Belén y Adriana tienen listo show para los mineros

Como la semana fue terrible de emocionante gracias al rescate de los 33 mineros, el broche de oro a la hazaña lo colocaron las despampanantes Belén Hidalgo y Adriana Barrientos, con un desfile a todo cachete que se mandaron la madrugada de ayer en la Estación 21.

Cuando a través de las piscolas se podía ver que los relojes marcaban las 3 AM, ambas chicuelas aparecieron por la pasarela de la disco de San Bernardo, luciendo unos apetitosos bikinis y sus buenos cascos blancos y linternas ad hok para la ocasión.

No faltaron los californias que quedaron loquitos tratando de tirarle las manos a la chiquilllas. Pero no hubo problema, porque las féminas lo pasaron del uno, incluido el Negro Piñera, quien desde un rincón del escenario miraba a su Belencita y se fotografiaba con varias lugareñas presentes. "Esta noche estamos viviendo un momento histórico, estamos viviendo un momento único, ¡¡Viva Chile mierda!!", gritó el Papurri para prender a la barra.

Luego que las chicuelas salieran a escena con nuevos bikinis, saltando, bailando, y provocando la hecatombe cuando ambas sacaron una bandera chilena para dedicarle varios "Ceachei" a los mineros, a quienes tiene la intención de presentarles este show cuanto antes si se da la ocasión.

De ahí las modelos posaron felices para la foto con el símbolo patrio, y minutos más tarde, Belén nos comentó: "Después de una semana tan llena de cosas, tan emocionantes y tan lindas, quisimos hacer algo para compartir la alegría y así festejar con toda la gente. Esta vez usamos cascos porque esta hazaña es para festejar toda la vida".

PAPURRI SE EMOCIONÓ POR LOS 33 

Fue tanto lo que impactó al Negro Piñera el rescate de los 33, que cuando hablaba con la prensa en la Estación 21 llegó un momento en que tuvo que agachar la boina, se quedó sin habla y casi bota sus buenos lagrimones. "Me lo he llorado todo por los mineros, me tocó vivir en carne propia el rescate y conversar con muchos de sus familiares en Copiapó", nos dijo el Papurri mientras la Belencita se lo llevaba de un ala a su tocomocho.

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