Hay celos que matan, otros que quitan el sueño, el apetito, las ganas de vivir o que son capaces de originar mochas de miedo, con zapatazo incluido.
Fue lo que ocurrió dentro de la casona de Pirque entre Adriana Barrientos y Daniel Pinto y que se verá con lujo de detalles en el capítulo de mañana de "1910".
La pareja más sólida del reality de época se agarró de las mechas luego que el ingeniero comercial desatara los celos más enfermizos y escondidos de la modelo.
Resulta que después de una rutinaria clase de baile y en un aparente arranque de calentura, al cabro no se le ocurrió nada mejor que invitar a cenar a Vanesa Borghi.
Sí, la misma que Prat anda joteando desde que entró al encierro, situación que irritó a Barrientos.
"¡No quiero verlo más. Qué se cree haciendo esas bromas!", gritó la integrante del equipo "Progreso", tras enterarse del numerito.
Justo cuando Adriana despotricaba por la chambonada de su amorcito, éste entra sorpresivamente a la pieza.
Es en ese instante cuando se desata la furia de la modelo.
"¡Retírate de mi vista, o van a empezar a volar cosas, ¿qué te creís, baboso!", le gritó.
Dicho y hecho: Barrientos no aguantó más tanta humillación y le lanzó un zapato a Daniel.
Fue tanta la fuerza con que se lo tiró, que algunos integrantes del reality, entre ellos Roberto Dueñas, debieron guarecerse para no recibir el chancacazo.
"El galancito que me fui a buscar", subrayó la modelo.
NEURONAS
Pero lo mejor estaba por venir.
Una vez que logró esquivar el zapatazo, Pinto se levantó y le gritó a Barrientos sin ningún empacho: "¿Por qué no vendís tu pañuelo y te comprái dos neuronas?", le sugirió.
El que la trataran de tontorrona le cayó como balde de agua fría a la chiquilla, que se paró y lo encaró duramente.
Temiendo que la situación pasara a mayores, "El Peluche" entró a separarlos.
Fue ahí que la modelo no aguantó más y se largó a llorar.
"Me denigró delante de toda la gente que ve la tele", se lamentó Adriana.
Viendo que su partner de equipo quedó destrozada, Katherine Bodis intentó consolarla.
"Daniel Pinto tiene 26 años, es un niño inmaduro", le recalcó.
Pero ni siquiera ese pequeño detalle evitó que Adriana siguiera derramando lágrimas de cocodrilo.
Jaime Salas T.