Al columpio, resbalín, tobogán o montaña rusa, por decir lo menos, han encaramado a Andrés Caniulef, desde que volvió de sus vacaciones con un loquillo mostacho, tipo pelusa de ombligo.
En el "Bienvenidos" hasta Tonkita ayer se salió de libreto para mosquearlo, pegándose unos bigotillos falsos, igual que el inchasconeable Polo Ramírez. Y pa' qué decir de las redes sociales: los cibernautas se dieron un banquete haciendo pebre el look del periodista de humitas multicolores. Algunos pensaron que era un efecto de luz y sombra, otros más puntetes clamaron por una máquina de afeitar.
Pero tanto payaseo no le entró ni por las costura de sus chaquetas estilosas. El propio "Caniu" contó al diario pop que le resbalan las pesadeces y leseos varios porque, digan lo que digan de su felpudo maxilar superior, él se lo halla de lo más encachado. "Creo que me veo sexy", sentenció acariciando su cosita.
- Compadre, se nota que está feliz con su caracho a lo Don Ramón...
- Sí, incluso, creo que me hace ver un poco más mayor, encuentro. Me han dicho de todo, eso sí, jajajá.
- ¿Como qué sería?
- De partida algunos me molestaron con Freddy Mercury. También me han dicho Evaristo Espina.
- Puros galanazos, ejalé...
- Y eso que no te he dicho el otro...
- ¿Cuál sería?
- Galán de porno alemán.
- ¿Por lo rucio?
- Jajajá. Mira, en realidad encuentro que me veo sexy. Y voy a darle (quedarse con el bigotín) una semana para ver cómo va.
- ¿A lo brocha?
- Noooo, por supuesto que al bigote hay que darle forma.
