La media patada quedó el viernes en la noche en un pub de Lloleo, en la V Región, cuando apareció Axé Bahía en el escenario.
El Bahiao estaba con caleta de gente esperando escuchar todos los éxitos y ver a sus ídolos de antaño, pero a una se le pasó la mano, literalmente.
Bruno, micrófono en mano, cantaba y se quebraba con sus calugas mientras se movía como anaconda. En un momento se acercó demasiado al borde del escenario y una fanática manilarga le agarró la frutera sin invitarle un copete siquiera.
El brasuca atinó a echarse para atrás tras tras y aletear como quien se saca una mosca del plato.