"Lo que más me preocupaba no era que los chiquillos me aplastaran, sino que los carabineros no me dejaran entrar con mi bastón. Lo pasé regio y aunque sufro de vértigo igual moví la cabeza todo el recital, sentada en una caja de bebidas y haciendo los cachitos con la mano".
Así recordó Graciela Mora Mora (76) el concierto de Metallica que el martes en la noche fue a ver al Club Hípico con su nieto César.
La viejita tiene 3 hijos de 54, 50 y 44 años, vive sola en un departamento de La Pintana y saca 93 lucas de montepío, pero tiene una técnica que no le falla cada vez que quiere vacilar con sus ídolos rockeros.
"Tres meses antes de los recitales viajo a Argentina a ver a mis hijos, vuelvo a Chile días antes de los conciertos y con la plata de los tres montepíos compro las entradas mía y de mi nieto Cesarín. Con esa movida vi a Deep Purple, Lenny Kravitz, Eric Clapton, Joe Cocker, Madonna, Coldplay, Luis Miguel y dos veces a Pink Floyd. Si mo cree, mire, tengo todos los cintillos guardados y un póster de Roger Waters", contó.
Graciela empezó a carretear bailando mambo con su marido -fallecido hace 4 años-, después agarró papa con el rock and roll y continuó con Roger Waters.
"El rock es algo que me eleva. Cuando me bajoneo o duele la cabeza pongo mi video de Metallica y me relajo escuchando One y Enter sandman", dice Graciela.
El martes llegó con su nieto al Club Hípico a las 19.30 horas y los chascones la recibieron con aplausos y hasta le compraron bebidas.
"Compré dos entradas a cancha vip sin asiento (80 lucas cada una), así que me tuve que acomodar en una caja de bebidas. Le dije al Cesarín que se fuera pa' delante nomás, porque yo de mi asiento veía re bien. Lo más lindo fueron los fuegos artificiales y cuando el baterista tiró los palitos. No pude agarrar ninguno".
Tras dos horas de rock, Graciela y Cesarín regresaron a sus hogares en el auto de unos metaleros.
"Todos fueron muy lindos conmigo. Amo a los jóvenes porque son como mis nietos", dijo Graciela.
Por Carlos Godoy S.