"1810" le estrujó hasta el último pelo a la Raca

Hay una Raquel Argandoña antes y después de "1810". Para su primera incursión como conductora de reality, la doña tuvo que cambiar el look, sus horarios de sueño, su vida familiar y relajo en socialité. Toda una revolución en su life que ahora, a días de la gran final, siente que cada esfuerzo valió la pena y, obvio, las lucas.

"Estoy contenta con el trabajo que hice, salí muy bien evaluada", comenta orgullosa, mientras regresa a su casa desde Pirque, donde aún debe ir todos los días a grabar nexos y presentaciones.

Siempre sobre la van, Raquel contó al diario pop cómo lo pasó en este debut.

Para que destacara entre las cabras rucias del encierro, reemplazaron su larga cabellera por una ordenadísima melena caoba cobrizo. Su única exigencia fueron 20 pares de botas de montar Mingo (marca de la que es rostro) hechas a medida.

En resumen, suelta, "con los realities dejas de ser diva. Hay que entrar sabiéndolo, sino estás perdida. De lunes a sábado teníamos que grabar todos los días, incluso a veces domingos... Olvídate día libre, familiar, fin de semana", comenta.

- A ver, ¿qué tanto te sacaban el jugo, ah?

- Te citan tipo 10 de la mañana y hay situaciones en las cuales no puedes intervenir y terminaba grabando a la una de la mañana. Participar en un reality es na' que ver a un programa estelar. Horario no existe y tiempos tampoco.

- ¿Qué fue lo más heavy?

- Pasé un frío de locos. En el verano no había problema, pero ahora es hielo en Pirque. De repente los duelos de eliminación terminaban a las tres de la madrugada, con todos entumidos. Igual había fogatas en las que te podías calentar las manos, pero después el frío te entraba por la espalda.

- ¿Cómo se hace para andar como lechuga al otro día?

- Una se mentaliza en el trabajo del reality y obviamente para estar bien no tienes que salir a comer, cero carrete, llegas a la casa a puro acostarte. Cero vida social.

- Vida de monja...

- Sí, es como de monja. La mayoría de las mujeres que trabajamos en el reality somos solas.

- Con ese ritmo, ¿a qué hora se golosea?

- Nada poh, si lo único que quiero es llegar a dormir. Con suerte veo a mis hijos y voy a tener ganas de pololear, jamás.

- ¿Echas de menos tener pareja como antes?

- Ya no me preocupa ese tema. Me interesa mi trabajo y punto.

- ¿Tienes pretendientes?

-  Imposible, porque no salgo de mi casa, tendrían que venir a tocarme la puerta.

- Tendría que ser reality.

- Noooo, yo no mezclo. Jamás los huevos en la misma canasta.

- ¿No me digas que nadie te invitó a los matorrales?

- A mí nunca me llevaron a los matorrales, más encima después les pusieron luces. No alcancé a estar ahí... Parece que me enteré tarde de que existían, jajajá.

- Y entre los concursantes, ¿hubo cacheteo?

- Noooooooo, como se te ocurre... Cof, cof, cof.

ÍNTIMAS

- ¿Con quién de los cabros te llevaste mejor?

- Coca, Angélica, Pamela, Arturo Prat muy simpático. A Juan Pablo Álvarez como que siempre le faltaba cariño, se me acurrucaba como cabro chico...

 - Hablemos de Angélica...

- De repente siento que me parezco bastante a ella en la manera de ser consecuente. Los arrebatos que tuvo son normales después de terminar una competencia y encuentras que algo fue injusto.

- Pero a ti te levantaron, te llevaron en bata pa' Pirque para sosegarla.

- Ah, claro, da rabia, pero una no puede reaccionar de otra manera porque eres la conductora del reality. En general ella se portó muy bien conmigo, hicimos muy buenas migas. Angélica nunca necesitó sicólogo y entró mentalizada en ganar este reality. Siempre supe que la gente la iba a terminar adorando.

- Se entendieron de Chucky a Quintrala.

- Sí, pero yo al lado de Angélica soy Cenicienta, jijijí.

- ¿Crees que ella ganará?

- Estoy entre ella, Coca, Gonzalo y Arturo.

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