Aunque ya pasaron varios meses, el quiebre amoroso entre Brad Pitt y Angelina Jolie sigue dando manteca. Ahora, fue el propio actor el sánguche de palta quien se refirió a las razones del chao pescao.
Y según sapeó el rucio en una entrevista a la revista GQ, publicada este miércoles en su edición digital, fueron los excesos los que terminaron por sabotear su relación.
Incluso, reconoció que hubo un tiempo en que se fue al porcino con la pipa, lo que obviamente le caía como patá en la guata a su pareja. Eso sí, al parecer ese mal momento quedó en el pasado.
"Bebía mucho. Se convirtió en un problema. Estoy realmente feliz de que haya pasado medio año (sin beber), lo cual es agridulce (por lo ocurrido), pero vuelvo a tener el control de mis acciones", juró de ombligo el actor.
Además, agregó que llegó a ser todo "un profesional" a la hora de beber, aunque al final decidió que no podía "seguir viviendo de esa manera".
La dura
"Para mí este periodo ha consistido en reparar en mis debilidades y mis fracasos, y asumirlos. Sé que soy un privilegiado y, a pesar de ello, he gastado mi tiempo en buscar objetivos vacíos", se sinceró.
Por otro litro, Brad Pitt reveló que entre tanto drama con su separación, lo que más le urge es la situación que viven sus pequeños hijos.
"Me preocupa que ellos sean el foco de atención de todo esto, y me preocupa que cuando se hable al respecto se haga sin delicadeza o conocimiento, porque se hace así para vender. Lo sensacionalista es lo que vende. Se exponen a eso. Y me duele", la cerró.
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