Nada de bien lo está pasando Amy Winehouse, quien cayó derechito en una clínica inglesa debido a brígidos dolores.
"Ella estaba segura de que era algo con sus pechos, pensó que se le quitaría, pero fue empeorando, fue internada el jueves y aún la tienen en observación", comentó un familiar de la cantante al periódico The Sun, quienes cacharon todo el atado que estaría pasando la chiquilla de 26 primaveras.
Los matasanos que la atienden todavía no cachan si remover o no los implantes por los que Winehouse habría desembolsado 35,000 euros, algo así como 25 millones de pesos.
Su taita Mitch (58) ha estado a su lado desde el jueves en la noche, día en que se internó y según cercanos ha hecho lo posible por subirle el ánimo a su retoño. Aunque el mayor achaque de Amy sería tener que volver al equipo de las tablas de planchado, por lo planas, se entiende.
El atado justo sucede cuando la cantante se había alejado de los escándalos, y en especial, de sus problemas con las drogas. Si hasta se había comprado una casa para celebrar su nuevo estilo de vida y lucía orgullosa sus callaguaguas.