“Un clásico atemporal”: sitio gringo rayó la papa con Violeta Parra

Una columna publicada en el portal Stereogum destaca cómo la canción del álbum Las últimas composiciones, ha ganado notoriedad en tiempos de pandemia por su mensaje humanitario. "Se ha vuelto a conectar con un mundo consciente de que está en modo de supervivencia total", escribe Margaret Farrell.

La resonancia de una obra musical no se mide tanto en decibeles, como en las ramificaciones que genera con el tiempo. Allí reside buena parte de la profundidad que ha conseguido la obra de Violeta Parra, lo que incluso ha llamado la atención de columnistas en otros puntos del orbe.

Un caso es el de Margaret Farrell, habitual colaboradora del portal especializado Stereogum, quien en una columna hace notar cómo “Gracias a la vida” se mantiene como una referencia para la creación en tiempos en que la pandemia, dice, nos ha forzado a la reflexión sobre la fragilidad de la existencia, amenazada por un virus tan esquivo como mortal.

“Más de 50 años después, ‘Gracias a la vida’ se ha vuelto a conectar con un mundo consciente de que está en modo de supervivencia total”, escribe Farrell. La autora además plantea un ejercicio al analizar cómo la canción, compuesta y grabada por Violeta en los últimos y amargos meses de vida para el álbum Las últimas composiciones, ha sido referida en obras recientes.

Divorcio, demencia y tequila

Más allá de las citas de autores como Joan Báez, Farrel, prefiere mirar el presente. Para ello cita a la cantautora Kacey Musgraves, quien cierra su último álbum, Star-crossed, con una versión del tema grabada con la sencillez y crudeza de la baja definición y la voz comprimida, acaso emulando a Violeta en la soledad de la carpa de la Reina. Un dolor que dialogó con el de la compositora texana, que por esos días buscaba una expresión musical para sacudirse de las esquirlas del divorcio.

La autora llegó a la canción por obra y gracia de los algortimos; salió en una lista de reproducción que la acompañó durante un trip de siete horas tras consumir hongos alucinógenos. Y la canta en español. “Es una versión cósmica de la balada característica de Parra, que atraviesa la estática, luego el fuzz de radio y adquiere un aire espectral con un efecto vocal distorsionado”, explica Musgraves.

“‘Gracias a la vida’ es un salmo de reflexión. Es una banda sonora adecuada para los momentos tranquilos de satisfacción y aquellos en los que se siente como si hubiéramos esquivado una bala. Parra coloca lo feo junto a lo sereno y agradece a ambos, ya que su existencia sería nula el uno sin el otro. Su significado depende de su relación entre ellos”, escribe Farrell.

Otra referencia está en la película Vortex, un drama franco-belga dirigido por Gaspar Noé, estrenado durante la edición 2021 del festival de Cannes. En este se indaga en los devastadores efectos de la demencia en una mujer. Hay una escena en particular en que esta sufre con los desvaríos de su mente, y no consigue reconocer a su propia familia, los que a su vez, tratan de contenerla como pueden. En ese momento, tan ruidoso como desesperante, suena en una radio una versión del tema; la de Mercedes Sosa, grabada en 1971.

“La ubicación de la canción es particularmente aplastante. La canción de Parra depende de una vida conocida, los recuerdos resuenan en la cabeza como un espectador -explica Farrell-. Una vida de recuerdos comienza a desvanecerse. (Gaspar) Noé captura la crueldad de la senilidad: llegar al final de un largo viaje y ser despojado de la capacidad de reflexionar y procesarlo todo”.

Y allí realiza una comparación. “Aquí, ‘Gracias a la vida’ es un claro recordatorio de la importancia de los recuerdos; sin ellos, no seríamos capaces de conceptualizar lo bueno que es estar vivo. Para Musgraves, marca el comienzo de un nuevo capítulo. Para los personajes de Vortex , enfatiza un final inminente”.

Menos ambiciosa, la canción también suena en un rincón al que parece más lejano; un spot de tequila. En este caso, Patrón Tequila apostó por una versión con más sabor a 2021 que las anteriores. Una interpretación bilingüe en que destacan las voces a capella de Amber Mark, Jessie Reyez y Fousheé, quienes cantan en una puesta en escena a blanco y negro, intercalada con inserts de casacadas y otras imágenes sugerentes.

En un comunicado, la compañía explicó que recurrió a los cantantes para “reflejar la historia de [su] proceso artesanal de elaboración de tequila, preservando el carácter hermoso y rico de [sus] ingredientes, al tiempo que brindan perfección en cada gota”.

Pero Farrell es menos obsecuente. “A pesar de la interpretación magistral, el uso de la canción de Parra en un anuncio de una compañía de licores por valor de miles de millones se siente un poco asqueroso -asegura-. Parra se asoció con el Partido Comunista de Chile más adentro en su vida, y supongo que usar su canción para el consumo de productos, en una industria complicada y en auge dominada por la marca de celebridades, estaría en contra de sus intereses”.

Como sea, “Gracias a la vida” marca el punto álgido en un período de trabajo que hacia 1967 consolidó la trayectoria de Violeta como compiladora de canciones esparcidas en los campos y las voces de campesinos y gañanes alejados de los designios de la industria musical. Su genio descansa en su capaz para moldear ese acerbo con un lenguaje universal que resuena contundente en los días de la pandemia.

“La canción de Parra ha demostrado ser un clásico atemporal que ha trascendido el género y el lenguaje. Resuena en un momento de la historia en el que la frase ‘tiempos sin precedentes’ ha perdido su potencia”, señala la columnista. “No es de extrañar que una pandemia mundial nos haya hecho más conscientes de nuestra mortalidad: un virus mutante invisible a simple vista no solo ha afectado nuestras rutinas diarias y lo que usamos en la cara, sino cómo nos conectamos y percibimos nuestros propios cuerpos. En estos días estar agradecido por la vida es suficiente”.

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