Si hay alguien que sabe de realities es Álvaro Ballero. No por nada fue el pionero en ganar uno hace seis años cuando "Protagonistas de la Fama" salió al aire y dejó a toda la gallá pegada a la pantalla.
Desde ese tiempo mucha agua ha pasado bajo el puente. Ahora está felizmente casado con la patinadora Ludmila Ksenofontova y cursa segundo año de la carrera de publicidad.
- ¿Te da lata que te sigan reconociendo como "chico reality"?
- Hasta hace algún tiempo sí, porque en el fondo a mí igual me pesa haber pasado por el reality, pero tengo que asumir que fue una experiencia maravillosa. Hay muchos prejuicios por los que antes tenía que luchar, pero ha pasado el tiempo y eso ha ido desapareciendo. En ese sentido, me siento un rehabilitado de la tele o de los 15 minutos de fama.
-¿Qué opinas de "1810"?
- "1810" es un fenómeno gracias a Angélica, porque si ella no hubiese estado, el reality no prende. Lo único que marcó la diferencia fue ella, porque si hubiera tenido personajes no conocidos, hubiera sido tan desastroso como "El Juego del Miedo".
- Es que la "Chucky" tiene una personalidad de temer.
- Ella fue el villano el primer mes y eso enganchó a la gente, era como ver el "Señor de la Querencia" adentro de un reality.
- ¿No te sentiste identificado con ella, tú igual eras medio malulo pa' tus cosas?
- No, porque yo nunca fui un villano como tal. Jugaba con las cámaras, con las relaciones amorosas y la gente se entretenía mucho, pero ser villano como tal no lo fui. Angélica fue muy mala en su minuto, al que se le atravesaba por delante era capaz de meterlo en la hoguera.
- Tú entraste hace un tiempo al cocido, ¿cómo la viste?
- Es una mujer buena. Creo que tiene un rasgo muy fuerte que es ser súper intolerante con algunas cosas, o sea, tú no puedes conversar con ella, no te escucha, pero no es una mala mujer, no es como se ve en el reality.
- ¿Quién ganará?
- Claramente debiera ganar Arturo Prat, él es el gran personaje, que para bien o para mal se unió a Angélica y se potenció. No solamente por el nombre, por su inteligencia, por su capacidad oratoria, sino que es alguien potente, los otros desconocidos pasaron sin pena ni gloria.
Por Javiera Requena Z.