El Tony Caluga jr. (Abraham Lillo) nació en el circo. Su padre, cuando salía a escena, lo dejaba durmiendo tras bambalinas en un baúl típico de los que usan los payasos, por lo que desde que aprendió a caminar quiso pisar un escenario. Así fue como debutó a los cinco años en Argentina y durante toda su infancia trabajó durante las vacaciones, pues en el año se quedaba con su hermana en Santiago.
Cada día maquilla su rostro, donde la sonrisa es lo más importante. Su nariz es roja como pimentón y no usa una bola amarrada con un elástico. Todo en su rostro es real, al igual que sus sentimientos, los que afloran hasta la emoción cada vez que un pitufo ríe.
- ¿Cómo fue su infancia?
- Maravillosa. Desde que nací puse mis ojos en el circo y vez que podía me subía a actuar.
- ¿Y su vida?
- Mi vida de payaso ha sido preciosa. El circo es de viajar, cada día se vive algo distinto, se conoce gente, se vive el sacrificio, la lucha, pero también es maravilloso.
- ¿Algún recuerdo de su debut en Argentina?
- Ahí mi papá tuvo que mentir, pues allá estaba prohibido que los niños trabajaran, por lo que me hicieron pasar por enano.
- ¿Pensó en ser otra cosa?
- La verdad es que yo trabajé muchos años en la tele, en el canal nacional. Ahí, el año '76, con mi amigo Enrique Maluenda, estuve en el Dingolondango y luego en el Festival de la Una, donde hacía rutinas cómicas.
- Humor blanco que ya no se ve mucho en la tele.
- Sólo con Ruperto (Cristián Henríquez), de quien yo siento que soy su mentor. Creo que él vio muy bien lo que yo hacía en la tele y ahora lo está realizando él. Eso me gusta, me enorgullece.
CANILLITA
Para Abraham, su padre lo fue todo en la vida.
- ¿Qué significó él para usted?
- El fue mi universidad de la vida. Aprendí con él, tuve la gran suerte de que me haya enseñado todo.
- ¿Cómo fueron los inicios de su papi?
- Lo increíble es que mi papá no partió siendo un hombre de circo. Mi padre con mucho orgullo decía que él lustraba zapatos y vendía diarios. Fue canillita. Él cuando joven haíia monólogos y le vendía diarios a la gente importante, lo que lo hizo conocer muchas personas. Así fue descubierto y lo llevaron al circo. Él se bautizó como el Tony Machuquita.
- ¿Por qué?
- Porque se acostumbraba a que los payasos se pusieran su nombre achicado. El era Abraham Lillo Machuca y usó su segundo apellido. Bueno y fue tanto el éxito que tuvo, que al poco tiempo entró al Teatro Caupolicán donde se daba el Circo de las Águilas Humanas.
SIN ANIMALITOS
El Tony Caluga jr. cuenta que a él nunca le han gustado los animales en los circos y eso que su madre fue domadora de perritos. Por lo mismo encuentra lamentable lo sucedido esta semana, cuando un pitufo fue mordido por un oso.
Este hombre se la ha jugado durante toda su vida por un circo donde el payaso es el protagonista. "Mi papá, apenas pudo montar su propio circo, el Tony Caluga, le dio mucha importancia a los payasos", dijo bien serio.
PEQUES A LUCA EN CAUPOLICÁN
El Teatro Caupolicán, con el circo del Tony Caluga, se la jugará por "ser la alternativa al santiaguino", y es que los precios para los niños, llegan a dar risa.
Las funciones partirán mañana lunes con tres funciones diarias (15.30, 18 y 20.30 horas) hasta el domingo 21.
Los valores de los tickets son de dos mil adultos y mil los niños en la Tribuna. La platea está a cinco lucas para los papis y, otra vez, luca los niños. Y el Palco, con toda su comodidad, estará a diez mil para los grandotes, y, obvio, sólo luquita los enanos.
Karen Punaro Majluf