Caótica e impactante, por decir lo menos, fue la salida de Jorge Pedreros, tras ser dado de alta ayer.
Caótica, porque apóstoles de todos los medios de prensa se abalanzaron sobre la silla de ruedas que transportaba al comediante y por poco lo aplastan; e impactante, debido a que lucía 30 kilos menos.
El popular "Espinita" estuvo 114 días internado en la Clínica Dávila, producto de una hemorragia intracerebral que lo tuvo al borde de la muerte.
Como su estado sigue siendo frágil y de cuidado, sólo dijo algunos monosílabos cuando se le consultó si pasaría el "18" junto a su familia.
En un gesto espontáneo, la barra que cerca del mediodía visitaba el recinto y se quedó a esperar la salida del también productor musical, le brindó un fuerte aplauso. Algunos le gritaron: "¡Grande, maestro" y otros le dieron ánimo.
Previo al alta médica del creador del "Jappening con Ja", su esposa Gladys del Río, junto a Gloria Benavides y Maitén Montenegro, quienes también trabajaron en el cocido humorístico, entregó detalles del duro proceso que le tocó vivir durante esos críticos días.
CON HARTA FE
Del Río calificó como "un milagro médico" el que Pedreros haya podido abandonar la clínica. Pese a que le tenía fe a su esposo, confesó que igual flaqueó.
"Un día de estos ciento y tantos que él estuvo internado me sentí viuda. Entonces me pregunté: ¿Cómo será estar sin Jorge?, si me ha acompañado siempre. Ahí sentí que me estaban quitando una parte de mí", manifestó.
Consultada por la abultada cuenta que tendrá que pagar la familia, considerando que gran parte de su estadía en ese centro asistencial, Pedreros la pasó en la UCI, manifestó que "se ha acercado un montón de gente y yo siempre digo que el Señor proveerá. La clínica nos dio muchas facilidades".
Pese a que el artista fue dado de alta debido a que según los médicos "su evolución fue positiva y su tratamiento, exitoso", deberá volver a ese centro asistencial la próxima semana para continuar con sus sesiones de kinesiología. Como salió airoso de seis hospitalizaciones, los médicos lo apodaron "Highlander".