Desde Felo hasta Zalo Reyes: conoce a nureyev_vantok, el diseñador que crea figuritas de la cultura pop chilena

En el mundo de la juguetería todo es posible, la imaginación es tan amplia y poderosa que tiene la capacidad de crear y plasmar en físico todo lo que uno se imagina.

Muchas compañías alrededor del mundo han tenido la posibilidad de crear grandes empresas en las que se crean cientos y cientos de juguetes para deleitar a niños y adultos a través de la imaginación.

Pero toda gran gran empresa comienza desde lo más pequeño, un emprendimiento, y en el caso de nuestro país, existen muchas pymes y personas que buscan mostrar su arte al mundo con lo que se les presente en el camino, esfuerzo y creatividad.

Y este es el caso de Enrique Santander, un diseñador gráfico de 35 años que está llamando la atención a través de redes sociales gracias a la creación de juguetes y figuras de resina inspiradas en personajes y situaciones que han marcado la cultura pop en nuestro país.

Italo Nolli, Antares de la luz y Zalo Reyes han sido sus creaciones más llamativas que puedes revisar a simple vista a través de su medio de trabajo: Instagram. Y el diario pop conversó con la mente detrás de Nureyev Vantok, Enrique Santander, sobre los inicios de este llamativo emprendimiento, su proceso de trabajo y cómo ha sido el recibimiento del público ante estos juguetes fabricados con resina y la tecnología de la impresora 3D.

“Por el año 2016 me comencé a dedicar a los juguetes, a hacerlos y aprendí a trabajar en moldes de silicona y esculpir”.

“Hace un tiempo me compré una impresora 3D y con un amigo, Carlos, que es un muy buen escultor; y nos pusimos de acuerdo para que él trabajara los esculpidos, y yo el packaging, las cajas, el diseño gráfico y la pintura. Una alianza que hicimos este año para agilizar el proceso”.

“Esto comenzó cuando yo hice el año pasado una figura de Italo Nolli, fue una figura que se disparó porque el humorista Lucas Espinoza nos compró una pieza, después la compartió, comenzó a viralizarse y a llegar más gente a nosotros. Ahí los pedidos aumentaron y las ideas también, comenzamos a trabajar en más personajes”.

La relevancia de la cultura pop

Junto a ello, Enrique destaca que las primeras ideas para la creación de estos juguetes 3D de momentos que han creado y formado la cultura pop chilena llegó de la lógica y ganas de crear figuras piratas de personajes que le parecían interesantes al diseñador.

“Desde el comienzo que fue con Italo Nolli, me pareció interesante la idea de no solo hacer una figura de él, sino que cómo sería realmente si de verdad existiera, no una parodia”.

“Fui pensando en qué cosas me parecen divertidas y qué otras figuras me gustaría trabajar; ahí fue donde comenzaron ideas de situaciones relacionadas con la cultura pop chilena, sentía que era un nicho que jamás se había tocado”.

Pero por más divertido que sea trabajar y vender estas figuras únicas, para Enrique ha sido complejo el manejo de sus tiempos ante los pedidos de quienes se interesan por su trabajo, y su empleo como diseñador gráfico.

“El tener que cumplir a un público que espera que le lleguen las cosas bien, que no se rompan en el camino, e ir avanzando con el trabajo, hace que esto me complique. Es un desafío ir ajustándome”.

Reacciones del público

Por otro lado, lo mejor para un emprendedor, es conocer y ver cómo reaccionan sus clientes y potenciales compradores ante los artículos que uno trabaja, en este caso, la juguetería exclusiva.

“Yo no hago la separación entre la expresión artística y el mundo personal. Hago los monos que quiero, no solo para vender. A veces trabajo en personajes y figuras que son un poco más controversiales, y eso genera una reacción o rechazo en el público”.

“Pero eso no me complica, siento que eso es parte de hacer figuras y arte, exponerte a la crítica y saber que hay gente que no le va a gustar lo que uno hace”.

“Es algo que a mi me gusta porque eso significa que también lo que uno hace no es solo algo para agradar o caer bien, sino que también tiene que generar una reacción tanto buena como mala. El arte que no genera nada, es un arte fome”.

Asimismo, uno de los recientes clientes de Enrique fue el humorista Sergio Freire, a quién le vendió una de sus figuras de Ricardo Meruane aludiendo a su presentación realizada en el Festival de Viña del Mar en 2016.

“Nos contactó un día y me preguntó por la figura. Se la enviamos y la compartió. Es genial que se den esas instancias porque él no me seguía, entonces de alguna forma llegó, y eso significa que de una forma esto se está moviendo y genial saber de que la gente está respondiendo”.

¿Cómo comprar sus figuras?

Enrique comentó con La Cuarta el método en el que trabaja para que las personas interesadas puedan adquirir sus figuras exclusivas de los personajes y situaciones que más le llamen la atención.

A través de su red social de Instagram, los interesados pueden escribirle para así solicitar su figura a pedido, en la que el cliente debe hacer el pago total de la pieza producto a los gastos asociados a la producción: imprimir, pintar, crear el packaging y realizar el posterior envío del producto.

Así, en un plazo total de una a dos semanas, los juguetes se envían por encomienda según el tiempo de producción.

“El tiempo de producción es largo, ya que todo este trabajo como de una gran fábrica, lo hacemos a mano y es un tanto complejo”.

Por otro lado, Enrique también ha participado en una serie de exposiciones en la que las personas también pueden conocer su arte y adquirir alguna de sus piezas.

“Soy parte de un colectivo de jugueterías artísticas en Chile llamado StrictArtToys, acompañamos a artistas del juguete chileno. Ahí hay muchos artistas geniales como Arttoy Chile y Haruki Toys, y nosotros estamos constantemente haciendo ferias y eventos relacionados con la juguetería; sobre todo para tratar de no solo mostrarla, sino que también de generar espacio para que la gente pueda mostrar su trabajo, colaborar o conocer”.

“A largo plazo me gustaría poder comenzar a hacer trabajos más personales, y en ese sentido también ir avanzado en la posibilidad de relegar la producción de figuras hacia afuera como en México, Japón o China”; finaliza Enrique Santander para La Cuarta.