En el “Mucho Gusto” toítos le tienen respeto. La médium Vanessa Daroch dice que su don viene de familia; su mami lo tuvo e incluso uno de sus hijos lo tiene. Cuenta que sus visiones del Más Allá son igualitas a las que tiene el peque del “Sexto Sentido”, pero más optimistas: La gente se ve bien, sin heridas y más jóvenes de como fallecen.
“Es como una central telefónica. Si yo digo, soy como un teléfono con saldo, sin clave, abierto. Ellos (espíritus) llegan, lo toman y se comunican”, dice Daroch que ha sido una invitada estable del “Mucho Gusto”, con la sección “La mensajera”.
Hace rato le viene volando la cabeza a varios famosillos con distintos mensajes del más allá: Emocionó a Lucila Vit con uno de su agüeli fallecida; a Paulina Nin la ha contactado con su mami y el 2012 dejó a Carola de Moras en shock cuando en la pomada “Psíquicos” le dio un mensaje de Felipe Camiroaga.
“Abro un canal y elllos empiezan a hablarme. (Ellos) No hablan como nosotros, ellos no tienen cuerdas vocales, sino que se comunican mentalmente, telepáticamente”, detalla la brujita sobre las sesiones que nunca superan las 6 personas y tras las que termina agotadísima.
-¿Qué es lo que los espíritus quieren decirle a los suyos?
-Si no tienen temas pendientes o algo que comunicar, a lo más advierten cosas; solucionar temas legales, sanar penas. La labor de ellos acá depende de ellos, ellos deciden si vuelven a tener contacto.
Una probadita
Más que creer en santos, este reportero cree en ídolos más terrenales como Parived, pero esta experiencia fue cuática. Terminado el chachareo, procedimos a tomar las fotelis de rigor en una mesa con varias cartas del tarot.
Mientras yo sapeaba por la ventana, sentí ene frío, en especial, en las manoplas. “¿Es helada la oficina o es idea mía?”, pregunté cachudo. Ahí Vane me explicó que usualmente en sus sesiones la temperatura baja. Flashazos acabados, me puse barsudo y como no tuvimos guasapeos con el Más Allá, le pedí muy patudamente que me tirara unas cartitas para un consejo 2015.
“Sí, ningún problema, pero tengo que preguntarte algo, ¿hace cuánto se murió tu abuelo?”, me disparó. Ahí me desarmó la sesera, fue una patá en la cabeza. Le respondí que hace casi un año. “Porque él está contigo, pegado (...) Mientras me estaban sacando las fotos lo vi al lado tuyo, fue como rápido, pero sí sé que era tu abuelo”. De ahí me dio un par de descripciones sobre la pinta de mi tata que no podían fallar, dijo “peinado hacia atrás” y “gomina”. Y nada que hacer, le achuntó medio a medio, supongo que ahora tendré que creer en Parived y alguien más.