Antes de Sheerezade y Fatmagül, la primera que sacudió nuestras ficciones hace más de 15 años fue la cafetera Ana María Orozco como la anteojuda en "Yo soy Betty, la fea". A más de una década de su última visita a Chile, la actriz vino a promocionar la teleserie che "Somos Familia" que estrenó TVN.
De feúcha no tiene nada y a sus cuatro décadas sigue más potable que en el final de la novela en que aseguró a Armando Mendoza. Por "Betty" le preguntan siempre y ella responde con la mejor onda, sin sentir que está a la sombra de la secre de Ecomoda. "Es difícil, uno como actor siempre estás esperando una oportunidad de hacer un personaje importante. Después cuando lo tienes a veces también te limita, yo he tratado que no sea un peso en lo absoluto".
- Pero debe ser brava la fama de sopetón.
-Recién cuando hice Betty fue muy agobiante. Si bien fue un éxito en su momento, y fue algo muy importante, era muy grande para mí. Ahí tuve que tomarme un tiempo, alejarme un poco para poder verlo de otra manera. Por ahí, me pesó un poco pero más por el agobio de la exposición, de todo lo que generó en ese momento como fenómeno.
En su minuto la anteojuda la tuvo trabajando 17 horas al días, hasta en feriados, terminó molida al año y aunque le ofrecieron ser la nueva Salma Hayek, le costaba tanta fama. "Me costó manejarlo porque no me lo esperaba y por mi personalidad nunca fui en post de la fama, vengo de familia de actores, no estaba preparada para manejar ese tema. Nunca me sedujo la vida de celebridad, fue un poco difícil manejarlo, era más chica y me agobió. Ahora con la distancia queda lo mejor".
-¿Te gustaría tener otro papel así de popular?
- No, no es lo que busco. Lo que rescato es que fue una fama bien ganada para todo el elenco, linda, no fue por un desnudo o un escándalo. Si llega algo así por un trabajo importante lo manejaría de otra manera, son momentos de la vida.
-¿Te animarías a un “Betty, la fea 2”?
- (Risas) No sé, quizás sería un poco triste por el paso de los años. Sería un poco payasesco a estas alturas.
Tras el estrellato casi mundial, Ana María se dedicó a su familia, se radicó en Argentina y aunque tuvo peguitas esporádicas, el 2014 volvió en la novela "Somos Familia" que debutó ayer en el canal de todos.
Una teleserie donde comparte con Gustavo Bermúdez ("Celeste") y nuestro Augusto Schuster. "Gustavo es un galán clásico y Augusto es divino, muy talentoso, se lució. Y la historia es muy sana, familiar, ojalá les guste tanto como gustó allá".