Bernardo Martínez-Conde ha logrado conquistar el mundo del arte con su estilo único junto a una propuesta que desafía la monotonía y busca despertar emociones, posicionándose como un referente del arte pop chileno.
En un mundo donde el arte busca constantemente innovar y sorprender, emerge una propuesta única que redefine lo que significa la expresión creativa.
Fatty Azzid, el alter ego de Bernardo Martínez-Conde, se ha convertido en una marca registrada que está conquistando los corazones de miles de personas en todo el mundo.
Lo que más captura la atención al observar las obras, es la pasión desbordante y la energía vibrante que emana de cada pieza.
“¡Siempre busco, en cada obra, «Darle Color a La Vida»! ¡Es mi misión y mi vocación, y estoy ansioso por seguir expandiendo esa pasión contagiosa a través de mi arte!”, se lee en la página del artista.

Desde la pandemia, cuando Bernardo se aventuró a trabajar con resina y retomó su amor por la pintura, nació Fatty Azzid.
“Como era gerente de una empresa, no podía crearme un perfil con mi nombre real y mostrarme al público así. No quería mezclar las cosas, ya que eran caminos muy distintos”, revela Bernardo.
¿Por qué este nombre? “Fatty Azzid traducido es ácido graso, el cual llama la atención de la gente cuando me preguntan qué significa, ya que piensan muchas veces que soy turco. Al igual que cada una de mis obras de arte, en las que busco llamar la atención de las personas”, explica el artista.
El nombre no solo suena intrigante, sino que refleja perfectamente el propósito detrás de su arte: atraer miradas y despertar emociones.
Este nombre, junto con su estilo denominado “Arte Hiperkinetico”, habla de un proceso completamente espontáneo, sin planificación previa, donde la improvisación y la energía vibrante guían cada trazo y cada pieza.
“Tanto en las esculturas como en las pinturas esto se ve reflejado, ya que encuentras muchos detalles diferentes sin mucha lógica, pero que en su totalidad reflejan una armonía”, señala.

Lo que define a Fatty Azzid no es solo la experimentación con resinas y la reutilización de objetos olvidados, sino la capacidad de fusionar géneros y estilos, como el pop art, el street art y patrones geométricos.
La inspiración del artista viene desde la necesidad de romper con la monotonía del día a día. “Me mueve el hacer que la gente se sorprenda y se alegre cuando ve mis obras, recordándole momentos felices de su juventud o niñez, tocándole su yo interior”, explica Bernardo.
Los colores vivos y brillantes juegan un papel esencial, creando una atmósfera en la que la monotonía se rompe a través de la creatividad desbordante.
Este estilo no tiene fronteras y las obras de Fatty Azzid han recorrido países como España, Inglaterra, Brasil, Irán, Estados Unidos, Rusia y Colombia.
La receptividad del público ha sido abrumadora, demostrando que su arte, aunque profundamente personal, toca fibras universales.
“Me encanta ver como mis obras tocan a la gente en sus sentimientos y en temas comunes, siendo que son países, culturas y sociedades tan diferentes entre sí y a la nuestra pero que hay temas que son globales”, dice el artista.
“No importa el idioma que se hable, ya que lo que se ve y siente la persona ante una obra es lo que más me importa y en ese sentido los sentimientos son universales”, agrega.

Pero Fatty Azzid no es solo una propuesta estética, sino también un grito de libertad, de emoción, de arte. Con cada obra, Bernardo busca generar reacciones de asombro, alegría y reflexión.
Obras como “La Cultura del Pato” con sus patitos pequeños pegados a él, “es una obra en la cual hago una crítica social grande a lo que es la burocracia estatal y su forma de operar, pero de una manera lúdica y alegre”, explica.

Con una visión clara para el futuro, Fatty Azzid aspira a consolidarse como uno de los grandes exponentes del arte pop chileno a nivel global y así lograr “Ser un icono de este movimiento y al mismo tiempo mostrar y representar a Chile”, señala.
Próximamente, Bernardo busca llevar su arte a Miami hacia fines de año, experiencia que ya vivió el año pasado cuando tuvo la posibilidad de presentarse en una feria internacional de Tokio.
Con el objetivo de aprender y crear al mismo tiempo, Bernardo busca establecerse un tiempo en el extranjero y continuar su expansión hacia mercados en los que el pop y street art tienen bastante demanda, como lo son España, Italia y Estados Unidos.

¿Cómo comprar las obras de Fatty Azzid?
En definitiva, Fatty Azzid no solo crea arte, sino que crea una experiencia sensorial y emocional que trasciende.
Si aún no has sido parte de esta experiencia, puedes contactar con él a través de su Instagram (clic acá) o directamente en su WhatsApp, el cuál encontrarás en el mismo link, y así sumergirte en el fascinante mundo de su arte.
En cada pieza, Fatty Azzid busca darle color a la vida. ¿Te atreves a sumergirte en esta explosión de energía y emoción?