Vicente García aterriza en Chile para festejar sus dos décadas de trayectoria: “Lo más difícil ha sido mantener esa llama de inspiración en ritmos que no son los que están de moda”

Vicente García.
Vicente García.

El cantautor caribeño celebra veinte años de carrera con uno de sus públicos más fieles como es el chileno, tocando en cuatro ciudades donde repasará éxitos de la talla de “Carmesí”, “Dulcito e coco”, “Te soñé”, “Mi balcón”, entre otras. Aparte entregó detalles de su salsero próximo disco y abordó algunos parajes de su periplo musical.

Uno de los exponentes que supo fusionar la sensibilidad del pop con la música de raíz latina es Vicente García (40), el dominicano en sus trabajos le ha dado un refresh a ritmos como la bachata.

El músico, que actualmente radica en Colombia, empezó en el funk con la banda Calor Urbano y posteriormente en formato solista con LPs como su debut Melodrama (2011), el multipremiado A la mar (2016) o su reciente Camino al sol (2022). Asimismo, su voz está en la tiktokera “Nuestra canción”, colaboración con los colombianos Monsieur Periné.

Su faceta en solitario claramente ha sido su cara más exitosa, pero no fue fácil al principio con el cambio de visión artística.

“Yo estaba en la búsqueda del folclor, de la bachata. En ese momento parecía que quería hacer comercial, pero buscaba mi color en la bachata”, dijo en conversación con el boricua Chente Ydrach en 2018, dando a entender que sufrió algo de prejuicio con su nuevo estilo.

Aunque con el paso de los años consiguió cimentar una robusta carrera. Un camino que él mismo dice se ha encantado y desencantado.

“Lo más difícil ha sido mantener esa llama de inspiración y esa búsqueda, tal vez en ritmos que no son los que están de moda. Defender eso ante la disquera, ante la misma industria ha sido difícil y divertido al mismo tiempo”, comenta a nuestro medio al ser consultado por el mayor desafío en su travesía.

Esto no es impedimento para que nuestro país sea uno de los lugares más devotos con su música, la capital es la segunda ciudad que más lo escucha en Spotify.

La celebración de estos veinte años son una excusa perfecta para arribar por segunda vez a Chile. Antes lo hizo en 2018 en el Teatro Cariola, en un momento donde recientemente había ganado tres Grammy Latinos por Mejor álbum cantautor por A la mar, Mejor nuevo artista y Canción tropical del año por “Bachata en Kingston”. Un año más tarde se iba a presentar en el Vívela Festival, sin embargo, la cita que se efectuaría en octubre se canceló debido al estallido social.

Pero ahora los anhelos de sus fanáticos encontraron respuesta, ya que a fin de mes estará en Concepción, Santiago, Quilpué y La Serena. Sobre los detalles de esta visita, sus últimos trabajos, la fascinación por la música chilena y su próximo proyecto es que el músico conversó con el diario pop.

Vicente García
Vicente García

Vicente, ya son 20 años de trayectoria. ¿Qué sientes al llegar a esa marca? ¿cómo analizas todo?

—Pues realmente es algo como que uno no va contando porque creo que yo y muchos músicos llevamos la música a través de la misma vida y de la cotidianidad. Y es difícil dividir un poco el trabajo de lo que es vivir. Entonces, no considero que ha sido algo metódico, pero sí he tenido la oportunidad de experimentar con varios géneros, fue algo que me propuse de hace un tiempo, empezando desde los géneros caribeños, primero los dominicanos, luego expandí un poco hacia la música cubana, la música puertorriqueña, la música haitiana también.

“Y esa inquietud ha seguido creciendo ya en otros discos que he hecho últimamente, experimentado con música de otras latitudes como en Camino al sol, que utilicé instrumentos de Etiopia y de Mali. Creo que para mí la música y estos años de trayectoria han sido una especie de viaje y de exploración”.

Luchas entre comillas contra un mainstream, porque uno ve los rankings que están más dominadas por la música urbana. Bueno, en Dominicana está el dembow pegando, que acá en Chile encanta igual que tu música. Pero es de un bastión distinto...

—Sí, igual respondiendo como a la misma manera de ver la música, yo considero eso parte de la diversidad de todos los géneros y disfruto en algún momento de la música urbana, del género del dembow. Tengo amigos exponentes del dembow. Y creo que mi lucha o no lucha, qué sé yo, mi búsqueda, más que criticar que eso sea lo que ahora está de moda es no dejar olvidar todo lo otro que existe, entiéndaselo y que conviva con ello.

Y hablando de toda tu trayectoria, ¿qué le falta a Vicente García? ¿algún anhelo, alguna colaboración, algún sueño?

—Falta seguir explorando. Ahora estoy haciendo un disco de salsa, que era algo que quería hacer hace un tiempo, sobre todo para completar un poco el espectro de la tropicalidad. Y sueño con ir a Japón. Desde hace mucho tiempo tengo muchas ganas de llevar la música hasta allá.

¿Por qué Japón?

—No sé, me encanta ese interés que tienen los japoneses por explorar la música. Así no entienden el idioma, las propuestas, los géneros, los ritmos, les generan ese interés. Me parece algo curioso y valioso, sobre todo para un músico.

Hablando de Japón, son bien audiófilos, bien melómanos también. Todavía se venden discos, por ejemplo, las mismas ediciones japonesas...

—Sí, ese interés, esa búsqueda es algo que considero valioso.

Una exploración constante

Vicente García
Vicente García.

El también ingeniero electrónico amplió su espectro de su catálogo recientemente, está Desde otro malecón (2023) que lo acercó a las sonoridades del R&B y Camino al sol (2022) que lo llevó a la música africana, este último bajo la producción del británico especializado en el world music Richard Blair (Peter Gabriel, Carlos Vives).

Asimismo, este proyecto ya mencionado lo volvió de nuevo a la órbita de los Grammy Latino 2023 por Mejor álbum folclórico.

Ahora tienes una nominación al Grammy Latino por Camino al sol. Yo lo escuché, y aparte que vas con Richard Blair en la producción, también tiene muchas cosas africanas y un relato pandémico...

—Sí, realmente surgió en plena pandemia y en ese momento yo siento que todos estábamos como en esa introspectiva y en esa búsqueda de razones, de por qué pasaba esto, hacia dónde vamos, se va a acabar el mundo. Eso empezó a generar esas canciones, más que amor y desamor; de la vida, de la muerte, de la aceptación de la partida de otras personas.

“Así surgió. En esos momentos yo estaba muy entusiasmado con la música etíope. Y yo empecé a comprar instrumentos y aprendí a tocar algunos riffs, y así empecé a componer. Tuve la suerte de grabar en bloque. Lo produje junto a Richard Blair y lo grabé con grandes músicos de aquí de Colombia que han explorado la música indígena, la música ancestral, que han puesto su grano de arena en la música popular”.

Antes trabajaste con Eduardo Cabra (Calle 13, Beyoncé, El Cuarteto de Nos, Louta) en cambio en este disco estás con Blair, hay un cambio en el sonido...

—Dentro de ese sonido fue algo que entre los dos buscamos. Las voces, la estética que queríamos, ¿cómo explicarlo? Que la voz fuera parte casi de los instrumentos, muy poco atacaban, volumen muy bajito. También la grabación, el tema de que fuera en bloque, de buscar las tomas importantes, eso dio también una sonoridad. Richard propuso a los músicos con lo que él ya había trabajado y eso fue esencial dentro de la sonoridad del disco. Y sí, yo me doy la libertad de trabajar con diferentes productores que al final se vuelven muy amigos, hermanos. Ahora trabajé ese disco con Richard Blair, pero el de salsa volví a trabajar con Eduardo, probablemente vuelva y trabaje con Richard, y con otros productores. Creo que eso es algo importante y cada productor te saca algo distinto con lo que uno se queda.

Y ahora nos vamos a Desde otro malecón, que es un hilo distinto, se puede decir, es mucho más R&B, más electrónico. Cuéntame también de este trabajo porque es otra parte tuya que no habíamos visto antes, se podría decir.

—Sí, es casi que lo opuesto de Camino al sol, ya como saliendo de la pandemia, quería uno sacudirse un poquito y disfrutar de la vida, salir a tocar y a cantar. Era una búsqueda o una evolución de ciertas cosas que había hecho tanto en A la mar como en Candela con la bachata. Era como la evolución de esas fusiones medio modernas entre la bachata y el reggae, por ejemplo, en “Bachata en Kingston”, y la bachata y el trap en “Ahí ahí”. Es como buscando esa sonoridad que surge Desde otro malecón, son dos bachatas que responden a esa búsqueda. Y luego hay otra que se separa un poco de eso y es una canción mucho más R&B, sin una cama muy rítmica. También me di la libertad de sacudirme un poquito con algo que nunca había hecho.

“Tenemos un show súper bailable”

Vicente García
Vicente García.

Ahora nos vamos a Chile. A fin de mes visitas nuestro país en cuatro ciudades. En Concepción, Santiago, Quilpué y La Serena. ¿Cómo estás para este viaje a nuestro país?

—Estoy súper feliz. Solo he podido ir una vez y fue un show muy bonito. Lo recuerdo de una manera muy especial porque no sabía que había tanta gente que escuchaba mi música. La segunda vez que iba a ir a tocar fue en un festival, en ese momento fueron las protestas y no pudimos ir con lo cual tenemos ahí esas ganas reservadas. Y con mucha ilusión además de ir a Santiago, de visitar nuevas ciudades, de conocer nuevo público.

¿Qué preparas aquí en Chile?

—Tenemos un show súper bailable, un show que responde como a la parte bailable caribeña, mucho merengue, bachata, son, un poco de reggae. Está entrelazado en canciones, interludios, hay una participación importante de los músicos que me acompañan. Hemos estado casi todo el año madurando, montado por Europa en el verano. Estuvimos en Barcelona, Madrid, en Ámsterdam también, y fueron lugares donde la gente respondió súper bien al show que estamos presentando ahora mismo.

Tú mismo lo dijiste, acá en Chile se escucha harto tu música, estaba buscando los datos en plataformas de streaming, por ejemplo, en Spotify, Santiago es la segunda ciudad que más te escucha...

—Una locura. Yo me sorprendo muchísimo y me acuerdo la primera vez que fui porque he sido muy fanático de muchos artistas y de mucha banda chilena, sobre todo en el tiempo del funk chileno. Era súper seguidor de Los Tetas, de Chancho en Piedra, Papa Negro, por otro lado, en el reggae con Gondwana. Entonces, sí me da muchísima satisfacción saber que así como disfruto yo mucho de la música chilena, es en ambas vías.

Háblame un poco de los detalles de este álbum de salsa que preparas con Eduardo Cabra. ¿Qué se viene? ¿cómo será?

—Bueno, en realidad yo digo salsa, pero creo que salsa es lo que entra. Hay que ver lo que sale, porque realmente no quiero hacer un disco de salsa pura, sino experimentar con todo lo que sucedió antes de que la salsa se llamara salsa. El guaguancó, el son montuno, la plena y la bomba puertorriqueña. Sí habrá salsa, pero dentro de ese universo de salsa hay un poquito de todo. Queremos lanzarlo ya para el primer trimestre del año que viene. Todavía estamos en proceso de preproducción.

Y por último, me gusta preguntarles a todos los artistas, ¿para ti, cuáles son tus tres temas esenciales y por qué?

—Okey, déjame ver, “A la mar” porque me abrió una manera de componer con las afinaciones abiertas y es algo que atesoro mucho y que siempre incluyo en mis canciones, esa técnica y esa forma de componer. Y el tema también siento que está bien estructurado, me gusta cómo lo pude construir. ¿Cuál otro? “Candela” por la energía que tiene. Me gusta la fusión que existe, a pesar de que es un merengue de guitarra, por un momento en el show se siente casi punk. Esas fusiones a mí me apasionan. ¿Qué otra canción? “Bachata en Kingston” abrió un portal de fusión con la bachata que es lo que hoy en día salió en Desde otro malecón.

Vicente García trepa por Chile

La Bodeguita de Nicanor en Concepción (27 de octubre); Matucana 100 en Santiago (28 de octubre); Trotaterraza de Quilpué (30 de octubre) y el Teatro Centenario de La Serena (31 de octubre) son los lugares donde el artista desplegará todo su repertorio. En un tour que iniciará en Buenos Aires, Argentina, el cual igualmente pasará por su natal República Dominicana y México.

Su fecha en la región de Valparaíso ya está totalmente agotada, mientras que en los otros lugares todavía quedan algunos tickets. Las entradas se adquieren en su página web (click aquí).

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