A Marcela Vacarezza no le dieron permiso pa' la Vedetón

Los que estaban alucinando con cuartear a Marcela Vacarezza a popelé, con plumas y bailando quién sabe qué canción de moda, tendrán que hacerlo en su pura imaginación.

Hasta al propio Don Francis dejó con cuello,  pues así como fue la primera en postularse para lanzarse con una sensualota performance en la Vedetón, es la primera en correrse. ¿Qué le pachó?

Esta semana la rucia de 45 abriles comentó que estaba tiquitaca para mostrar lo suyo en el trasnoche de la Teletón. El ofrecimiento agarró vuelo y varias maduronas se prendieron con mostrar lo suyo y armar una Vedetón Sub 50.  “Me parece una buena idea porque Marcela Vacarezza tiene muy buen físico... Habría que hacer una categoría de 40 a 55 (en la Vedetón), sería buena”, se agarró papa Mario Kreutzberger.

Sin embargo, el entusiasmo de Marcelita duró hasta que una de sus cabras chicas no le dio permiso pa’ ni una cuestión. “Una de mis niñitas dijo que no, que se moría, entones una no puede mandarse a cambiar sola con cosas así. Tengo cabros chicos en edad de bullying, no es por ser cartuchona, ni ninguna cosa, pasa que una ya no es sola, si una hace una cosa así involucra a los niños, ellos van al colegio”, argumentó la obediente mami.

- ¡Chuuuuta los cabros jodidos!

- Tengo el apoyo de una hija, de la otra no...

- Ah, el familión está dividido.

- Sí, pensé que las dos se iban a morir de espanto y cuando les preguntaron (en el show de Katy Perry) una dijo ‘nooo’ y la otra ‘sí, po que no’, ella es la de 14, que es la más grande y  es parecida a mí, le da lo mismo lo que piense el resto.

- ¿Y el Rafa tuvo voto?

- El marido no tiene idea, no le he dicho nada, está en México, está totalmente perdido. Lo mío fue una broma que nunca pensé que iba a agarrar tanto vuelo. Sí, es choro, entretenido, porque hay mucha mujer regia en Chile sobre los 40 años, entonces podría ser como una humorada, pero al final una humorada también es complicada, porque se la van tomando en serio, entonces cual es el límite. ¡Ay no sé, se me fue de las manos!

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