A Eduardo Bonvallet le dijeron venga y partió altirante. El “gurú” fue uno de los primeros invitados pa’ ir a pasear por el “paraíso” y el “infierno” de “Mundos Opuestos 2”.
Y fue en pleno Edén donde se encontró con su antiguo colega de hocicología pelotera, don Mauro Israel.
Sabido es que el “Bonva” y el “Brad Pitt” nunca se han llevado muy bien. Es cosa de recordar como hasta hace unos añitos el hombrón de la pizarra le tiraba mala onda al fana de Marco Antonio Solís, tratándolo de “simple publicista”.
Como al mandamás Sergio Nakasone no se le va ni una, al parcito los tiró de una a mandarse un “cara a cara”. Con puro escuchar la idea maléfica, es pa’ empezar a sobarse las manos y tomar palco, pero no se me entusiasmen, porque los chúcaros se portaron como angelitos. El soplo desde Pirque versa que tuvieron una tierna y emotiva conversa.
Hablaron de lo humano, lo divino, los condorazos y calillas del ex rostro de Mega. Fue ahí que -pelan- Bonvallet lo apapachó y le vendió el jurel de que él jamás le daría en el suelo, pues errar es humano. Tanta bondad entró como un cuete en el cucharón de Israel y terminó llorando a moco tendido sobre el hombro de la visita. Y eso que decían que las chiquillas del encierro andaban sensibles.
Entre tanto juró (otra vez) que estaba arrepentido por rajar sin aviso de Chilito y más encima con una cachá de deudas sin pagar.
El diario pop llamó al futbolero para preguntarle por los lagrimones de su nuevo amigote, pero por órdenes de sus jefazos, prefirió morir pollo.
“No me voy a referir a nada que tenga que ver con el reality, tienen que ver el capítulo más adelante, jejejé”, soltó mordiéndose la lengua.