“Apia de Roma”, el más reciente lanzamiento de la galardonada autora argentina, se ha convertido en un éxito gracias a una potente historia y una protagonista inspiradora. Al igual que Viviana, quien ha ganado varios premios, sus trabajos son best sellers y hasta han sido adaptados por Netflix. “Me gusta, como escritora histórica, traer al hoy las mujeres que hicieron algo distinto”, le contó al diario pop.
Como si fuera una Barbie, Viviana Rivero es una abogada argentina que se ha desempeñado como asesora legal de empresas, fundó grupos para el crecimiento y el desarrollo de la mujer, ha sido productora y conductora de programas televisivos; y además, es escritora best seller con 14 textos publicados.
Ha ganado varios galardones y algunos de sus libros han sido adaptados a series, incluso en Netflix. Con una suerte de activismo feminista literario, la autora busca potenciar la figura de quienes fueron pioneras en la historia.
Es así como llega su última publicación que ya es todo un éxito: “Apia de Roma”. Una historia de pasión, violencia y superación femenina en pleno apogeo del Imperio Romano.
- Viviana, ¿cómo nace “Apia de Roma”?
Nace con la idea de escribir una novela histórica, pero no contar la historia de Octavio y sus amantes; no, contar la vida de una mujer y de todo lo que hacían por tratar de soltarse, de ir más allá de los límites, para poder ser libres por lo menos un poquito. A través de la investigación que fui realizando para el libro descubrí muchas cosas.
- ¿Cómo cuáles?
Por ejemplo, las mujeres siempre estuvieron en una lucha, ni siquiera por tener derechos, sino por ir un poquito más allá de lo que les permitían, pensemos que la mujer en Roma no tenía capacidad jurídica, era una eterna niña, pasaba de la tutela del padre a la tutela del marido, y cuando ellos fallecían, debían nombrar un tutor masculino para que la ayude. Entonces a partir de eso nace Apia.
- Claro, porque la historia comienza con ella quedando viuda a los 23 años…
Exacto, entonces empieza a recordar por qué la casaron a los 14 años, cómo fue su noche de bodas, y por otro lado, voy contando la historia de ella a partir de ahora que va a tener un tutor. Ella quiere salir a comercial porque es lo que ha aprendido a hacer con su primer marido, pero no la dejaban entrar a las cofradías que hacían los hombres para fijar precios, los puertos de dónde sacarían la mercadería… entonces empieza a congeniar con su esclava Furnilla para entrar ahí , y aquí empieza la verdadera historia.
- Y Apia vive de todo.
Va a comerciar sin que ellos sepan, se va a enamorar, va a descubrir su verdadera vocación , y va a afianzar esa relación fuerte que tiene con Furnilla.
- ¿Cómo son tus procesos investigativos para escribir desde otra época?
Paso mucho tiempo investigando, muchos meses, mucho material, tengo 14 novelas escritas y generalmente leo de 12 a 15 libros para preparar una, pero en el caso de Apia, leí más de treinta, porque realmente era hablar de otro mundo: la gente comía tendida en camastros, no había cubiertos, lavaban de un lugar a otro, la mujer no tenía capacidad jurídica, entonces yo necesitaba conocer cada detalle. También fui a muchas charlas con profesores de derechos romanos, porque cuando uno hace una novela vas inventando una vida, pero necesitaba saber qué podían hacer y qué no. Fue mucho tiempo de investigación.
El activismo feminista literario
- ¿Cuál es la importancia del feminismo dentro de tu obra? Porque la mujer tiene un rol fundamental.
Tiene la importancia de poder traer al hoy, las pioneras. Me gusta, como escritora histórica, traer al hoy las que hicieron algo distinto, las que se animaron, tal vez habían 100 mujeres haciendo lo mismo, pero había una que no. Entonces me gusta traer a mis libros a esa mujer que fue más allá de los límites, en este caso Apia, que comienza a comerciar, se enamora y sabe que eso significa casarse y perder la libertad, tiene sus miedos, y al mismo tiempo suceden una serie de situaciones donde Apia va a tener que decidir a quién salvarle la vida, si al hombre que ama o a Furnilla.
- Esta es la primera vez que incluyes un amor lésbico. ¿Por qué ahora y por qué en esta historia?
Bueno, primero, lo que yo leía de Roma, antes de Cristo, había una sexualidad sin limites, no se juzgaba mucho, no estaba condenada la homosexulaidad, todo estaba permitido, lo que se miraba mal era el que era dominado dentro de la relación, por eso a veces la mujer no quería tener sexo con un esclavo varon, iban a ser menos juzgadas si tenías sexo con una esclaba. Entonces me pareció que se podría incluir un romance lésbico, porque era muy común en esos tiempos, me pareció lindo contar eso, como lo veían en ese tiempo.
- Claro, desde la naturalidad.
Sí, más parecido a lo que se vive ahora, hemos tenido años muy turbulentos donde fueron juzgados y ahora no tanto, o al menos son apoyados. Entonces me pareció bueno contar cómo era en Roma.
- Viviana, ¿cómo es ser un best seller en tiempos en que cada vez se lee menos?
(Ríe). Yo siempre digo que lo que tiene de especial un best seller es que es muy común, es como una persona que tiene una mirada de la vida muy parecida a la que tienen los demás. Entonces las personas que compran el libro se sienten identificados.
Prejuicios y empoderamiento
- ¿Te has sentido encasillada en la novela romántica, siendo que también abarcas historia, erotismo, etc.?
Sí, a veces se encasilla. Hace poco, (Santiago) Posteguillo, español ganador del Premio Planeta, dijo algo que me encanta repetirlo, “cuando los hombres escribimos novelas históricas y le ponemos amor, dicen que es una novela historia; pero cuando la escribe una mujer, ya es una novela romántica”. Y me pareció tan acertado, y que lo diga un hombre exitoso. Hay que enseñarle al lector, a la gente, tenemos que acabar de encasillar a las novelas, si te gusta bienvenido sea, sino te gusta ya está , uno tiene que leer lo que gusta, porque quizás uno tiene su pudor para leer una novela que tal vez le encantaría. Por ejemplo, a un hombre quizás le de pudor ponerse en el colectivo (la micro) a leer un libro porque piensa que es una novela romántica.
- ¿Con qué otros prejuicios te has encontrado dentro de la industria?
No, no, en general no los hay, porque el propio libro te abre camino, es un objeto neutro, salvo cuando hay un encasillamiento que deja afuera a algunos lectores que puedan tener pudor.
Desmenuzamos una frase que dijiste: “el escritor debe poner el cuerpo”.
Creo que es muy difícil escribir solo con la mente, porque cuando escribirnos ponemos el cuerpo, a veces digo que somos una especie de actores, yo lo descubrí con mi primer libro, Secretos bien guardados, que tiene una serie en Netflix, ella tiene una discusión muy fuerte con su padre, y al escribir también me latía el corazón, o cuando matas a un personaje sientes algo…
- ¿Qué te parece esta liberación literaria sexual que hay entre las mujeres y escritas desde mujeres?
Es verdad, pero sabes, yo creo que el comienzo de la libertad en la mujer es lograr la libertad económica, entonces cuando la mujer pudo trabajar y lo consigue, ya no le tiene miedo a nada, porque puede hacer lo que quiera, puede tomar decisiones, tener poder sobre ella, como no estar con la persona que no quiere estar. Por eso es super importante pelear que por el mismo trabajo, un hombre y una mujer ganen lo mismo, eso todavía es una de las cosas que nos quedan pendientes, cosas por las cuales tenemos que luchar y defender, y creo que el secreto está ahí, en la libertad económica.
Lee más en La Cuarta
Yahritza y Su Esencia: la pequeña maravilla de los corridos tumbados
Temas Relacionados
