su forma de contribuir al bien es extremadamente sutil, una experiencia cotidiana al alcance de muchos”, dice la doctora en Filosofía Belén Altuna.
“Son todos aquellos que con sus gestos cotidianos de gratitud hacia la vida y de benevolencia hacia el resto de seres hacen del mundo un lugar habitable”, agrega en su interpretación.
Los justos
Un hombre que cultiva su jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.