Un show con agarrones, gritos, aullidos y desafinás con cuática fue el que Alejandro Sanz dejó para el almanaque del Festival. Anoche, el petazeta las quiso hacer todas, pero de entrada se cachó que no le sería tan fácil.

Partió ingresando al escenario entre medio del público, en su mayoría femenino y feroz, que no dudó en tirarle las manos al bien alimentado muchachín, de ya 47 años. Las cabras se dieron un festín toqueteando lo que fuera del cantante, sobre todo sus partecitas íntimas. Se formó tal revoltijo que Alejo por poco fue devorado ahí mismo antes de que se largara a chillar sus temas más conocidos y letras de su última producción. El amigo de Shakira se mandó varios Chi-chi-chí-le-le-lé para regalonear al mostrito y al terruño. Estaba prendido y se mandó tres duetos al hilo. Uno de ellos con Javiera Mena, miembro del jurado, que se subió de lo más canchera a entonar “Corazón Partío” y terminó con  la moral por el suelo. A la morena de “Espada” se le fue en collera el temón: no se acomodó nunca al tono y anduvo terrible de perdida con la letra.

Finalizada su actuación y ya en conferencia de prensa, Sanz le tiró un salvavidas a Mena: "No vi a Javiera nerviosa, sí tuvimos un problema, pero lo hizo muy bien". Sobre el jaboneo que le dieron sus fanas, el pepe la gozó entera: "Salí desde el público porque partí de abajo, me encantó ese cariño que me dieron".