Hace unos años, Britney Spears era la cantante más riquita. Después le dio la locura, se rapó en vivo y ahora está recuperada.
Sin duda, la princesa del pop tiene carrete y se las sabe por libro en torno a la belleza y el cuidado de la figura. Por eso mismo accedió a que se publiquen fotelis publicitarias de ella al natural y se comparen con las modificadas digitalmente.
Britney quiere que las lolas cachen que la perfeccción y la imagen que exhiben muchas famosillas en fotos de revista son falsas, falsas, falsas.
Alrededor del mundo miles de chiquillas no quieren comer y agarran serios trastornos alimenticios porque quieren verse igualitas a sus heroínas de papel cuché. Algo imposible, porque todo está arreglado.