Al Benja Vicuña el amor por la maniquí che, Carolina "Pampita" Ardohain, le brota por los poros. Tanto es así que decidió que ya era tiempo de dar el sí definitivo y con todas las de la ley.
Sobre fechas aún no hay nada claro, pero la intención por parte del actor chileno es tan seria que habría señalado a la revista trasandina "Gente", que será publicada el próximo 23 de julio que, "le voy a proponer casamiento".
Así, la parejita que ya son papis de dos retoños, se encontraría a pasos de sellar su compromiso de amor ante la ley.
FELIZCOTE
El idilio de amor entre Benjamín Vicuña y Carolina Ardohain se remonta a mediados del 2005, cuando la maniquí che dejó todo en su tierra natal, para cruzar la Cordillera de los Andes y llegar a nuestro terruño.
La chiquilla venía dispuesta a comenzar una nueva vida y de allato sólo se trajo dos maletas y su perrita "Carmencita".
Ya en Chilito se instaló en un topísimo departamento frente al Parque Forestal, junto a su nuevo novio Benja Vicuña, del que nunca más se separó.
Los siguientes capítulos en la historia del par de tortolitos fueron más parecidos a una teleserie mexicana que a un cuento de hadas, con traiciones, celos y divorcios incluidos.
BARRANTES
El principal antagonista de la historia de amor "Vicuña-Ardohain", fue el polista Martín Barrantes, ex esposo de la modelo. El deportista juró de guata que la chiquilla le puso los cuernos pesado. Onda que mientras seguía con él, ya tenía una relación con el Benja. Esto habría durado todo el mes de julio, hasta que "Pampita" decidió dejarlo.
Esta chispita se convirtió en fogata cuando se iniciaron los trámites de divorcio. Mientras "Pampita", acusaba a Barrantes de maltrato, él se defendía diciendo que todo era falso y que ella sólo quería limpiar su imagen, a costa de él.
PIBES
Finalmente, y como en toda historia de hadas, el amor triunfó. A poco camino del romance chileno-argentino, se supo que serían papis. Blanca llegó a este mundo el 16 de mayo de 2006. Casi dos años más tarde, el 29 de febrero de este año, nació "Pedro", el segundo retoño de la pareja.
En la actualidad, los tortolitos, junto a sus retoños, viven felices comiendo perdices, esperando el momento para sellar su historia de amor con todas las de la ley.
