La sacrificada historia detrás de SofiaTrends, el emprendimiento de zapatos que la rompe en redes sociales

Sofia es la hija de Camila y quien inspiró el nombre del emprendimiento. Foto: Cedida
Sofia es la hija de Camila y quien inspiró el nombre del emprendimiento. Foto: Cedida

Desde Viña del Mar, Camila Céspedes comanda su negocio, uno que le dio réditos inmediatos, pero que en un inicio no supo aprovechar: “Vendía mucho, pero tenía cero educación financiera. No sabía qué hacer con la plata y la malgasté, perdí todo”. Cuenta que salió de Cuarto Medio con promedio 4, pero que siempre quiso tener algo propio. Y lo logró, no solo una vez, sino que dos veces. Ahora, habiendo aprendido los errores del pasado, vuelve a causar furor con su venta de calzado al por mayor.

El relato de Camila Céspedes (24) está lleno de vaivenes. Es la dueña de SofiaTrends, una tienda que vende zapatos al por mayor. Pero también es una mujer que pese a su juventud ha vivido de todo: mudanzas, pérdidas, carencias, despilfarro y estabilidad. Hoy ya está más tranquila y goza de cierto éxito con su emprendimiento. Tiene un sitio web y en las redes sociales recibe el cariño de la gente. Entre Instagram y TikTok acumula casi 145 mil seguidores. “El gran factor para llegar a mucha gente es ser humana, mostrar mis procesos. No mentir. Si estoy mal, muestro que estoy mal. Si estoy bien, muestro que estoy bien. Muestro cómo funciona todo, sobre todo a las emprendedoras. Son muchas de las que se sienten inspiradas por mí y por la historia que cuento”, relata.

Hoy enfoca su negocio en darle una experiencia personalizada a sus clientes. “El proceso de venta al por mayor funciona a pedido. No tengo stock presencial, sino que lo tienen los proveedores. Al momento del cliente hacer el pedido, nosotras mandamos a hacer el pedido a la bodega y nos llega el producto. ¿Por qué hacemos este paso a paso? Porque los principales fabricantes no se dedican a revisar los zapatos. Aquí destacamos por dar un buen servicio al cliente y porque realmente ayuda al cliente, lo revisamos nosotros. Uno por uno, para que llegue todo en perfecto estado. Si hay falla, nos hacemos cargo nosotros”, apunta.

El nombre de su marca se explica por su hija. Ella es quien la ha acompañado desde 2018, el momento en que decidió que era el momento de valérselas por sí misma. “Se llama Sofía. Es parte de mi vida, parte de todo lo que hago. También le gusta involucrarse con mis ventas, entrega zapatos, tiene una conexión bien bonita con las clientas. Nos dedicamos en sí al negocio, entonces conectamos con todos”, cuenta Céspedes.

Pese a las dificultades que ha vivido, no tiene problemas en repasar cada instante. Entiende que cada experiencia suma y constituye un factor importante en lo que hoy ofrece en su tienda. “Salí de cuarto medio con un 4.0 de nota, estaba embarazada, de dos meses, sin idea de la vida. Tuve una infancia difícil y siempre tuve ganas de hacer algo mío. Era llevada a mi idea, nunca seguí las reglas. Toda mi familia tiene un trabajo normal. Yo soy la primera tirándose a empresaria, la primera emprendiendo, la primera haciendo negocios. Cuando nació mi hija tomé la decisión de abrir un Instagram para vender zapatos, creyendo que en algún momento iba a tener una boutique. Siempre pensé en grande, aunque estaba pequeñita”, explica.

Las aspiraciones iniciales se vieron frenadas de golpe debido a las decisiones que Céspedes, quizás por su juventud, tomó sin mediar las consecuencias: “Vendía mucho, pero tenía cero educación financiera. No sabía qué hacer con la plata y me compraba relojes... La malgasté y perdí todo, absolutamente todo. Ahí entendí que el reflejo de mi negocio era yo misma. Si estaba mal por dentro, eso se iba a reflejar en el negocio”.

Un viaje clave

La madre de Sofía vivió siempre en San Antonio. Su padre trabajaba en el puerto y su madre se las arreglaba para tener trabajos y poder darle de comer a su familia. “Mi mamá estudió secretaría, pero nunca ejerció, siempre andaba al tres y al cuatro, creo que también eso me motivó mucho, nos repartía los almuerzos en porciones muy pequeñas, para que pudiera alcanzar. Yo siempre quise algo diferente para mí. Nadie había emprendido en la familia”, recuerda.

Tras su primera experiencia, en la que malgastó sus ganancias, en plena pandemia decidió darle un vuelco a su vida antes de retomar la venta de calzado. Me fui a vivir a Chiloé, ahí conocí a mi terapeuta y empecé a sanar desde adentro. De a poquito empecé de nuevo, vendiendo en la feria, vendí sopaipillas para poder recuperar mi negocio. Estaba sola con mi hija, a la deriva. Hasta que en un momento empecé a crecer de nuevo. Ahí tomé la decisión de venirme a Viña. Era una ciudad grande y ya tenía muchos planes para volver”, afirma.

Tenía todo el entusiasmo para hacer crecer su marca, pero un nuevo golpe en su vida retrasó sus proyectos: “Estaba empezando otra vez y murió mi mejor amiga el año pasado. Ahí volví a caer, volví a perder el ritmo de la vida, volví a perder el ritmo del negocio. Pero me levanté de nuevo, porque tenía que alimentar a mi hija. En ese tiempo tuve una crisis económica más o menos, donde estuve una semana comiendo pan con mantequilla para poder pagar para el arriendo. Fue ahí que empecé a mostrarme en cámara y a humanizar la marca”.

El éxito actual

Hoy no solo vende, también imparte talleres. Cree que la cercanía que ha mostrado, al exhibir sus procesos de venta en redes sociales, junto a su hija Sofía, ha llevado a SofiaTrends a alcanzar las métricas actuales. “Ahora las redes sociales solamente buscan vender, entregar a la fuerza. Por ejemplo, cuando te llama Claro, lo primero que te que te dicen es que te quieren ofrecer un plan y todo es obligado. Nadie se da el tiempo de escuchar realmente qué quiere la persona, los problemas que tienen, cómo solucionarlos. Nadie quiere ayudar. Para mí vender es ayudar. Yo ayudo a las mujeres a sentirse mejor y por eso me prefieren”, explica.

“Ahora capacito a mis clientes mayoristas. El emprendimiento es un camino súper difícil y sé que a veces no tienen guía, por lo tanto, hago talleres mensuales, gratis. Igual eso es triste, a veces, porque de 100 clientes, 14 se conectan. Si fuera pagado, creo que lo valorarían más, pero como es gratis, lo pasan por alto. Claro que si de esos 14, uno se sintió ayudado y cambia su mentalidad para crecer, yo feliz”, agrega.

Sofia Trends
Sofía ayuda a su madre con los pedidos y las ventas. Foto: Cedida

Más allá de sus cifras en redes sociales, Céspedes cuenta que nunca ha terminado de comprender en su totalidad la funcionalidad de estos elementos: “Mi contenido es orgánico. Todavía no aprendo a hacer publicidad por Facebook, la verdad. Así que la mayor cantidad de ventas es orgánica. Llegan porque las inspiro. Porque se atreven, dicen que ‘si ella puede, por qué yo no’. Tengo una historia triste, de superación y eso las motiva”.

Mirando en retrospectiva, pone énfasis en lo que considera su elemento diferenciador. “Ha sido un camino extraño, porque no tengo personas que me guíen. He sido mi propia guía en este camino. En un principio estuve un año publicando todos los días por la feria de las pulgas de San Antonio, donde yo vivía, hasta llegar al público. Lo que más me define es que no me rindo. Para mí no hay nada imposible. Entonces yo le di hasta que en un momento llegó mucha gente y muchas clientas se fidelizaron”, dice.

Ahora, a diferencia de sus inicios como emprendedora y probablemente como enseñanza de lo mismo, asegura que está en constante aprendizaje: “Este es mi principal sustento, pero siempre recomiendo tener tres ingresos por lo menos. Fue algo que aprendí en el camino. Estudio mucho, tomo cursos. Creo que la capacitación es algo súper importante. El hecho de que no tenga título universitario no quiere decir que no sea alguien en la vida. Al contrario, hay que estar estudiando siempre. Hay que estar escuchando a las personas. A veces las personas de la calle nos enseñan cómo llevar la vida, cómo llevar un negocio. Uno nunca sabe de quién puede aprender. Por eso también hay personas que se titulan, no encuentran trabajo, dejan de estudiar y después no saben qué hacer”.

Céspedes, además, cuenta que hoy mucha gente la reconoce fuera de las redes: “Aún me da vergüenza, pero me alegra cuando salgo y me abrazan. Es como estoy metida en TikTok. También hay comentarios negativos, siempre los habrá, pero yo uso el remarketing. Ocupo esos comentarios negativos para dar una moraleja. Si tú te puedes dar cuenta, donde yo respondo a los comentarios negativos, siempre doy una moraleja, una enseñanza, no respondo con la misma agresividad, no respondo con crítica”.

COMPARTIR NOTA